Del encuentro entre ambos surgió, según Colobrans, "un diálogo que ofrece una particular tradición culinaria de entre las muchas que conviven en Oriente Próximo".
Según Colobrans, "para apreciar debidamente la calidad de una cocina no sólo se han de conocer los ingredientes, sino también la manera de tratarlos y, lo más importante, se debe saber también el porqué de esos ingredientes y de esa manera de tratarlos".
En "El Cocinero de Damasco" (Editorial Zendrera Zariquiey), el lector comprueba la importancia de relacionar las recetas con el significado de un escenario milenario como la ciudad de Damasco y con una información inédita: el recetario de la familia de Salem Khabbaz, que regenta desde hace 150 años en la capital siria un restaurante de comidas caseras.
Salem Khabbaz proclama que "el Mediterráneo tiene una concentración de culturas y sabores que no se da en ningún otro lugar del mundo; aquí conviven las cocinas europea, africana y oriental".
Considera Khabbaz que "la cocina siria es muy parecida a la española, pues ambos países han sido territorio de paso de muchas culturas".
El libro ha recibido un galardón Gourmand en los últimos Premios Mundiales de Libros de Cocina
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