El mediático cocinero británico Jamie Oliver ha declarado insolvente la cadena de restaurantes de su propiedad, en la que trabajan 1.300 personas.
El imperio del conocido cocinero ha entrado en fase de administración concursal, un instrumento jurídico cuyo objetivo es procurar que una empresa continúa su actividad.
I’m devastated that our much-loved UK restaurants have gone into administration. I am deeply saddened by this outcome and would like to thank all of the people who have put their hearts and souls into this business over the years. Jamie Oliver
— Jamie Oliver (@jamieoliver) 21 de mayo de 2019
Para ello, es un juez el encargado de nombrar un administrador concursal que analiza la situación financiera de la empresa y establece los plazos en los que el empresario deudor, en este caso Jamie Oliver, negocie con los acreedores cómo satisfacer la deuda.
El cocinero dijo que está "entristecido" y "devastado" por la situación que atravesiesa su grupo de restaurantes, que incluye la cadena Jamie's Italian, Barbecoa y Fifteen. En total hay 25 restaurantes afectados, 23 de los cuales son de la cadena Jaime's Italian.
Oliver afirmó que es "consciente de cuán difícil es esto para todas las personas afectadas". "Me gustaría agradecer a todos los clientes que han disfrutado con nuestra comida y nos han apoyado durante la última década, ha sido un verdadero placer servirles", agregó.
Arrastrando dificultades desde 2017
Según recoge la BBC, el cocinero recordó que abrió la cadena Jamie's Italian en 2008 "con la intención de irrumpir en el mercado de la restauración en las calles de Reino Unido, con gran valor y mejores ingredientes, siguiendo los mejores estándares de bienestar animal y con un increíble equipo que compartió mi pasión por la comida y el servicio".
El cocinero Jamie Oliver es famoso por sus libros y programas de televisión sobre cocina, emitidos en docenas de países. Oliver también ha hecho campaña a favor de la alimentación saludable en centros escolares.
Los negocios de Oliver comenzaron a tambalearse hace dos años, cuando varios restaurantes de las cadenas Jamie's Italian y Barbecoa tuvieron que cerrar. En 2017 cerró también los últimos locales de la cadena Union Jacks y la revista que había editado durante los últimos diez años.
En diciembre de 2017 Oliver tuvo incluso que poner tres millones de libras de su propio bolsillo para intentar salvar sus negocios.
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