En noviembre empieza la época de la temida bronquiolitis, ¿cómo prevenirla?

  • Puede presentarse todo el año pero la mayor incidencia es de noviembre a marzo.
  • De momento no existe vacuna. Antitusivos, mucolíticos y antibióticos están desaconsejados. 
Aumentan los casos de bronquiolitis en bebés
Aumentan los casos de bronquiolitis en bebés
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Aumentan los casos de bronquiolitis en bebés

La bronquiolitis es una infección respiratoria muy común que afecta sobre todo a los niños menores de dos años, especialmente a los que tienen menos de seis meses. Según datos de la Asociación Española de Pediatría (AEPED), casi un 75% de los niños la contrae el primer año y con dos, casi el 100% ha estado expuesto. Se trata de una infección producida por un virus -casi siempre el VRS, virus respiratorio sincitial- que provoca la inflamación de los bronquios y los bronquiolos, los conductos más pequeños que llevan el aire dentro del pulmón.

Afortunadamente, sólo algunos de los niños que se contagian por este virus desarrollan una bronquiolitis, y en la mayoría son casos leves que remiten al cabo de una semana. Sin embargo, en otros casos se puede complicar y requerir un ingreso hospitalario. De hecho, es uno de los factores más determinantes en el incremento de los ingresos durante los meses de invierno, con unas 14.000 hospitalizaciones cada año.

Aunque puede presentarse a lo largo del todo el año, son los meses de frío -de noviembre a marzo- cuando más casos se presentan.

¿Qué síntomas provoca?

Los primeros días de la infección, los síntomas son muy parecidos a los de un resfriado común, como mocos, tos, febrícula… En algunos niños, el virus VRS se queda ahí, sobre todo entre los mayores. Sin embargo, si evoluciona hacia una bronquiolitis, al cabo de uno o dos días, los bronquios se inflaman dificultando el paso del aire y los síntomas empeoran:

  • Tos muy fuerte y con gran cantidad de moco.
  • Dificultad para respirar.
  • Respiración rápida marcando las costillas.
  • Silbidos o pitos al respirar.
  • Falta de apetito y/o dificultad para tragar.
  • Algún vómito.
  • Otitis media (sólo en algunos casos).

Si el niño tiene dificultades para respirar, habrá que acudir al pediatra cuanto antes para que prescriba el tratamiento adecuado, que consistirá básicamente en antipiréticos y/o antinflamatorios, lavados nasales frecuentes y broncodilatadores, aunque no funcionan en todos los casos. Al no tratarse de una infección bacteriana, no se prescriben antibióticos. Además, está completamente desaconsejado administrar antitusivos y mucolíticos.

En casos graves, sobre todo si hay grandes dificultades para respirar, neumonía o deshidratación, se aconseja el ingreso hospitalario.

Aunque lo normal es que los síntomas de la bronquiolitis desaparezcan al cabo de 7-12 días, hay casos en los que pueden durar hasta un mes. Además, es probable que, después de sufrir una bronquiolitis, los niños estén más predispuestos durante un tiempo a padecer insuficiencia respiratoria cuando cojan un resfriado.

Cómo se previene

El responsable de entre el 60-90% de los casos bronquilitis es el VRS -virus respiratorio sincitial- un virus muy contagioso que se transmite de persona a persona como lo hace el catarro, a través de las gotitas en el aire cuando alguien tose, estornuda o habla y el patógeno entra en contacto con la nariz o la boca. También se puede contraer al tocar a través de objetos. Por tanto, las medidas higiénicas para prevenirla son:

Lavarse las manos a menudo, sobre todo si se ha estado en contacto con alguien enfermo y antes de tocar a su hijo para cambiarlo, bañarlo, alimentarlo, etc. o alguno de los objetos que utiliza.

No exponer al niño a personas enfermas o acatarradas.

Evitar los lugares concurridos y cerrados, sobre todo las guarderías. Aunque en muchos casos es difícil, se recomienda evitar llevar a los niños menores de 12 meses -y sobre todo de seis meses- a la escuela infantil. Esto es especialmente importante en caso de niños que nacieron prematuros, que tienen problemas de corazón o respiratorios o algún problema de inmunodeficiencia, pues son más vulnerables a contraer el virus y a que este cause complicaciones.

•Lavar a menudo los objetos que están en contacto con el niño y que se suele llevar a la boca, como juguetes.

No fumar en casa ni exponer al niño al humo del tabaco.

•Optar por la lactancia materna. Al menos seis meses y todo el tiempo que la madre y el niño quieran. La OMS recomienda dos años, pues está demostrado que los bebés alimentados con leche materna están más protegidos contra la bronquiolitis y las complicaciones derivadas de esta.

De momento, no existe ninguna vacuna que pueda prevenir la bronquiolitis, aunque se está desarrollando. En caso de bebés con factores de riesgo el pediatra puede prescribir un medicamento llamado palivizumab (Synagis) que refuerza el sistema inmunitario.

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