La Nasa ha lanzado una nave espacial no tripulada para que colisione contra un asteroide (pequeño objeto rocoso que orbita alrededor del Sol. Sí lo he buscado en el diccionario, necesitaba precisión.) y varíe su órbita. La primera parte se ha conseguido, la colisión ha sido un éxito (y tan complicado como "acertar en un hoyo de golf… en la luna", contaba mi compañera Marta Gascón en este artículo de 20bits).
¿Estábamos en peligro? No. ¿Existía la remota posibilidad de que Dimorphos, que así se llama el asteroide, colisionara con la tierra? No.
Hagamos memoria. Según cuenta el mismo artículo de 20bits, el 15 de febrero de 2013, un asteroide no detectado entró en la atmósfera de la Tierra y explotó sobre Chelyabinsk, Rusia, lo que provocó un estallido en el aire y una onda expansiva que golpeó a seis ciudades de la región. La explosión hirió a más de 1.600 personas y causó daños estimados en 30 millones de dólares. El objeto tenía un tamaño de aproximadamente 18 metros. El resultado de un impacto de uno de un tamaño mayor (160 tiene Dimorphos) podría tener consecuencias devastadoras.
Ha sido una prueba ante una posible amenaza, que sí se detecte, claro, si no, poco podemos hacer. Me parece una suerte poder hacer pruebas ante posibles amenazas, algunas improbables, para quitártelas del medio antes de que sea demasiado tarde.
No siempre es fácil hacerlo, pero hay quien puede y, lo que es mejor aún, sin saberlo. Igual ahora duele pero, como dice mi amiga Mabi: ¡qué bala ha esquivado Tamara!
Comentarios
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que 20minutos.es restringirá la posibilidad de dejar comentarios