Sonia Fornieles Directora de mujer.es
OPINIÓN

Al menos una vez en la vida

Hola, labios
Hola, labios
Imaxtree
Hola, labios

La cosmética en España siempre ha sido un buen negocio, un sector próspero. Nos gusta cuidarnos y, al margen de en artículos básicos de higiene personal, invertimos en cremas, maquillaje, mascarillas de pelo y piel, contorno de ojos, productos de acabado capilar, barras de labios, perfumes… Según datos de Stanpa (Asociación nacional de perfumería y cosmética), en 2019 cada persona gastaba de media en España 170 euros anuales en cosmética (la media en Europa era de 140). Todo estaba bien.

Desde 2016 y hasta finales de 2019 el sector no dejó de crecer. En 2016 facturó en España 7.673 millones de euros, cifra que alcanzó el pico más alto de la década en 2019, con 8.207 millones de euros. Todo estaba bien.

Y cuando nos las prometíamos muy felices pasó lo que ya sabemos: en el mes de marzo de 2020, el mundo prácticamente se paró, se apagó la luz.

Todo dejó de estar bien

Las cifras del ‘año del confinamiento’ en este sector hablan de un descenso de más de 4.000 millones de euros en España. No es que dejáramos de cuidarnos, es que lo hacíamos de otra manera atendiendo a criterios diferentes: el económico, los ingresos en un alto porcentaje de unidades familiares se redujeron por lo tanto los hábitos de consumo variaron; el social, si no salíamos a la calle ¿para que nos íbamos a maquillar, perfumar y en algunos casos, hasta peinar?; nuevos hábitos, al cabo de tres meses utilizando menos productos, variando rutinas… muchas nos hemos acostumbrado a ello y aunque poco a poco hemos vuelto a la normalidad puede que a lo que no hayamos vuelto es a los hábitos cosméticos de 2019.

Pese a todo nos llegan noticias alentadoras, el balance de 2021 en el sector no vuelve a cifras de 2019 pero aumenta en un 9% según publicó a finales del pasado año modaes.es.

Ayer, 20 de abril, por fin se eliminó la obligatoriedad de mascarilla en interiores: ¿nos lanzaremos a comprar barras de labios?

Y la vida regresa

Han vuelto los eventos, las presentaciones multitudinarias de productos de belleza a prensa, los viajes, los lanzamientos, las inversiones (que nunca se fueron pero bajaron estrepitosamente) y en los corrillos del sector 'beauty' no se habla de otra cosa: ¿qué pasará?

Las previsiones son buenas por el famoso efecto ‘rebote’ que se da de bruces contra la teoría que mencionaba antes de la instauración de los nuevos hábitos. Este efecto habla de que cuando has estado mucho tiempo ‘privada’ de algo y vuelves a tenerlo disponible, te sacias.

Cuando has estado mucho tiempo ‘privada’ de algo y vuelves a tenerlo disponible, te sacias

Yo nunca he dejado de pintarme los labios, aunque sí reconozco haber rebajado la intensidad del tono por aquello de que si la mascarilla ‘mueve el color de la barra de labios’ no se note demasiado cuando me la quite. A veces pensaba ¿pero para qué me los pinto si no me voy a quitar la mascarilla? Y la respuesta era: porque no he dejado de hacerlo y no he dejado de sentir la agradable sensación que produce, no me he habituado a lo contrario.

Espero que vosotras tampoco porque no hay nada más maravilloso que la sensación de poder que te da una buena barra de labios.

Todo el mundo debería (com)probarlo al menos una vez en la vida.

Sí, usted también.

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