Autoexploración, una rutina que puede salvar vidas

El palpamiento se efectúa con los dedos juntos y estirados haciendo círculos.
El palpamiento se efectúa con los dedos juntos y estirados haciendo círculos.
AGENCIAS
El palpamiento se efectúa con los dedos juntos y estirados haciendo círculos.

La detección precoz de un tumor en fase inicial mejora el pronóstico y el índice de supervivencia del paciente. En el caso del cáncer de mama, la autoexploración es fundamental para advertir cualquier tipo de anomalía o cambio que se produzca en los pechos. Esta consiste en un examen diario de la mama realizado por la propia mujer, una prueba muy sencilla que no presenta riesgos y que dura cuatro o cinco minutos a cambio de salvar una vida. Además de esta revisión, se recomienda someterse a un reconocimiento clínico por parte del ginecólogo y hacerse mamografías, dos medidas que también ayudan a detectar posibles irregularidades.

La autoexploración debe realizarse una vez al mes durante toda la vida desde que se tiene la primera menstruación, con especial recomendación en las mujeres menopáusicas. El examen se divide en tres estadios: revisión erguida, tumbada y palpamiento de axila. Antes de comenzar, es importante recordar que en el 90% de los casos los bultos que puedan detectarse no tienen por qué ser malignos, de acuerdo con un informe de Sanitas.

Erguida

El primer paso consiste en colocarse de pie frente al espejo desnuda de cintura para arriba con los brazos colgando a lo largo del cuerpo. Levantando ambas extremidades hacia el techo, hay que girar el tronco a ambos lados para tener una visión periférica de los pechos. Después, con las manos en las caderas, se ejerce presión contra el cuerpo para comprobar si existen anomalías.

Tumbada

Boca arriba sobre la cama, se pone la mano izquierda bajo la cabeza y con la derecha se palpa el pecho izquierdo. Para ello, se colocan los dedos juntos y estirados, realizando movimientos circulares, asegurándose de que no queda ninguna región de la mama sin explorar. El proceso se repetirá sobre el otro lado del cuerpo.

Axilas

Por último, se examinarán las axilas con los brazos bajados. Gran parte de los tumores se producen en la parte de la mama más cercana a la misma.

Revisiones periódicas

Aunque el cáncer de mama no se puede prevenir, existen estudios recientes que demuestran que el riesgo de padecerlo se reduce con estas acciones: realizar ejercicio físico de forma regular (un mínimo de cuatro horas a la semana), evitar el sobrepeso y la obesidad tras la menopausia, así como la ingesta regular de alcohol.

Cualquier persona es susceptible de desarrollar este tumor, aunque las mujeres mayores de 50 años que además cuenten con antecedentes familiares de la enfermedad o lleven un estilo de vida sedentario son los núcleos de población con una mayor tendencia a padecerlo. En concreto, si existe un historial consanguíneo, la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) recomienda pedir consejo para ver si está asociado a una mutación genética.

Las personas con riesgo muy elevado de desarrollar este tumor cuentan con varias opciones terapéuticas, como la mastectomía profiláctica (extirpación de todo o la mayoría del tejido mamario en un pecho sana para evitar la expansión del tumor) y la quimioprevención (utilización de sustancias químicas como medicamentos y vitaminas). Por eso es muy importante llevar a cabo autoexploraciones, hacerse mamografías y seguir una serie de consejos para reducir la probabilidad de tener este cáncer.

Antes de enumerar los factores de riesgo a evitar, se debe tener en cuenta que presentar uno o varios no implica que la enfermedad vaya a aparecer. Sin embargo, se han identificado algunos que aumentan la probabilidad de desarrollar este cáncer: situaciones relacionadas con la descendencia, factores hormonales exógenos, la dieta y el ejercicio físico se pueden modificar.

De entre los agentes a evitar, la AECC señala que el uso de tratamientos hormonales sustitutivos durante la menopausia está directamente relacionado con una mayor probabilidad de padecerloLa maternidad también juega un papel fundamental:tener el primer embarazo a una edad temprana y la lactancia materna prolongada disminuyen el riesgo. Del mismo modo, llevar una dieta rica en fibra (frutas y verduras), realizar deporte y disminuir la ingesta de alcohol pueden prevenir el cáncer de mama. 

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