Si la RAE hubiese estado rápida habría incluido YA el término "leonormania" entre sus nuevas acepciones porque sin duda la atracción que ha despertado este año la heredera a la Corona requiere su propia entrada en el diccionario.
Una de las características que ha rodeado a la infancia de Leonor de Borbón y su hermana ha sido la discreción. Pocas apariciones públicas y menos palabras, eso sí, cada vez que las veíamos (en actos oficiales o sus posados veraniegos) todos coincidimos en el carisma que parecía tener la mayor de los Reyes de España, algo que hemos podido confirmar cuando ha cumplido la mayoría de edad y ha empezado a protagonizar actos y portadas.
Carrera militar
Todo empezó a cambiar cuando esté verano la ya Dama Cadete Borbón ingresaba en la Academia Militar General de Zaragoza, el objetivo, seguir con la misma formación que tuvo su padre a su edad, sin distinción de sexos. Unas fotos de despedida de sus padres y otras cuantas de ella de uniforme durante las clases y maniobras nos llevaron hasta el momento en que juró Bandera junto a sus compañeros de promoción. Ese día Leonor sorprendió al mundo con una impecable actuación, manejando sin ningún temblor la responsabilidad de saber que los ojos de todo un país (los que miraban bien y los que no tanto), estaban puestos sobre ella. En aquella soleada jornada aragonesa pudimos ver también a unos Reyes de España que por unas horas pusieron por delante el ser padres y no pudieron ni quisieron disimular el orgullo de ver a una hija hacerse mayor. Eso los humanizó y todos pudimos reconocer en las sonrisas de Don Felipe y Doña Letizia la complicidad de una familia unida.
Unas semanas más tarde otro de los grandes momentos previos a la mayoría de edad de la Princesa. El 12 de Octubre nos dejó imágenes para la historia. Junto a su padre presidió un desfile militar cargado de simbolismo. La marcialidad de sus saludos, la solemnidad de su primer homenaje a los Caídos pero sobre todo las risas traviesas al ver a sus compañeros de promoción en el besamanos posterior hicieron el resto. Los comentarios eran unánimes. ¡Qué bien ha estado Leonor! Sin olvidarnos del ¡qué guapa! porque, efectivamente, la Princesa estaba radiante con su uniforme del Ejército de Tierra. Dice la psicología que hay un sesgo cognitivo, llamado "Efecto Halo", que hace que atribuyamos cualidades positivas a las personas que encontramos atractivas y en este caso podemos asegurar que la mayor de los Borbón Ortiz es una preciosidad.
Mayoría de edad
Todavía quedaba un acto primordial en este tránsito a la madurez de Doña Leonor, la Jura de la Constitución, coincidiendo con el día que cumplía los 18 años. Las comparativas que teníamos con este acto databan de hace más de 35 años así que todo podían ser sorpresas. Ese traje blanco de dos piezas fue la primera de ellas. De esta forma, un estilismo convertía en laboral un acto que muchos podrían tildar de excesivo, frívolo o festivo. Leyó el juramento con solidez, aguantó sonriente y emocionada el larguísimo aplauso que le dedicaron las Cortes y protagonizó gestos cariñosos con sus padres y su hermana durante toda la jornada. Su popularidad en las encuestas seguía subiendo por minutos.
Y ojo, que no estamos hablando sólo de España. Leonor ha protagonizado portadas en todas las cabeceras internacionales de renombre. La francesa París Match la calificaba de 'superstar' mientras la nombraba líder de una nueva generación de royals llamadas a modernizar las monarquías europeas. Il Corriere della Sera iba un poco más allá y calificó de 'locura desatada' todo el movimiento generado en torno a la Princesa. Todo esto sin olvidarnos de los cientos de artículos de todo tipo que se han escrito sobre su estilo, y es que al igual que su madre, la joven se ha convertido en una influencer involuntaria y tiene el poder de agotar todo lo que se pone.
Este intenso año de nacimiento de la Leonormania ha sido simplemente el principio de lo que le espera a la heredera pero lo que podemos afirmar es que el primer curso lo ha aprobado con nota. Quizá esa discreción practicada desde la Zarzuela haya dado los frutos esperados, no sabíamos que es lo que podía ofrecer Leonor y de pronto nos hemos encontrado con una mujer preparada y sonriente. Familiar y profesional. Todavía queda mucho por descubrir y ella misma se ha puesto el listón muy alto.
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