Todas las invitadas aprueban en la boda de Isabelle Junot y Álvaro Falcó, menos una

-Anitta Ruiz nos cuenta cómo una invitada 'pinchó' en esta boda según el protocolo.
​-Cómo protege la Reina Isabel de Inglaterra a su hijo Andrés, el 'fallo' de Kate Middleton y un poquito de Oscar.
Anitta RuizConsultora de moda
#LAROPAHABLA

¡Qué nos gusta una boda de famoseo! Una de esas de antes de la pandemia, con bien de celebrities y personajes del papel couché. De esos que no hemos visto en nuestra vida en persona pero que son casi de la familia. Cómo nos pone eso de marujear sus looks y sacar a pasear la lengua viperina (¿cómo se puede poner eso?). 

Marta Ortega y Carlos Torretta en la boda de Alvaro Falcó e Isabelle Junot.
Marta Ortega y Carlos Torretta en la boda de Alvaro Falcó e Isabelle Junot.
Gtres

Sé que es un poco horrible, pero desestresa un montón y siempre que se haga con la maldad justa me parece de lo más entretenido. En esta ocasión ha sido el enlace de los nuevos Marqueses de Cubas.

Por el empedrado de Plasencia y con mucho sol pero pocos grados se pasearon ‘los cachorros de la jet set’ (pido perdón por adelantado por esta frase, pero siempre he querido escribirla).

Desconozco si los novios pidieron algún tipo de código de vestuario especial, más allá del que marca la etiqueta de una boda de día, pero lo cierto es que en conjunto parecía que todas se pusieron de acuerdo en llevar vestidos muy floreados y primaverales. Un akelarre de estampados que a alguna le salió mejor que a otra. Para no faltar a la verdad correctas iban casi todas. Lo de si iban guapas o no lo dejo al juicio de cada uno. Y digo que iban correctas porque lo que pide la etiqueta social para un enlace diurno en una iglesia es un vestido entre la pantorrilla y la rodilla (más corto es una minifalda y no pega mucho) y tocado, que puede llegar a ser pamela si hace buen tiempo.

Antiguamente se decía que una mujer ‘tocada’ debe volver a casa como salió de ella. Pero seamos sinceros, en una época en la que algunos terminan usando la corbata de diadema, no vamos a pedir que esto se cumpla. La nueva etiqueta indica que lo correcto sería que mantuviéramos el complemento hasta después de comer, lo quiere decir que vamos a pasar mucho tiempo con él puesto. 

Midamos nuestras capacidades, pero sobre todo, nuestro espacio corporal. Una pamela nunca debería superar el ancho de nuestros hombros. No es necesario que nuestro compañero de banquete coma coctel de gambas con plumas de acompañamiento. Tamara Falcó por ejemplo iba perfecta, como podemos ver en las fotos que subió a Instagram, donde por cierto podemos 'fichar' a los novios también.

Un suspenso 

Me toca ahora el puntito de maldad justo. Eso de que todas iban correctas tiene una excepción bastante llamativa. Creo que coincidimos en que Eugenia Silva iba espectacular. ¿Cómo iba a ir? Si ella es espectacular de serie. Pero haciendo honor a la verdad, aunque guapísima, no era para una boda religiosa. Qué esto puede resultar viejuno, puede ser, pero las cosas son así. 

La iglesia católica tiene unas normas de etiqueta para sus celebraciones. Nos pueden parecer lo que queramos, pero son las que son y hay que cumplirlas. Esto incluye el no lucir excesivos escotes o faldas muy insinuantes, vamos todo lo que era el ceñido vestido de Silva.

Alfonso de Borbon and Model Eugenia Silva during the wedding of Isabelle Junot and Alvaro Falco in Plasencia (Caceres) on Saturday, 2 April 2022.
Eugenia Silva iba espectacular pero se saltó el protocolo
GTRES

 Puedo poner otro ejemplo para explicar esto. Imaginaros que en mi casa vamos descalzos. Si un día viene alguien a cenar, haré que se quite los zapatos. Mi invitado tiene tres opciones. Uno: pensar que cuido mucho la higiene y alabar mi costumbre nórdica mientras se descalza. Dos: valorar mi grado de cordura por tener una norma así en casa al mismo tiempo que se quita los zapatos. Tres: decidir que no va a ir en calcetines, por lo que probablemente no le deje entrar. Creo que con este ejemplo se entiende muy bien lo que significa cumplir la etiqueta que nos establece una persona, evento o religión. Nos puede parecer bien, mal o regular, pero si queremos participar lo suyo es cumplirla y así evitar malos tragos a nadie. Es mucho más sencillo de lo que parece.

Por cierto, para que os quedéis tranquilos, y por si acaso alguna vez venís a casa. Podéis entrar con zapatos y seréis todavía más bienvenidos si traéis unos “manolos” para mí y un buen champagne para brindar. ¡Salud y felicidad, sobre todo para los recién casados!

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