Los primeros días como padres son tan emocionantes como aterradores. Por fin nuestro bebé está en casa, pero, ahora, debemos aprender a comunicarnos y entendernos para cuidarle (¡y cuidarnos!) como se merece. Claro que, cuando rompe a llorar con desolación y no tiene hambre, ni sueño, ni mimos, son pocos los noveles que consigan guardar la compostura y no desesperarse pensando que son los peores progenitores de la historia. Comienza la sucesión de llamadas a padres, madres y amigos duchos en la materia en busca de respuestas: “¿está enfermo?”, “¿debería llamar al pediatra?”.
Si bien es cierto que padre precavido vale por dos, perder la calma nunca es la mejor de las ideas, pues, ¿os habéis parado a pensar que, al ser lactante, es muy posible que sufra de cólicos? Los gases en bebés recién nacidos es un mal común que provoca llantos incansables, sobre todo al caer la noche. Además de darles paseos golpeando con suavidad su espalda, entre los mejores remedios se encuentra el chupete, acunarles en un pañuelo de porteo para mejorar su postura, los masajes circulares en el abdomen y, también, los baños calientes... ¡en los cubos de cólicos de los que todo el mundo habla!
Estas bañeras estrechas y profundas son muy efectivas, pues el calor del agua ayuda a disolver los gases y la posición vertical y fetal a expulsarlos. Un remedio rápido y fácil de usar que, además, está al alcance de cualquiera. En el catálogo de Amazon, por ejemplo, hemos encontrado varios modelos, aunque nosotros hemos seleccionado este de Bieco, porque es uno de los más vendidos y está a buen precio, poco más de 20 euros. ¿Quieres saber cómo funcionan?
Al ser profundos y estrechos, estos cubos ayudan a que el bebé permanezca durante algunos minutos en posición vertical y con las piernas dobladas, muy similar a la fetal en la que han crecido en el útero materno, teniendo la barriguita (y hasta los hombros) en contacto con agua caliente. Así, además de recrear el hábitat en el que han crecido en los últimos meses, le ayudaremos a expulsar de forma natural e indolora los gases acumulados durante el día.
¿Cómo baño a mi bebé?
Cuando la mayoría de padres novatos ven por primera vez el cubo anticólicos lo habitual es que se lleven las manos a la cabeza: es muy estrecho y parece imposible que el bebé y nuestras manos quepan en el mismo habitáculo. Pero, nada más lejos de la realidad, pues solo hay que conocer la técnica de introducción para asegurar un baño relajante, efectivo y seguro. Así, lo más recomendable es, una vez hemos rellenado de agua caliente (a unos 35º) hasta la marca indicadora, debemos coger a nuestro hijo por las axilas y meterlo en el cubo hasta que se siente en el fondo, asegurándonos de que recoge de forma natural las piernas, que sus pies tocan las paredes y que el agua no suba más de sus hombros.
Aunque le veamos cómodo, desatender el baño no es una opción: hay que sujetarles la cabeza para asegurar comodidad y seguridad y estar en todo momento atentos para confirmar que mantienen la posición que les ayudará a pasar una noche más tranquila... ¡y sin disgustos por cólicos!
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