Naranjas y chocolate, una comunión perfecta

Naranja con chocolate
Naranja con chocolate
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Naranja con chocolate
Las recetas de Andrea Carucci
 
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Si pienso en el color naranja, se me viene a la mente la imagen de una hermosa y perfecta naranja, esa fruta jugosa y refrescante de la infancia, entre ácida y dulce, de un color casi perfecto hasta con sus imperfecciones. Cuando era pequeña no sabía pelarlas, y la forma más fácil de comerlas era corándolas en gajos. A modo de estrategia, mis abuelos me la daban con cáscara por si  mordía algo de la corteza. Cuánta era la sabiduría ancestral, que todo lo aprovechaba, y cuán nutritivas eran en aquellas épocas, en las que no teníamos la variedad de frutas actuales.

Actualmente una naranja tiene poco de ácida y dista mucho de aquellas, que no tenían tanta fructosa. Las actuales son producto de una industria que hace casi imposible comer dos naranjas seguidas sin empalagarte. Pero gracias a que muchos agricultores artesanos de cultivos ecológicos están enamorados de estos árboles, se están recuperando variedades ancestrales, no tan perfectas pero  más nutritivas y no tan dulces.

Tal y como la conocemos hoy en día, la naranja es fruto de hibridaciones y de modificaciones para poder tener todo el año el mismo fruto y con el mismo sabor. Nos hemos olvidado que comemos para nutrirnos y no solo para saborear, y quizás seria oportuno plantearnos una fruta no tan dulce, dejando de lado el antojo del paladar, para mantener mejor nuestra salud.

Las naranjas tienen una temporalidad. De pequeña pensaba que eran perennes ya que las veía todo el año en el supermercado. Pero no, las flores salen en primavera, de marzo a mayo y tardan en que su fruto madure dos estaciones. Hay otras variedades que se han ido modificando para que se puedan recolectar más temprano y que las naranjas puedan mantenerse más tiempo en cámaras, siendo recolectadas mucho antes de su punto óptimo sin haber podido madurar en el árbol y perdiendo propiedades.

CAMPOS DE NARANJAS
Campos de naranjas
EUROPA PRESS - Archivo

Este fruto que, según la mitología griega, poblaba la mayor parte del jardín de las Hespérides es muy rico en bioflavonoides que mejoran permeabilidad y la fragilidad capilares anormales, una acción que se potencia gracias a su vitamina C, aunque la cantidad de esta vitamina en la naranja no sean tan considerable como se cree

Este fruto tiene una gran cantidad de peptina, que es un tipo de fibra muy soluble y fermentable, beneficiosa para nuestra microbiota, lo que mejora el tránsito intestinal y también nos ayuda a eliminar toxinas de nuestro aparato digestivo. La peptina esta principalmente en la parte blanca de la corteza.

Los aceites esenciales que contiene en la cáscara de este cítrico tienen multitud de propiedades beneficiosas en nuestra salud y como repelente contra plagas en cultivos o en productos almacenados.

Aunque en contenido en polifenoles presentes en la naranja es mayor en las hojas que en la cáscara, otorga propiedades antioxidantes y tiene posibles implicaciones beneficiosas en la salud humana, tales como en el tratamiento y prevención del cáncer, enfermedades cardiovasculares y otras patologías de carácter inflamatorio.

Su contenido en ácido cítrico, aunque es mucho menor que en el limón, le otorga efectos depurativos, analgésicos, mejora la digestión de los alimentos, alivia el dolor de estómago y estimula las funciones del páncreas y del hígado. La quercetina es un pigmento que se encuentra en la cáscara y en la pulpa, beneficiosas para la salud y que permiten prevenir algunas enfermedades cardiometabólicas.

Gracias a todos estos componentes, el fruto del naranjo tiene propiedades con efecto antiinflamatorio, antidepresivo, antiespasmódico, antiséptico, afrodisíaco, carminativo, diurético, tónico, sedante o ansiolítico, evita parcialmente la absorción de grasa y tiene propiedades colagogas. Dentro de su actividad antimicrobiana es efectiva contra Staphylococcus aureus ,Penicillium chrysogenum , Bacillus subtilis, Escherichia coli y Saccharomyces cerevisiae.      

naranja
De la naranja se puede aprovechar todo.
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Receta de naranjas bañadas en chocolate

INGREDIENTES:

  • Tres naranjas, preferentemente sin pelar, cortadas en rodajas de menos de medio centímetro
  • Papel de horno.
  • Chocolate fundido, la primera receta que compartí

INSTRUCCIONES:

Precalienta el horno a 60 grados y lava muy bien las naranjas antes de cortarlas en rodajas muy finas, ya que usaremos también su piel. Cuanto más finos los cortes, menos tiempo estarán deshidratándose.

Forra las bandejas que vas a usar con papel de horno. Hoy en día existen papeles orgánicos en herbolarios que esta libre de aditivos. Coloca las rodajas de manera que no se peguen unas con otras e introduce la bandeja en el horno. 

Si tienes programa de deshidratación, pon calor arriba y abajo. Si tienes un horno normal, deja un poco abierta la puerta para que se vaya la humedad. Puedes colocar un utensilio de cocina apara que no se cierre del todo. Si tienes un deshidratador, lograrás hacerlas gastando muchísima menos luz.

El tiempo va a depender de cuán finas has dejados las rodajas pero normalmente suelen ser unas horas. Cada hora puedes darles vuelta. Si fuera oportuno y las quieres más deshidratadas tendrás que repetir este paso. Si subes la temperatura se pierden las propiedades nutritivas de la naranja, pero acortas el tiempo de cocción.

A mitad de cocción puedes preparar el chocolate según la receta pero sin enfriarlo para que esté lo suficientemente líquido para poder bañar las naranjas cuando estén secas.

Una vez bañadas en chocolate, las puedes poner sobre un papel de horno y colocarlas en la nevera. En pocas horas las tendrás endurecidas y puedes guardarlas en un bote hermético son deliciosas acompañando un té y un excelente regalo. 

Naranjas y chocolate
Naranjas y chocolate, un maridaje perfecto
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Referencias

Naranja
Deliciosos gajos de naranja
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