Internacional

Zelenski y la OTAN no se mueven: Kiev condiciona la paz a que Rusia se retire y la Alianza promete más ayuda

Zelenski habla ante Naciones Unidas.
EFE

"No me cabe duda de que finalmente introduciremos la fórmula de paz ucraniana y frenaremos la agresión de Rusia, que desmantelaremos las amenazas que ha traído consigo a Ucrania, Europa y el mundo entero". Estas palabras del presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, dan buena muestra de que no solo se ha estancado el frente bélico, sino también el estratégico. La invasión rusa de Ucrania cumple nueve meses sin salida a la vista. Ni Moscú cede ni Kiev y la OTAN cambian sus posiciones con el invierno ya encima y una crisis total sobre la población.

Resistencia. Esa es la palabra más repetida tanto por el Gobierno de Zelenski como de la Alianza Atlántica y la UE, pese a los riesgos de división en el bloque occidental. "La línea de combate en Ucrania se ha convertido en la línea misma de combate de Europa", avisó el presidente, al tiempo que avisaba de que la reconstrucción del país "debe abordarse como la reconstrucción de la propia Europa".

Y es que el efecto contagio depende de lo que ocurra en el conflicto: una vía diplomática no es ahora una opción y la crisis energética va a más mientras salen, aunque sin mucho ruido, las voces que llaman a Zelenski a sentarse en una mesa de negociación que no está en la agenda de nadie a día de hoy. El mandatario, de hecho, considera que "cuando se determine el destino de Ucrania, se determinará el destino de todo el centro y el este de Europa", en otro aviso para países como los Bálticos o Polonia, que creen firmemente en las posibilidades de Kiev para expulsar totalmente a Rusia de su territorio. Zelenski va en esa línea también. "Ucrania es y será libre. Ucrania es y será democrática, es y será fuerte", sentenció.

En ese escenario, la OTAN incide en que no cabe la fatiga en la ayuda a Ucrania y repite que las condiciones para negociar las tiene que poner Kiev y solo Kiev. El país invadido es el que decide sobre su futuro. Y en eso no hay debate, remarca la Alianza Atlántica que, además, promete más ayuda sobre todo en forma de defensas antiaéreas. Eso es lo que pedirá a los socios Jens Stoltenberg en la próxima reunión de ministros de Exteriores que se celebra en unos días en Rumanía.

"La OTAN seguirá apoyando a Ucrania todo el tiempo que sea necesario. No retrocederemos. Agradezco a los Aliados por sus contribuciones y en nuestra reunión en Bucarest, pediré más", comentó en rueda de prensa el ex primer ministro noruego, que además agradeció la disposición de Alemania para enviar este tipo de herramientas, en un movimiento poco habitual porque Berlín no suele liderar este tipo de debates. Stoltenberg tiene claro que no se puede dar la espalda a la situación. Si Rusia gana, los aliados "pagarán un precio muy alto".

Y por eso la victoria tiene que ser para Kiev. "La mayoría de guerras acaban con negociaciones pero lo que sucede en las mesas de negociación depende de lo que sucede en el campo de batalla. La mejor manera de incrementar sus posibilidades de una solución pacífica es apoyar Ucrania", terminó. Al mismo tiempo cree urgente que tanto Suecia como Finlandia se sumen ya al bloque atlántico. "Es hora de finalizar su proceso de acceso y darles la bienvenido como miembros de pleno derecho de la alianza. Nos hará más seguro y nuestra alianza más fuerte y el área euroatlántica más segura", defendió, antes de pedir una mayor vigilancia con respecto a las relaciones con China para no repetir los errores cometidos con Rusia.

En el frente bélico Rusia trata de fortalecerse mientras Ucrania sigue liberando zonas pese a que su contraofensiva lleva algunas semanas ralentizada (en gran parte por el invierno). Así, Putin ha ordenado suministrar más armamento de calidad a las tropas. "Es importante no solo aumentar el volumen y la variedad de los suministros, sino también mejorar su calidad", esgrimi durante una reunión del consejo coordinador de las Fuerzas Armadas. El Kremlin también continúa fortificando sus posiciones, con zanjas, trincheras y barreras antitanque construidas con bloques de hormigón para evitar el avance de la contraofensiva ucraniana en las regiones de Lugansk y Donetsk.

Mientras, el Gobierno ucraniano trabaja para reestablecer el suministro de energía sobre todo en Kiev, donde dos tercios de la población no tiene ya acceso a los servicios básicos. Zelenski confía en que la situación se estabilice una vez que ya se han conectado de nuevo al menos tres centrales. Sobre esto, la Comisión Europea ha prometido ayuda de emergencia frente al apagón energético por los "bárbaros" ataques rusos contra las infraestructuras críticas. La presidenta del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, ha comunicado la donación inminente de 200 transformadores medios y un gran autotransformador por parte de Lituania, un autotransformador medio de Letonia y 40 generadores de la reserva común europea, que se encuentran en Rumanía.