La NASA elige a Elon Musk para Artemis: todo lo que tienes que saber sobre cómo SpaceX nos llevará de nuevo a la Luna

La empresa de Musk ha celebrado la noticia compartiendo esta ilustración de Starship en la Luna.
SpaceX ha celebrado la noticia compartiendo esta ilustración de Starship en la Luna.
SpaceX
La empresa de Musk ha celebrado la noticia compartiendo esta ilustración de Starship en la Luna.

Era un secreto a voces, pero nos hacía falta que la NASA lo confirmase. Y ya lo ha hecho: SpaceX construirá el módulo de aterrizaje lunar para el programa Artemis. La compañía de Elon Musk será la encargada de hacer aterrizar a los primeros astronautas en la superficie de la Luna desde la última misión Apolo en 1972.

Como ya sabrás, la agencia aeroespacial estadounidense se está preparando para enviarnos de nuevo a explorar la Luna como parte del programa Artemis. El cohete Space Launch System (SLS) de la NASA lanzará a cuatro astronautas a bordo de la nave espacial Orion hacia nuestro satélite natural.

En la órbita lunar les estará esperando la estación espacial Lunar Gateway, en la que se acoplarán con Orion. Ahí es donde entra en juego SpaceX: a la compañía aeroespacial se le ha asignado la misión de construir un ‘human landing system’ (HLS), en español un ‘sistema de aterrizaje humano’.

El primer módulo de aterrizaje humano comercial que llevará de manera segura a los próximos dos astronautas estadounidenses a la superficie lunar no será otro que la nave espacial Starship de SpaceX, actualmente sometida a intensas pruebas de vuelo suborbital -de hecho, es posible que este mismo miércoles veamos un nuevo intento-.

La Starship, apodada 'Moonship' o 'Lunarship', será previamente lanzada desde la Tierra con un propulsor Super Heavy de SpaceX y estará en la estación Gateway esperando a los astronautas para transportarlos desde la órbita lunar hasta la superficie de la Luna -antes de todo esto, claro, deberá hacer un vuelo de prueba sin tripulación, para el que todavía no se ha adelantado fecha-.

La nave de SpaceX se posará en vertical en el polo sur lunar y los astronautas descenderán a la superficie con un andamio elevador.

Este módulo los tiene que llevar hasta allí y devolver a la nave Orión después de una semana de exploración. En su comunicado, la NASA ha señalado que este viaje hará historia, ya que “al menos uno” de sus tripulantes se convertirá en la primera mujer que pise la Luna.

El módulo de aterrizaje

SpaceX ha estado trabajando en estrecha colaboración con expertos de la NASA durante el período base de rendimiento del HLS para informar el diseño de su módulo de aterrizaje y garantizar que cumpla con los requisitos de rendimiento de la NASA y los estándares de vuelos espaciales tripulados”, asegura la agencia aeroespacial.

La nave espacial HLS de SpaceX, diseñada para aterrizar en la Luna, se apoya en los motores Raptor probados de la compañía y en la herencia de vuelo de los vehículos Falcon y Dragon. Starship incluye una cabina espaciosa y dos esclusas para los astronautas y su arquitectura “está destinada a evolucionar hacia un sistema de lanzamiento y aterrizaje totalmente reutilizable diseñado para viajar a la Luna, Marte y otros destinos”, subraya la NASA.

Por ahora, se desconoce la capacidad de carga de la Starship lunar, pero según las especificaciones publicadas por SpaceX la nave tiene una capacidad de 100 toneladas si se lanza a la órbita baja terrestre.

Cuando la NASA publicó la noticia, SpaceX celebró su victoria publicando en Twitter una ilustración de cómo se verá su Starship en la superficie lunar. Musk, en su línea, retuiteó la imagen con el comentario "NASA rules":

La competición: Musk vs. Bezos

Musk competía con Jeff Bezos y su empresa Blue Origin y con Dynetics, un contratista de defensa propiedad de Leidos, en esta carrera. Aunque parece que la cosa andaba entre los dos grandes empresarios, casualmente -o no- las dos personas más ricas de la Tierra.

Ha llevado alrededor de un año decidir quién era el ganador. Según informa Gizmodo, SpaceX había recibido 135 millones de dólares para demostrar la viabilidad de la Starship como aterrizador lunar; Blue Origin, 579 millones de dólares para desarrollar el módulo de aterrizaje de dos etapas Blue Moon; y Dynetics 253 millones de dólares para desarrollar el DHLS, un módulo de aterrizaje de una sola etapa con un diseño horizontal.

Como mencionábamos más arriba, la nave de SpaceX es la única de las tres propuestas de la que existen ‘prototipos funcionales’ que están siendo probados -nótese el entrecomillado no como una crítica, sino como algo a entender con cautela, pues la empresa de Musk todavía tiene un largo camino por delante-.

Es por esto que decíamos al inicio de esta noticia que la elección de SpaceX era un secreto a voces, ya que tiene parte del trabajo ya hecho. SpaceX era la opción favorita de la NASA por su capacidad de gestión, y estaba igualada con Blue Origin en el aspecto técnico. La Starship ofrece una gran capacidad de carga para llevar astronautas y construir una base en la Luna, el fin último de las misiones Artemisa de la NASA antes de volar a Marte.

No obstante, parece ser que lo que finalmente hizo que la decisión fuera favorable a la empresa de Musk no fue la tecnología espacial, sino el dinero -otra sorpresa-: el presupuesto de SpaceX era mucho más bajo que el de sus dos competidoras. “El valor total de adjudicación del contrato a precio fijo y basado en hitos es de 2.89 mil millones de dólares”, confirmaba la NASA.

Según datos aportados por medios especializados, ajustado a la inflación, el Módulo Lunar de las misiones Apolo tuvo un coste ocho veces mayor.

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