Cinco claves para desconectar (de verdad) durante las vacaciones

Pasar las vacaciones con tu familia es fácil si conoces todas las opciones de planes dentro y fuera de tu ciudad.
Pasar las vacaciones con tu familia es fácil si conoces todas las opciones de planes dentro y fuera de tu ciudad.
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Pasar las vacaciones con tu familia es fácil si conoces todas las opciones de planes dentro y fuera de tu ciudad.

Las vacaciones deben ser un tiempo de paz y disfrute para todos. Pasamos el año entero anhelando unos días de descanso en verano, planeando, soñando, organizando… Sin embargo, en la mayoría de los casos, en vez de aprovecharlos de forma consciente, lo que solemos hacer es trasladar nuestras ansiedades y nuestro estrés a otro punto geográfico.

Salir de nuestro lugar de residencia cargados de problemas del día a día sin resolver es uno de los inconvenientes con los que nos topamos. Otro, el maratón que hemos tenido que hacer para dejar el trabajo listo, y que nos ha generado dosis extra de ansiedad. Pero es que, además, añadimos a este estado todo lo que tiene que ver con la 'dictadura' digital que guía nuestros pasos hoy en día: mails que entran y que nos prestamos a contestar, llamadas de teléfono que no nos dejan desconectar, redes sociales que nos mantienen en alerta más de lo deseable…

Todas estas circunstancias pueden dar al traste con nuestras merecidas vacaciones, a no ser que 'trabajemos' expresamente cómo deben transcurrir esos días de descanso. Desde Affor Health, psicólogos expertos nos ofrecen cinco claves para que la desconexión estival sea real y productiva con el objetivo de mantener a salvo nuestro equilibrio emocional

1- Ir bajando el ritmo

Los especialistas en salud mental nos recomiendan comenzar el necesario proceso de desconexión de la realidad rutinaria una semana antes de empezar nuestro periodo vacacional. "Aunque sabemos que es más fácil decirlo que hacerlo, es positivo ir desestresándonos de una manera consciente y gradual". 

Una mujer trabajando en una oficina.
Antes de coger vacaciones, hay que ir bajando el nivel de estrés laboral de forma gradual..
EUROPA PRESS - Archivo

Debemos intentar terminar los proyectos pendientes y saber delegar con confianza lo que vemos que no nos va a dar tiempo a finalizar. Sólo de esta manera podremos irnos de viaje más tranquilos y menos preocupados por lo que hemos dejado pendiente. Recordemos que nadie es imprescindible y que, con una correcta planificación, podremos dejar el trabajo más o menos encauzado para evitar dramas al regreso o remordimientos durante el descanso.

2- La desconexión, también digital

La omnipresencia de los dispositivos que nos ponen en contacto con el universo digital dificulta, y mucho, que mantengamos en un discreto segundo plano los móviles, ordenadores, tablets… en nuestras vacaciones. Pero hay que intentarlo.

"Lo más aconsejable es dejar en casa el ordenador, y suspender de manera temporal los grupos de correo o mensajería que nos puedan mantener conectados de alguna manera con nuestro entorno laboral. Lo mismo sucede con los relojes, que en una gran proporción son inteligentes y nos dan avisos indeseados. También, porque es bueno que nos liberemos de la rigidez de los horarios y hagamos 'un poco' lo que nos pida el cuerpo", explican desde Affor Health.

3- En la mejor compañía

Es durante nuestros días de descanso cuando tendemos a pasar más tiempo con familiares y amigos. No desperdiciemos ni un segundo de ese contacto humano tan escaso, y seamos conscientes del tiempo de calidad con otros seres humanos del que no disfrutamos en el día a día laboral. 

Grupo de amigos tomando el aperitivo.
Grupo de amigos tomando el aperitivo.
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"El verano es tiempo de pasear, descubrir, charlar, jugar con los niños (o con los mayores)… En el caso de que viajes solo, busca a ratos la compañía; conocer a personas nuevas es la manera perfecta de resetear la mente, que es lo que debe suceder en estos días especiales".

4- Periodo de adaptación

Cuando toque regresar, procura hacerlo de forma sosegada. No apures demasiado para no llegar agotado y estresado, permítete un tiempo de readaptación a la realidad del día a día, y a la laboral en especial. Como exponen los psicólogos, "pasar de cero a cien no es una idea saludable en ningún caso. Si te lo puedes permitir, regresa un par de días antes de reincorporarte a tu puesto de trabajo".

Y cuando hayan terminado tus vacaciones y tengas que reincorporarte, in situ, date tiempo para limpiar la bandeja de entrada de correos, retomar tus responsabilidades y volver a la rutina. No quieras dar el 100% el primer día porque no es realista y provocará frustración.

5- Tiempo de calidad durante el año

La rentrée puede asumirse con cierta ilusión, propósitos nuevos, etc… pero también lo hace con ansiedad por todas las responsabilidades pendientes y venideras. La desconexión no sólo se trabaja en verano, sino que hay que intentar buscar momentos para nosotros mismos durante todo el año. Es lo que se llama tiempo de calidad, pero con nosotros mismos.

También un verano sin vacaciones es una gran oportunidad para disfrutar de algún deporte al aire libre. Correr, nadar, cualquiera de raqueta o en equipo... Las opciones son infinitas.
Durante todo el año hay que intentar mantener 'a salvo' nuestros hobbies.
Pixabay/StockSnap

"Intentemos reservar momentos de desconexión los fines de semana, alguna tarde que dediquemos a nuestros hobbies, a la práctica de deporte para liberar tensiones… Todo lo que nos ayude a cargar pilas y a seguir con el cuerpo a punto y la mente centrada es bienvenido", concluyen los psicólogos.

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