El sospechoso del atentado de Francia ha confesado los hechos
- Yassine Salhi ha reconocido haber decapitado a su jefe en un aparcamiento tras haberlo matado.
- Salhi aseguró atravesar "dificultades ligadas a su trabajo y a su familia", según medios locales.
- El arrestado se fotografió con la cabeza de su víctima y luego envió la imagen por WhatsApp a un número con base en Siria.
- El primer ministro, Manuel Valls, indicó que la amenaza terrorista es "importante" en el país y que el combate "debe entablarse a largo plazo".
Yassine Salhi, el sospechoso del atentado del pasado viernes en el este de Francia, ha reconocido ante los investigadores haber decapitado a su jefe, según indicaron este domingo fuentes próximas a la investigación.
El arrestado, de 35 años y que había sido vigilado por su cercanía con medios salafistas, ha comenzado a colaborar con los agentes tras dos días de intensos interrogatorios, indicaron las fuentes citadas por la televisión BFMTV.
Según la edición digital del diario Le Parisien, Salhi reconoció haber decapitado a su jefe en un aparcamiento tras haberlo matado. Agentes franceses han comenzado a registrar el aparcamiento en cuestión en busca de elementos.
El sospechoso se mostró menos claro a la hora de determinar los motivos de su acto. Según Le Parisien, aseguró atravesar "dificultades personales ligadas a su trabajo y a su familia". BFMTV afirmó que Salhi confesó haber tenido una fuerte disputa con su esposa la víspera del atentado.
La esposa y la hermana del sospechoso continúan arrestadas en los locales de la policía de Lyon, y Salhi será trasladado a París este domingo para proseguir su interrogatorio en los locales de la brigada antiterrorista, situados a las afueras de la capital.
Amenaza terrorista "importante"
El primer ministro, Manuel Valls, indicó este domingo que la amenaza terrorista es "importante" en el país y señaló que el combate contra el terrorismo "debe entablarse a largo plazo". "Será un combate largo, no se pueden reclamar resultados inmediatos", indicó el jefe del Gobierno en una entrevista.
En paralelo, el primer ministro reclamó a la sociedad un "espíritu de unidad" y "sangre fría".
Salhi fue reducido por un bombero cuando abría bombonas de acetona en una planta química en Saint-Quentin-Fallavier, a pocos kilómetros de Lyon, tercera ciudad del país. Antes, había colgado de una verja la cabeza de su jefe en la empresa de paquetería en la que trabajaba y la había rodeado de pancartas con inscripciones musulmanas.
Posteriormente, estrelló su vehículo contra un almacén donde había bombonas de gas, lo que provocó una gran explosión que no causó víctimas entre el medio centenar de empleados de la empresa.