Artes

El matrimonio rico que pobló los museos alemanes de 'pop art'

'El jinete rojo', obra de Lichtenstein del año 1974
Leihgabe der Sammlung Ludwig, Aachen - © Estate of Roy Lichtenstein / Bildrecht Wien, 2015. Photo: © mumok

Hijo de un fabricante de cemento, el alemán Peter Ludwig (1925-1996) siempre tuvo tiempo para cultivarse, gozó de la estabilidad económica como heredero del negocio mientras su hermano mayor era elegido para dirigirlo. En 1951 se casó con Irene Monheim, hija de uno de los mayores fabricantes de chocolate de Alemania y poco después fue nombrado director general de la empresa. El matrimonio comenzó en los años siguientes su gesta en la adquisión de arte.

Voraces en la compra de obras, se dejaban llevar por los caprichos personales —arte precolombino, cerámica holandesa de Delft, arte medieval...— y el conjunto carente de coherencia pasaba desapercibido en el mundo del coleccionismo, pero a mediados de los años sesenta encontraron el filón del 'pop art'. Los Ludwig dieron en el clavo atesorando obras de Warhol, Lichtenstein, Indiana, Wesselmann... Obras atractivas como bombones, caprichosa, vitales y respondonas, ideales para redecorar de modernidad los museos de la todavía traumatizada Alemania.

El Museo de Arte Moderno de Viena —Mumok— expone hasta el 13 de septiembre en torno a un centenar de obras adquiridas por el matrimonio. Titulada Ludwig Goes Pop (Ludwig se vuelve pop), la muestra se nutre de trabajos procedentes de siete diferentes centros de los alrededor de 30 que disfrutaron de los préstamos (a menudo permanentes o convertidos después en donaciones) que hicieron Peter e Irene Ludwig.

Ludwig retratado por Warhol

La colección de arte pop más grande fuera de los EE UU contiene imprescindibles como Two Elvis de Warhol, M-Maybe de Roy Lichtenstein o Sunbather —una de las escenas de piscina— de David Hockney. Los Ludwig acudieron a la Bienal de Venecia de 1964 y a la rompedora gran exposición Documenta 4 celebrada en 1968 en Kassel y descubrieron así aquel movimiento, reflejo de la pasión de las clases medias por la cultura de consumo, cuando todavía era relativamente desconocido en Alemania.

Libros, discos y películas de la época complementan la exposición para darle un contexto social a aquel movimiento surgido de lo vulgar y banal, la publicidad, el icono masificado, la chuchería capitalista. Entre las muchas piezas famosas que atesoró el dúo de mecenas hay curiosidades menos cacareadas que las latas de sopa de tomate Campbell, como ABC Minors del inglés Peter Blake, que en 1955 ya pintaba en código pop mucho antes de que los estadounidenses se adueñaran de la corriente. Destaca también un retrato del propio Peter Ludwig creado por Warhol en 1980.

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