Las partículas en suspensión "quitan" 125.000 años de vida saludable a los niños europeos

  • En 20 de 28 países europeos hay niveles de partículas por encima de las recomendaciones de la OMS.
  • Los 28 países analizados muestran niveles de ozono no seguros.
Vista de la capa de contaminación que cubre la ciudad de Madrid.
Vista de la capa de contaminación que cubre la ciudad de Madrid.
Juan Carlos Hidalgo / EFE
Vista de la capa de contaminación que cubre la ciudad de Madrid.

Una investigación del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) ha estimado la carga de enfermedad de diversas exposiciones ambientales en la población infantil europea y, de nuevo, destaca el riesgo que supone la contaminación del aire. El estudio calcula que cada año, la exposición a las partículas en suspensión de menos de 10 microgramos de diámetro (PM10) y menos de 2,5 microgramos (PM2.5) roba 125.000 años de vida saludable a los niños y niñas de Europa.

El análisis, publicado en el International Journal of Environmental Research and Public Health, evaluó la carga de enfermedad de la población infantil de los 28 países de la Unión Europea para siete factores de riesgo ambientales: contaminación del aire —partículas PM10, PM2,5 y ozono— humo de tabaco pasivo, humedad, plomo y formaldehído.

Los investigadores recopilaron datos y realizaron un cálculo de los años de vida ajustados por discapacidad (DALYs, por sus siglas en inglés), una medida de carga de la enfermedad global, expresado como el número de años de vida saludable perdidos debido a enfermedad, discapacidad o muerte prematura.

Las conclusiones muestran que las exposiciones ambientales incluidas en este estudio roban cada año 211.000 años de vida saludable a la población europea de menos de 18 años, lo que representa el 2,6% del total. La contaminación del aire –PM10, PM2,5 y ozono— fue la exposición más dañina y agrupó hasta el 70% de años de vida saludable perdidos, seguida del tabaco pasivo, con un 20%.

Mayor impacto real

David Rojas, primer autor del estudio, destaca que “de entre todos los riesgos estudiados, las partículas en suspensión son las que producen la mayor carga de enfermedad, ya que se relacionan con enfermedades respiratorias, cardiovasculares y neurológicas, entre otras, y están asociadas con una mayor mortalidad infantil”.

“De hecho, su impacto real podría ser mayor que el que señalan nuestras estimaciones, debido a que solo hemos tenido en cuenta sus efectos sobre la mortalidad infantil y el asma, en el caso de las PM10, y de las infecciones de las vías respiratorias bajas, en el caso de las PM2,5.

De los 28 países incluidos en el estudio, 22 países —con excepción de Luxemburgo, Irlanda, Suecia, Estonia, Finlandia y Dinamarca— reportaron niveles de PM10 por encima de las recomendaciones de la OMS (media anual inferior a 20g/m3) y todos mostraron niveles de ozono por encima de los niveles considerados seguros (una media de 100 g/m3 durante ocho horas).

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