La reina Letizia, Máxima de Holanda e incluso Kate Middleton son grandes amantes de Zara, demostrando que, como nos dijo nuestra directora Sonia Fornieles, vestir bien no es caro. Sin embargo, parece ser que este amor por la ropa 'low cost' no la comparte Meghan Markle.
Desde hace unos años, circula el rumor de la actitud algo esnob de la duquesa de Sussex y todo se remonta a la fatídica fiesta de "Sayonara Zara". Aunque nunca ha ocultado su origen de clase media, Markle disfruta más llevando Chanel que Stradivarius.
La actriz comenzó su carrera como azafata en la versión estadounidense de Allá tú, pero siempre tuvo en mente que quería ser y tener la vida de una superestrella. Por este motivo, en cuanto pudo, Meghan celebró un mercadillo en el garaje de su casa para deshacerse de lo más barato que tenía cuando consiguió su papel como Rachel Zane en Suits, una serie de Netflix, aunque no fue lo único que hizo.
"Según una fuente de Hollywood, cuando la estrella estaba alcanzando el estrellato, dio una fiesta en su casa, conocida de manera no oficial como 'Sayonara, Zara', y se deshizo de las prendas baratas que tenía en su vestidor y se las dio a los invitados", escribió Vanessa Grigoriadis en la edición de Vanity Fair de Estados Unidos.
Cobrando 50.000 dólares por capítulo, en seguida el vestidor de Meghan Markle se llenó de firmas de lujo, un gasto que sólo aumentó cuando se convirtió en duquesa de Sussex. Según los medios británicos, en el año 2018, fecha en la que se casó con el príncipe Harry, la exactriz invirtió un millón de libras (1,12 millones de euros) en ropa y accesorios, entre los que también se cuentan zapatos, sombreros y bolsos.
Las redes sociales han calificado de déspota esta actitud de Markle por haber despreciado y descartado Zara, una firma que se ha colado entre las favoritas los miembros más importantes de la realeza europea.
La reconciliación de Meghan Markle con Zara
Aunque ha pasado mucho tiempo desde que la duquesa no ha llevado ropa 'low cost', parece ser que esta aversión es algo del pasado, según vimos en el 39º cumpleaños del príncipe Harry.
Para asistir a los Invictus Games, el evento deportivo que su marido creó en 2014 con el fin de recaudar fondos para los veteranos de guerra, Meghan combinó chaqueta de la firma de lujo Celine con un mono beige corto de Zara, firma que no vestía desde antes de entrar en la familia real británica.
Sin embargo, fue la única prenda 'low cost' que lució la duquesa de Sussex, ya que completó el look con unas sandalias de pala negras firmadas por Saint Laurent, un bolso de Cesta Collective y unos pendientes de Bottega Veneta.
GALERÍA | La evolución del estilo de Meghan Markle
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