Llevar el vehículo en buen estado cuando circulamos por las carreteras de España es esencial y para ello, es necesario revisar algunas piezas y elementos como son los frenos, las luces o los neumáticos, para tener una garantía de seguridad.
En el caso de los últimos, estos siempre deben presentar un buen estado, es decir, tienen que contar con un mínimo de profundidad de 1,6 mm, ya que a partir de esta cifra el desgaste no es compatible con la conducción y es posible que se produzcan situaciones muy peligrosas, por lo que es preciso revisar el estado de las gomas periódicamente.
¿Cuál es la fecha de caducidad de los neumáticos?
Lo primero de todo que hay que conocer es que la caducidad de los neumáticos es una leyenda urbana, ya que estos no tienen una fecha determinada a partir de la cual es obligatorio tirarlos, por lo tanto, es un rumor.
Lo que sí pasa es que existe una fecha impresa en la goma del neumático, pero que hace referencia a la semana y año exacto en el que se fabricó, por tanto, no tienen nada que ver con su caducidad. Por otra parte, aunque no exista esta fecha, sí que los neumáticos se van desgastando con el uso, por lo que dependiendo el número de kilómetros será necesario reemplazarlos.
¿Cada cuánto cambiar los neumáticos del coche?
Todo dependerá del número de kilómetros que se realicen, por ello, la OCU elaboró una clasificación con los neumáticos más fiables y duraderos. Por otra parte, el organismo europeo técnico del neumático, ETRTO (por sus siglas en inglés) recoge varias recomendaciones y requisitos que deben cumplir todos los neumáticos comercializados en la Unión Europea.
La primera hace referencia a que una vez cumplen los neumáticos cinco años, estos deben ser revisados por un mecánico cualificado al menos una vez al año, y una vez cumplan los diez años, se recomienda sustituirlos, aunque el nivel de desgaste no haya llegado al límite mínimo legal permitido de 1,6 milímetros.
¿Neumáticos nuevos, delante o detrás?
Es común que el cambio de las cuatro ruedas no se realice simultáneamente, ya que, dependiendo de la tracción del vehículo, se deben priorizar las que corresponden al eje motriz debido a su mayor desgaste.
En el caso de tener tracción delantera, se recomienda reemplazar primero los neumáticos del eje delantero, colocando los menos desgastados en la parte trasera y ubicando los neumáticos nuevos en la parte posterior. Esta práctica se fundamenta en la reducción del riesgo de pinchazos en las ruedas traseras, la menor probabilidad de aquaplanin y la disminución del riesgo de sobreviraje. Es importante recordar que, en vehículos de tracción total, se deben cambiar los cuatro neumáticos simultáneamente.
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