Así es la empresa de moda sostenible, igualitaria y dirigida por una mujer vegetariana (a pesar de trabajar con cuero)

Ana María Vasconcelos, de Belcinto
Ana María Vasconcelos, de Belcinto
Cortesía
Ana María Vasconcelos, de Belcinto

Belcinto es una compañía centrada en el diseño, producción y venta de accesorios de moda en cuero de calidad formada eminentemente por mujeres. A muchas personas les llama la atención que su general manager sea Ana Maria Vasconcelos, pues hay quien no ve lógico que una compañía de cuero tenga en su cúspide a una vegetariana. Sin embargo, reconoce que para ella, emplear cuero es, de hecho, una ventaja, pues está reciclando un subproducto. "De lo contrario, sería muy difícil reciclar la cantidad de piel que hay", asegura. 

"Los trabajadores deben buenas condiciones laborales, los salarios tienen que ser justos y cada vez mejores y por supuesto, tiene que haber igualdad entre hombres y mujeres. Es importante pagar a nuestros proveedores a tiempo y por supuesto, tenemos que respetar el medio ambiente", asegura. El cuero es un subproducto de las industrias láctea y cárnica. Una vez que el animal es procesado o muere por causas naturales, se aprovechan todas sus partes. De lo contrario, se tirarían. "Con el cuidado y el tratamiento adecuado, el cuero es uno de los materiales más duraderos y sostenibles con los que se puede trabajar", señala.

Usar piel de animales es sostenible

"Apostamos por la economía circular para evitar los desperdicios. Siempre tuvimos en mente que no podíamos desaprovechar los materiales no empleados en los productos, porque somos conscientes de que se trata de un producto de lujo que no puede ser desperdiciado. Belcinto ha obtenido certificación medioambiental bajo la Norma ISO 14001, convirtiéndose así en la primera empresa de marroquinería en obtener esta certificación. Esta iniciativa, que partió de la dirección de la empresa, involucró a todo el equipo y contó con el apoyo técnico de la CTPC (Centro Tecnológico do Calçado de Portugal). Es la primera compañía de cuero en lograrlo. Por ello hacemos grandes investigaciones para cambiar la metodología y para poder ser más sostenibles", explica Ana María Vasconcelos.

 La empresa refuerza la idea de que el respeto es un requisito clave para un ambiente de trabajo saludable, pues promueve el trabajo en equipo y aumenta la productividad y la competencia. "Para nosotros, la clave es siempre tratar a las personas como quieres que te traten a ti. El respeto debe aplicarse a los empleados, clientes, proveedores, comunidad local y sociedad en general. Como personas, la tierra necesita ser respetada y cuidada. Por eso desarrollamos una política ambiental para reducir y separar todo tipo de residuos y solo trabajamos con proveedores ecológicos. Actuamos de manera íntegra y transparente, rigiendo nuestras acciones con base en principios éticos y honestos. Esto asegura que nuestros productos mantengan la consistencia en su calidad, durabilidad y alma", señala la marca.

Bolso realizado por Belcinto
Bolso realizado por Belcinto
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Mayoría de mujeres

Al entrar en la fábrica, nos damos cuenta de que hay una inmensa mayoría de mujeres. ¿Casualidad? En absoluto. "Protegemos los derechos de las mujeres y nos encanta que comiencen en la empresa desde jóvenes. Tenemos esa política, la de que puedan formar a sus familias sabiendo que aquí pueden estar siempre, porque vamos a protegerlas. En verano abrimos la fábrica para que vengan jóvenes, y los que luego deciden que no quieren ir a la universidad se quedan aquí", explica Vasconcelos.

Sorprende que el ritmo de trabajo en Belcinto, que trabaja para las grandes marcas de moda, no sea estresante. Ana María explica que es algo completamente premeditado. "Tenemos pequeños espacios para agilizar el trabajo y cada rincón de la empresa se dedica a una marca. No queremos hacer grandes tiradas para poder así aprovechar las habilidades de cada trabajador. Aquí el trabajo no va rápido. De hecho, no les pedimos a nuestras trabajadoras que corran, sino que hagan bien su trabajo", explica. En otro departamento, reciben un 'brief' de las grandes marcas y una ingeniera se dedica a dividir entonces el trabajo.

Fábrica Belcinto
Fábrica Belcinto
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La marca exporta el 99,5 % de la producción, y tan solo venden el 1 % de su propio diseño, que apoyándose en el legado de la casa ahora cuenta con Marroquinería de Belcinto, produciendo a partir de sobras de materia prima de otras colecciones sin generar nuevos.

"Ahora estamos certificados, por lo que cada año hemos de reducir nuestro print ecológico. Esa es la razón por la que reducimos la energía que conducimos, hemos cambiado el sistema de agua para evitar malgastar agua y en estos tres años, hemos reducido el 30% de agua y de energía. Todo lo que hay en la web es de material de la casa, nada ha sido comprado. Cada pieza es única", explica Vasconcelos, que comenta que todas las firmas que recurren a ellos tienen una filosofía sostenible. Asegura que la empresa mira el despilfarro como un capital con potencia a la espera de ser aplicado, y por eso con la propia marca apuestan por repensar el diseño, inventar nuevas composiciones y combinaciones para satisfacer a los clientes sin ceder nunca en materia de sostenibilidad, apostando siempre por materias primas y complementos que llevan mucho tiempo en pie.

Sostenibilidad, empoderamiento y el orgullo de las raíces, así como del 'made in Portugal' caracterizan a esta empresa en la que las mujeres no solo son mayoría, sino su verdadera fuerza. La lucha por la igualdad y por las condiciones justas conviven con una apuesta por una manera diferente de hacer moda en la que el desperdicio no tiene cabida

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