Astrazeneca no informó a sus voluntarios del error en la dosificación de la vacuna contra la covid-19

La farmacéutica AstraZeneca ha decidido interrumpir un ensayo clínico para lograr una vacuna contra la COVID-19, porque uno de los participantes sufre "una enfermedad potencialmente inexplicable", informó un portavoz de la compañía a medios de comunicación estadounidenses.
La farmacéutica AstraZeneca, en una imagen de archivo.
La farmacéutica AstraZeneca ha decidido interrumpir un ensayo clínico para lograr una vacuna contra la COVID-19, porque uno de los participantes sufre "una enfermedad potencialmente inexplicable", informó un portavoz de la compañía a medios de comunicación estadounidenses.

Alrededor de 1.500 voluntarios de un ensayo clínico de etapa avanzada de la vacuna COVID-19 de Oxford y AstraZeneca recibieron una dosis incorrecta, pero no fueron informados de que se había cometido con ellos un error, según ha adelantado este lunes en exclusiva la agencia Reuters.

Según los documentos que obran en poder de la agencia, el error no supuso ningún riesgo de salud para los participantes, pero los voluntarios debieron haber recibido toda la información sobre el ensayo, según el protocolo bioético.

Astrazeneca sí envió una carta a los participantes que recibieron aproximadamente la mitad de una dosis debido a un error de medición, pero en la misiva no se reconocía que era fruto de un error, cuando sí se informó de ello a los reguladores británicos. 

Fue entonces cuando se supo que detrás de ese error estaba el principal acierto de la vacuna, que es más eficaz a dosis y media que a dos dosis enteras

Y todo ello fue fruto de un error involuntario. En los últimos ensayos, cuyos resultados se publicaron en noviembre, se produjo un error de fabricación que provocó que algunos voluntarios recibieran media dosis de la vacuna. Estos pacientes desarrollaron una mayor tasa de efectividad (90% cuando tomaron la otra dosis completa). Sin embargo, aquellos que tomaron las dos dosis completas presentaron una eficacia del 62%.

Este escándalo de falta de ética es un suma y sigue sobre las dudas que acechan a la vacuna de Astrazeneca, a la que le precede la polémica. La semana pasada, Alemania recomendó que solo se administrase a personas menores de 65 años, mientras que la UE, que lo autorizó el viernes para personas mayores de 18 años, redujo su tasa de eficacia informada del 70,4% al 60%. 

Y es que las autoridades europeas ven insuficiente los datos de los ensayos clínicos facilitados, y han entrado en una guerra mediática con la farmacéutica por reducir el suministro al continente los próximos meses. 

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