Consiguen enseñar a los loros a realizar videollamadas y el resultado te va a encantar

  • Consiste en descubrir el potencial de utilizar videollamadas para proporcionar a las aves la inteligencia necesaria para socializar con otras.
El experimento para que los loros hagan videollamadas
El experimento para que los loros hagan videollamadas
Kleinberger et al.
El experimento para que los loros hagan videollamadas

Cuando una persona se siente sola, tiene muchos estímulos y muchas posibilidades de encontrar entretenimiento gracias a la gran cantidad de tecnologías que hoy en día tenemos a nuestro alcance. Puede no servir de ayuda, pero al menos ahí están. 

Nosotros podemos elegir si queremos hacer uso de ellas o no, e incluso para una persona mayor que pueda estar sola por diferentes motivos pueden servir de gran ayuda.

Sin embargo, los animales también pueden sentirse solos o no estar acompañados todo lo que deberían y debido a ello generar problemas psicológicos o de cualquier tipo.

Un proyecto de investigadores de la Universidad de Glasgow (Escocia) se ha preguntado el que ocurre con los loros domésticos. Esta cuestión surge porque los loros son el cuarto animal de compañía más popular en Estados Unidos, con casi 21 millones de ejemplares. 

A pesar de que no se consideran animales domésticos, dichos animales tienen necesidades cognitivas y conductuales que no suelen estar satisfechas en las casas de las personas. A raíz de ello pueden sufrir problemas de bienestar.

Esos comportamientos que incluyen pasearse, colgarse de los lados de las jaulas, caminar en círculos, dormir en exceso, arrancarse las plumas… Están relacionados con dolor físico, la angustia o el bienestar psicológico, entre otros factores.

En los últimos años, se han ido creando herramientas que se benefician de la tecnología para ayudar a un mejor bienestar de los animales cautivos, como sistemas que permiten a los perros interactuar a distancia, aplicaciones o reproductores de música.

Con relación a esto ha surgido este proyecto, que consiste en descubrir el potencial de utilizar videollamadas para proporcionar a las aves la agencia necesaria para socializar con otras.

¿En qué consiste el experimento?

Las pruebas se basaron en la siguiente pregunta por parte de los investigadores: ¿Participarían libremente los loros en videollamadas con otros loros?. Para encontrar una respuesta, realizaron un experimento de tres meses con 18 aves que constaba de dos fases.

En la primera fase, cada loro aprendió a asociar el tocar un timbre con la foto de otro loro en su dispositivo y conectarse por videollamada. En cuanto a los cuidadores, se les enseñó a cortar la llamada si el ave mostraba algún síntoma de estrés. 

Esta fase duró dos semanas y cada loro se reunía en dos ocasiones con todas las demás aves de su grupo y recibía comida como recompensa por haber hecho correctamente el proceso, pero nunca durante las llamadas.

Durante esta etapa inicial, las aves involucradas llevaron a cabo un total de 212 videollamadas, mientras que sus dueños observaban cuidadosamente su comportamiento. Los propietarios interrumpieron las llamadas cuando las aves perdían el interés en la pantalla y las limitaron a una duración máxima de cinco minutos. A pesar de que 18 loros comenzaron el experimento, tres de ellos lo abandonaron.

La segunda fase tuvo una duración de hasta diez semanas, a lo largo de las cuales los pájaros de cada grupo tuvieron acceso simultáneo a la campana durante períodos prolongados. La dinámica consistía en que, si un loro hacía sonar la campana y seleccionaba la imagen de un ave en la tableta, se establecía una videollamada. 

Durante la fase dos, no se otorgaban premios ni incentivos, y las llamadas se terminaban después de un máximo de cinco minutos, o antes si alguna ave mostraba falta de interés.

En este período de “llamada abierta”, las 15 aves participantes podían realizar llamadas libremente. También pudieron elegir a qué ave marcar. Durante los siguientes dos meses, los loros domésticos hicieron 147 videollamadas deliberadas a otras aves. 

Sus dueños tomaron notas detalladas sobre las llamadas y grabaron más de 1000 horas de video que los investigadores analizaron.

Conclusiones del experimento

Las aves forjaron fuertes amistades, que los investigadores midieron por la frecuencia con la que eligieron llamar al mismo individuo.

En un primer análisis, se encontró que los loros aprovecharon la ocasión para comunicarse entre sí y, en general, permanecieron en las videollamadas durante el tiempo máximo permitido en el experimento. 

Según los investigadores, los pájaros parecieron comprender que había otro animal vivo del otro lado de la pantalla, no un pájaro grabado. Algunos de los loros incluso aprendieron nuevas destrezas de sus compañeros virtuales, como volar, buscar comida y crear sonidos.

Las aves forjaron fuertes amistades, que los investigadores midieron por la frecuencia con la que eligieron llamar al mismo individuo. Los loros que iniciaron la mayor cantidad de videollamadas también recibieron la mayor cantidad de llamadas, lo que sugiere una "dinámica recíproca similar a la socialización humana", según el comunicado del experimento.

El experimento también acercó a loros y humanos, en ambos lados de la pantalla. Incluso se informó que algunas aves habían desarrollado vínculos con los cuidadores humanos de sus amigos virtuales.

En conclusión, el chat de video no puede reemplazar las interacciones sociales que ocurrirían en la naturaleza, pero puede ser una opción viable para mejorar la vida de los loros que están en cautiverio, señalan los investigadores.

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