Lo de Heidi Klum no es de este mundo. No sé si su pacto es con dios o con el diablo pero ¡madre del amor hermoso! La modelo acaba de cumplir cincuenta añazos y no hace más que lucir, allí por donde pisa, un cuerpazo de infarto.
La última vez ha sido esta misma semana en el desfile de Alta Costura de Jean Paul Gaultier. Un vestido asimétrico volvía a poner en evidencia su esculpidísima figura. Por un lado, solo se cubría con una pequeña braguita y un sujetador. Recientemente, la hemos visto pasearse con ultra minis, macro escotes y demás looks con mucho estilo y poca tela. Pero no es la única que últimamente se ha apuntado a la tendencia 'naked' (desnuda).
La 'influencer' Chiara Ferragni ha desafiado en varias ocasiones la censura de Instagram con potentísimos vestidos absolutamente transparentes. Irina Shayk, Kendall Jenner o Kate Moss son también asiduas a tapar poco y enseñar, quizá, de más. Y es aquí donde viene mi pregunta. ¿Es esto elegante? ¿Se lo permitimos a ellas porque están buenorras? ¿Nos acostumbraremos a ver a gente así en actividades más cotidianas?
No sé si conocéis el "Efecto halo". Se trata de un sesgo cognitivo que asegura que somos más benevolentes y atribuimos cualidades más positivas a la gente guapa. ¿Qué quiero decir con esto? Pues que, aunque sea de manera inconsciente, este tipo de modas nos tienden a parecer bien cuando las vemos en gente que está estupenda, mientras que si lo llevásemos los demás mortales, con nuestras estrías y michelines, probablemente sería considerada una tendencia hortera y chabacana sin ningún tipo de duda.
Ya hemos dicho en esta columna en varias ocasiones que ni yo, ni ninguno, somos nadie para juzgar las corporalidades de los demás, pero nuestro subconsciente es traicionero y le cuesta adaptarse a las evoluciones estéticas y probablemente si detrás del súper se nos planta un maromazo con una camiseta transparente nos parecerá maravilloso, mientras que si lo hace alguien feo lo consideraremos absolutamente fuera de lugar.
Lo que sí está claro es que una vez más, en cuestión de ropa y estética, lo que siempre tenemos que tener en cuenta es el sitio y el lugar. Enseñar pezón en un festival de música (seas o no la cantante) puede tener su rollo. Hacerlo en la boda de tu prima puede ser un escándalo familiar. Independientemente de la belleza o edad. ¿Os acordáis de esa escena de Sexo en Nueva York donde en la empresa de Miranda deciden cancelar el "viernes informal" después de que uno de los abogados se plantara en la oficina con una camiseta de rejilla? Pues exactamente eso.
Tengo pocas dudas de que lo de ir medio desnuda por la calle no será una moda masiva, al menos no de momento. La occidental es una sociedad tremendamente pudorosa, a consecuencia de nuestras raíces judeo cristianas. Pero ojo, que las modelos e 'influencers' se dedican a eso, a influenciar, y quién sabe si dentro de unos ¿siglos? volveremos a las modas del Antiguo Egipcio, donde tanto hombres como mujeres iban con el torso al descubierto, ya que enseñar la pechera no era en absoluto una provocación.
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