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PP y Ciudadanos se distancian para hacer oposición a Sánchez pero mantienen el ‘no’

Las portavoces de PSOE Adriana Lastra, de Podemos Irene Montero, y los líderes del PP y Ciudadanos Pablo Casado y Albert Rivera.
EFE / BALLESTEROS

Hubo un tiempo en el que muchas voces les hacían iguales. Pero no lo son. Aunque antes y después del 28 de abril su idea era desmontar el discurso de Pedro Sánchez, Pablo Casado y Albert Rivera han empezado a distanciarse en las últimas semanas en las formas, aunque no tanto en el fondo, puesto que ambos mantienen su "no" a la investidura. Esto fue muy evidente durante el debate de investidura del propio Sánchez, donde los líderes de PP y Cs, aunque compartieron motivos, disintieron en tono, intensidad y manos tendidas.

Pablo Casado apuesta por pactos de Estado con el PSOE, mientras que Rivera no quiere ir con los socialistas ni a la vuelta de la esquina. El presidente naranja fue especialmente intenso al definir la idea del presidente como un "plan" y a sus socios como una "banda". Ciudadanos muestra un discurso mucho más catastrofista que los populares, que apelaron a la oposición "leal y responsable" con España.

Al mismo tiempo que Casado ha moderado el tono, Rivera ha intensificado sus reproches a las políticas socialistas, que son cada vez más rotundos. Ambos mantienen una lucha por liderar la oposición alejada de votos y escaños y más centrada en el mensaje. ¿En qué se centrarán PP y Cs para hacer oposición?

Casado, por los pactos de Estado y una alternativa

Pablo Casado ha sufrido una especie de metamorfósis en las últimas semanas. Durante la campaña electoral fue especialmente beligerante con Sánchez, girando a la derecha en busca de la competencia con Vox. El mal resultado electoral y el toque de los barones le hicieron corregir, y desde entonces ha optado por la moderación, como evidenció en su intervención en el debate. Esa será su forma de hacer oposición. Se ha erigido como la "alternativa" a Sánchez y espera una legislatura "corta" que le pueda impulsar en otra convocatoria electoral. "La firmeza, la coherencia y el sentido de Estado han marcado las intervenciones de Casado. Ante la estridencia y las críticas de Sánchez, siempre, en todo momento, se ha mostrado dispuesto a llegar a pactos de Estado", expresan fuentes de Génova.

Desde el partido elogian este perfil de su líder frente a las "estridencias" de Sánchez. "Habla de los problemas, de España", prosiguen, y están convecidos de que la oposición "responsable" es el camino hacia un futuro éxito. "Casado lidera y va a liderar la oposición, es el mandato de los españoles", comentan desde la formación. La moderación, eso sí, no le aleja de ser muy crítico con el presidente. "Moderación también es decir con claridad lo que pasa en España", sentencia el PP.

Casado ha insistido hasta la saciedad en que no facilitaría la investidura, pero sí la "gobernabilidad" del país. Ha ofrecido pactos de Estado a nivel de la UE, aguas, infraestructuras e incluso se ha abierto a un acuerdo de Presupuestos, algo que ya hizo en su primera reunión con Sánchez tras ser proclamado presidente del Partido Popular. Deja por tanto la mano tendida por si el presidente del Gobierno quisiera mirar a la derecha, algo que parece complicado con Unidas Podemos dentro del Ejecutivo.

Rivera, mucho más duro hacia dos lados

Albert Rivera libra varias batallas: con Sánchez, con Casado y con sus críticos. No es la mejor época para el presidente de Ciudadanos. En plena crisis interna, Rivera sigue convencido de que la estrategia más crítica y dura con Sánchez es la mejor posible, y a los resultados electorales se remite. Mejoró notablemente en votos y en escaños, y eso lo reposa sobre el veto al PSOE; por eso no tiene pensado cambiar de plan. Cs tiene el suyo frente al del PSOE -palabra usada precisamente por el propio Rivera en el debate de investidura- y hace oídos sordos a la "banda de marichis" de Aitor Esteban y a las voces que le acusan de haber 'derechizado' a su partido.

En el cara a cara con Casado, también se ve ganador. Apela precisamente al crecimiento en las urnas para elevarse como representante principal de la oposición, pero su desdén a Sánchez (por ejemplo al reusar reunirse con él) proyecta una imagen de menor sentido de Estado frente al PP. En Ciudadanos ven positivo que Pedro Sánchez centre sus críticas en Rivera. "Sánchez ha certificado quién será la oposición ya que todos los ataques los ha dirigido a Ciudadanos. Tiene obsesión con nosotros: tiene ciudadanitis", dijo Inés Arrimadas. Lo llevan además a una batalla por el voto "de centro", donde Cs se ve compitiendo por el PSOE.

Así, la idea de Rivera es insistir en el desgaste a Pedro Sánchez, en "destapar su plan" que "solo es bueno" para el propio Sánchez. Para marcar todas las distancias posibles con los socialistas, desde Cs han hecho suyo el "no es no" que abanderó Sánchez frente a Rajoy en su momento. Desde las filas naranjas, van a confrontar constantemente con el Ejecutivo porque para ellos, que Pedro Sánchez sea presidente del Gobierno es "un peligro". Esa es la dureza del tono. Y esas son las dos maneras que tendrán Casado y Rivera de hacer oposición.

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