Las 21 claves de primeros auxilios en niños: ¿Qué deben y qué no deben hacer los padres?

  • Dos pediatras del Hospital Niño Jesús de Madrid han realizado una guía práctica para los progenitores: "Se ven frustrados si no pueden ayudar"
  • Recogen las situaciones más comunes a las que se enfrentan los pequeños y que tienen una solución inmediata pero muchas veces desconocida.
Niños jugando al fútbol en el patio del colegio.
Niños jugando al fútbol en el patio del colegio.
GTRES
Niños jugando al fútbol en el patio del colegio.

Con los niños hay que tener mil ojos. Los padres dedican casi toda su atención a sus hijos y por ello es necesario que tengan los máximos conocimientos posibles en primeros auxilos. Para ayudarles, los doctores Juan Casado -pedriatra emérito y profesor en la UAM- y Raquel Jiménez, del Hospital Niño Jesús de Madrid, han elaborado una guía con 21 claves para atender 21 situaciones diferentes que se pueden presentar con los menores.

Desde los atragantamientos hasta los ahogamientos en playas y piscinas, los doctores dan referencias, acompañadas de consejos y pequeñas ilustraciones para que los progenitores ejerzan labores en caso de urgencia. También incluye, sobre todo en los casos más peligrosos, apuntes sobre lo que no se debe hacer para no perjudicar la salud del menor.

La propia Raquel Jiménez ha explicado a 20minutos que la idea de hacer la guía parte del desconocimiento de los padres. "Estamos acostumbrados a ver muchos niños todos los días y notar como los padres se encuentran frustrados ante un evento que para ellos pueda ser inesperado, y tienen que prestar la primera ayuda sin tener los conocimientos necesarios", esgrime.

"Es necesario saber cómo dar los primeros pasos", cuenta. Este documento no es más que una continuación a los cursos de primeros auxilios que se realizan en el hospital. La doctora recuerda que "a partir de los cursos vimos la buena acogida y buscamos que ese apoyo llegase al mayor número de personas posibles porque veíamos que lo que explicábamos en las reuniones era muy últil".

Destaca Jiménez de la guía que "es un elemento muy interactivo; los dibujos y el estilo hacen que sea visual, sencilla y clara, e incluso puede servir a adolescentes con hermanos pequeños, que tengan que hacer frente a dolencias o situaciones como las que se cuentan".

Concluye la pediatra que "la comunicación entre padres y médicos es muy buena, porque al final están muy preocupados por todo lo que les pase a sus hijos", pero reconoce que "el primer paso tenemos que darlo nosotros, facilitando todas las herramientas posibles para su tranquilidad".

Si se atraganta...

En el caso de los atragantamientos, habrá que valorar primero si se trata de uno leve o de uno grave. En el primero la tos es más brusca y el niño tiene que ser colocado en posición lateral, y tiene que toser hasta expulsar el elemento. Si la gravedad es mayor, el primer paso es pedir ayuda para posteriormente comprobar que el objeto en cuestión está visible o no.

En ambos casos, las maniobras a realizar varían si el afectado es menor o mayor de un año, puesto que en el primero de los supuestos, los ejercicios deben realizarse con mucha más delicadeza.

Parada cardiorespiratoria y ahogamiento

En una situación de parada cardiaca del menor, hay varias etapas que cumplir: confirmar que se encuentra en un lugar seguro, y después de solicitar ayuda, el niño ha de ser colocado sobre una superficie dura para iniciar la reanimación.

Abrir las vías aéreas es el primer paso para posteriormente realizar el boca-boca sobre el menor. Solo si no responde se pasa a las llamadas compresiones torácicas: presionar fuerte y rápido en el centro del pecho para hundirlo (4 cm en bebés y 5 cm en niños), con una frecuencia de 100-120/minuto.

De actualidad están los ahogamientos: 2017 está siendo un año 'negro' en ese sentido -377 fallecidos por el momento-, y por ello es necesario saber cómo actuar, sobre todo en el caso de los niños que pueden ser proclives a no saber nadar. El procedimiento de actuación es similar al de los paros cardiacos porque, al fin y al cabo, los síntomas son los mismos.

Una dolencia más habitual es la fiebre. Se confirma si la temperatura es mayor a 38 grados. Suele ir acompañada de escalofríos y para combatirse es recomendable colocarse en un lugar fresco y aplicar tanto paños de agua templada sobre la frente como baños de agua tibia. Además, se recomienda administrar mucho líquido y antitérmicos.

Si el niño es menor de tres meses, o bien respira con dificultad y el nivel de cansancio es elevado, se debe acudir al médico, tal y como ambos pediatras recogen en la guía.

Para los sarpullidos, por otra parte, hay una diferenciación: el informe apunta que existen dos tipos. El exantema -sarpullido propiamente dicho- es una dolencia más leve. Son manchas rojizas que desaparecen si se estira la piel. Pero existen también las petequisas, que son pequeños puntos fruto de una hemorragia en la piel, y son más graves.

Diarrea y vómitos, más comunes

Tanto si se da uno como si se da lo otro, se deben vigilar los signos de deshidratación y no se puede medicar al niño sin prescripción médica. Puede llegar a aplicarse suero para recuperar niveles normales de líquido en el cuerpo.

Con los problemas respiratorios y la tos también hay un proceso específico. Es necesario mantener al menor incorporado y con las vías respiratorias despejadas, además de dar los alimentos en tomas muy pequeñas.

Los padres pueden encontrarse también con la llamada 'tos de perro', reconocible por ser estridente y provoca inflamación de la laringue. No se debe tumbar al niño, y el siguiente paso será tranquilizarle y hacer que respire aire fresco.

Con las convulsiones también es preciso tumbar al afectado de lado, y si no remite y se le ha de aplicar medicación, se debe saber que es muy efectiva. Suelen durar unos cinco minutos.

¿Qué hacer si hay un desmayo?

En caso de desvanecimiento hay que saber si el niño puede incorporarse. Si es que sí, ha de sentarse con la cabeza entre las rodillas pero si está inconsciente, hay que elevar las piernas. Si hay dolor en el pecho, los padres han de recurrir al médico, sin ofrecerle comida ni bebida al menor y manteniéndole en un ambiente fresco.

Asimismo, las reacciones alérgicas tienen como parte positiva se pueden prevenir. Si se trata de una reacción leve se aplicará el antihistamínico, pero si la gravedad es mayor, se tendrá que acudir al médico. En el caso de que se disponga de autoinyector de adrenalina, tendrá que aplicarse durante diez segundos, según se explica en la guía.

Con las mordeduras es preciso limpiar bien la herida después de apretarla durante varios minutos y posteriormente identificar al animal que la haya hecho. Habría que acudir a un centro sanitario si la herida no fuera solo superficial.

En el caso de las picaduras, dependiendo del insecto -o de medusa, por ejemplo-, se tendrá que eliminar con cuidado el aguijón y limpiar muy bien la marca. La llamada al médico ha de producirse si afectan a zonas delicadas o acaban por inflamarse.

Si lo que le ocurre al menor es el dolor propiamente dicho, ante todo los padres deben mostrar tranquilidad. Con los lactantes pequeños o niños de corta edad se ha de recurrir a las caricias, los abrazos y las palabras tranqulizadoras, mientras que si el niño es mayor, se le pueden dar analgésicos.

Con el dolor de cabeza hay que tener especial cuidado. Se ha de acudir al médico siempre que la molestia despierte al menor por la noche, se acompaña de vómitos o no cede con los medicamentos habituales.

Soluciones en caso de accidente

Si lo que se produce es un accidente, lo primero es asegurar la zona hasta cerciorarse de que no hay peligro. El siguiente paso será llamar al 112 facilitando todos los datos posibles para que puedan acudir en su ayuda. Una vez hecho eso, los progenitores podrán socorrer al afectado.

Es recomendable que el menor conozca direcciones, números de teléfono y demás aspectos relevantes para reaccionar de manera correcta en una situación de este tipo.

Otro procedimiento es el que se debe realizar si se da una ingesta de un producto tóxico. El proceso es el siguiente: alejar el producto del niño, no provocar el vómito y llamar a toxicológia. Es necesario guardar el envase por si fuera solicitado.

Las quemaduras son otro suceso habitual en niños. Después de apartar al menor de la fuente de calor, hay que aplicar agua fría durante veinte segundos, pero no se debe ni aplicar pomada ni explotar las ampollas si existieran. En caso de que la quemadura afecte a zonas como la cara, será necesario acudir al médico.

Los traumatismos son quizás las experiencias más usuales, sobre todo durante los juegos. Dependiendo de la zona, las medidas a aplicar son diferentes. En la cabeza, en las extremidades, en los dientes o en el pecho. Existen mecanismos de prevención, y también una serie de medidas para reducir los síntomas de dichos golpes.

Importante frenar el sangrado

Es raro que un niño no presente rasguños, y que esas heridas sangren, como también lo puede hacer a través de la nariz. Con las heridas ha de actuarse con cuidado: limpiarlas bien y tapar si es necesario con una gasa o similares. Será preciso elevar la zona afectada para que el sangrado cese.

Si el problema es nasal, el niño debe de estar tranquilo. Una vez sentado, se taponan los orificios durante unos diez minutos. Se acudirá al médico se pasado ese tiempo, la afección persiste.

Todo esto son indicaciones pediátricas para evitar que problemas que pueden ser cotidianos se magnifiquen. Además, la intención es persuadir a los padres de que es capital conocer primeros auxilios por la seguridad de los hijos.

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