Candidiasis o vaginosis bacteriana, ¿cuáles son las diferencias?

Las infecciones vulvovaginales, como la candidiasis o la vaginosis bacteriana, afectan a un alto porcentaje de mujeres en España. Diferenciarlas es clave para su tratamiento, pues, en ocasiones, pueden volverse recurrentes.
Las infecciones vulvovaginales pueden ser muy molestas y afectar a la calidad de vida.
Las infecciones vulvovaginales pueden ser muy molestas y afectar a la calidad de vida.
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Las infecciones vulvovaginales pueden ser muy molestas y afectar a la calidad de vida.

Tanto la candidiasis como la vaginosis bacteriana son infecciones consideradas vulvovaginales. Según la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), "el 75% de las mujeres experimentan un episodio de vulvovaginitis sintomática a lo largo de su vida y el 40-50%, al menos, un segundo episodio". Ahora bien, ¿cómo afectan estas dos infecciones a la mucosa vaginal y la piel de la vulva? ¿Se transmiten a través de las relaciones sexuales?

¿Qué es la candidiasis?

La candidiasis vaginal es un hongo que afecta a la vagina y a la vulva. Según el doctor Miquel Àngel Jiménez, jefe del Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Universitari Sagrat Cor, "el aumento de humedad en el ambiente facilita que los hongos se desarrollen en la vagina, un entorno rico en nutrientes que hacen de ella el lugar perfecto para crecer y proliferar. También esta humedad altera el pH de la vagina". 

Por eso, en verano conviene extremar las precauciones, pero también hay que hacerlo con la menstruación. Cambiar la compresa con frecuencia será muy importante para evitar la humedad en la zona íntima que favorezca la aparición de la candidiasis. 

Los síntomas, como indica el doctor Jiménez, son:

  • Picor vaginal.
  • Escozor e irritación en la vulva y vagina.
  • Enrojecimiento e inflamación de la vulva.
  • Dolor y molestia en la vagina.
  • Flujo vaginal espeso, blanco, como si fuese papel mojado.
  • Sensación de ardor al orinar.

Es importante tener presente que no todas las mujeres presentan la totalidad de estos síntomas. Algunas pueden no manifestar el flujo vaginal espeso y blanco hasta que la infección no ha avanzado. Además, "la infección por hongos vaginales no se considera una enfermedad de transmisión sexual (ETS). La candidiasis también se produce por la alteración del PH que realizan ciertos antibióticos al destruir la flora vaginal”, añade el doctor.

El tratamiento se realizará siempre con antimicóticos, con óvulos que se introduzcan por la vagina o fármacos orales. También, es interesante complementar el tratamiento con una crema que se aplique en el área vulvar para eliminar el malestar. 

¿Qué es la vaginosis bacteriana?

Con relación a la vaginosis bacteriana, la diferencia con la candidiasis radica en que, en este caso, en lugar de hongos nos enfrentamos a bacterias que colonizan la vagina. La sintomatología que se presenta, según un artículo publicado en la revista Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica, es:

  • Aumento de la secreción vaginal.
  • Olor desagradable, generalmente a pescado. 

Sin embargo, desde la SEGO incluyen que el flujo suele tener un color blanquecino-grisáceo y, además, afirman que "en general no se observan procesos inflamatorios". Sin embargo, un exudado vaginal será la mejor manera de corroborar si la sintomatología se debe a una candidiasis o a una vaginosis bacteriana, ya que en algunos casos pueden llegar a confundirse.

Además, en este caso, la vaginosis bacteriana también se produce sin que necesariamente esto indique una infección de transmisión sexual. Y es que, aunque quizás la candidiasis es mucho más conocida, la vaginosis bacteriana también es bastante frecuente.

¿Se pueden prevenir estas infecciones vulvovaginales?

Sí, las infecciones vulvovaginales pueden prevenirse con probióticos vaginales, según los protocolos de actuación de la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM). Tomarlos cuando, por ejemplo, se han recetado antibióticos es una buena manera de prevenir la candidiasis y vaginosis bacteriana.

Asimismo, el doctor Jiménez añade que "usar prendas elaboradas con fibras naturales que facilitan la transpiración" y "no depilar excesivamente la zona íntima" es fundamental para prevenir estas infecciones. También aconseja "utilizar un jabón íntimo para la zona externa vulvovaginal que no altere el pH de la zona".

Las infecciones vulvovaginales pueden resultar muy molestas y afectar a la calidad de vida cuando aparecen y no se solucionan a pesar de los tratamientos. Y es que, en ocasiones, hay que detectar cuál puede ser la posible causa de su aparición para evitar la recurrencia de la candidiasis y la vaginosis bacteriana.

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