Tierra Viva

Un ganadero madrileño pierde decenas de cabras por un ataque de animales en la Sierra Norte

Ejemplar de cabra del Guadarrama, un animal en peligro de extinción y catalogado como "de protección especial", que está siendo recuperado en muchos espacios de la Red Natura 2000 en Madrid, Castilla y León y Castilla-La Mancha.
Raúl Casado / EFE

Un pastor y productor de queso de la Sierra de Madrid sufrió el domingo un ataque de animales en un rebaño de cabras que según él provocó la muerte de más de 30 ejemplares y la desaparición de más de 40, en uno más de una serie de acometidas de animales salvajes o asilvestrados en los últimos años en la zona.

"Cuando salimos a buscar las cabras, entre la primera muerta y la última que encontramos, había 20 kilómetros de distancia, las estuvieron mareando durante dos noches y un día", cuenta Francisco Javier Colmenarejo, ganadero y productor de quesos artesanales en el pueblo de San Mamés, en la Sierra Norte de Madrid.

Según el ganadero, los responsables del ataque son cuatro lobos grandes y un cachorro.

La investigación de los agentes forestales para determinar el número exacto de bajas y la naturaleza de los agresores aún no ha concluido, y desde el Gobierno autonómico han señalado que hasta que no termine la pesquisa no se pueden expedir al respecto.

En este rebaño, que fue arrastrado al monte por los animales, Colmenarejo tenía 240 cabras, de las que ha recuperado 160.

"Esto se veía venir, porque los están trayendo y cada vez son más, cada vez necesitan más comida y más territorio, el lobo no es el culpable, es la gente que lo gestiona, viene mucho dinero para biodiversidad, pero no hacen planes de convivencia, y pagan los más débiles, el lobo y el ganadero", explica.

Podrían ser perros asilvestrados, dice un conservacionista

Una fuente de una organización conservacionista que actúa en la zona dijo a este diario que podría no tratarse de lobos debido a que la extensión (tanto temporal como territorial) del ataque no ha tenido la efectividad que tendrían estos predadores, por lo que no descarta que se trate de perros asilvestrados.

Colmenarejo ya ha puesto una denuncia policial y demandará a la Administración, aunque más allá del importe económico que pueda corresponderle, dice que no es posible pagar el valor afectivo que tenían sus animales.

"Mis cabras no son un número, tienen nombre, mi familia las cría desde 1780, sé quién es la madre, la abuela, la bisabuela de cada una... La Comunidad de Madrid no tiene dinero para pagar lo que valen esas cabras que perdí", dice, agregando que los caprinos de la raza de Guadarrama cuestan en el mercado entre 150 y 200 euros cada una, pero que hay daños no contabilizables.

"A muchas se les ha retirado la leche, otras no quedan preñadas, quedan traumadas, tienen un año de recuperación, paren mal", cuenta.

Explicó que es el primer ataque en su explotación ganadera, pero que en la Sierra Norte llevan sufriéndolos de manera esporádica desde hace 6 ó 7 años.

Desde el Ayuntamiento de Navarredonda y San Mamés, en el Valle del Lozoya, dicen no haber recibido una notificación oficial.

El año pasado, la Unión de Ganaderos, Agricultores y Silvicultores de Madrid (UGAMA) había advertido de la situación de los ganaderos de la Sierra de Madrid ante "numerosos ataques" de lobos y/o perros asilvestrados.

Alfredo Berrocal, presidente de Ugama y ganadero del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, dijo que los ganaderos de Madrid están indignados.

"Una vez más la ganadería de Madrid es pasto de los lobos, que se comen nuestro modo de vida", dijo Berrocal, advirtiendo de que están instruyendo a sus asociados para que demanden a la Administración, responsable de los lobos, cada vez que éstos provoquen daños en su patrimonio ganadero.

"Es lo único que podemos hacer, ya que el lobo es una especie protegida y no podemos defendernos de sus ataques", explica.

"La sociedad quiere que el lobo cohabite con nosotros, y está bien, pero que no seamos solo los ganaderos quienes alimentemos al lobo, sino que lo alimente la sociedad, y que nos pague los daños", añadió, coincidiendo con Colmenarejo en que es difícil de cuantificar el perjuicio ocasionado por este animal salvaje, ya que a las bajas de los animales se suman los traumas que quedan en los animales supervivientes.

* Esta noticia rectifica la primera versión de la misma, en la que se deba por hecho que el ataque había sido cometido por lobos, cuando no está confirmado este extremo por parte de las autoridades que están investigando.