Aunque actualmente Peugeot no dispone de ninguna versión descapotable en su gama, la historia de la marca ha estado marcada por este tipo de carrocerías desde hace más de de 100 años.
Ya a principios del siglo XX, la marca francesa comercializó varios modelos en los que tener techo era algo opcional, con ejemplos como el Spider Tipo 91, de seis plazas, el Tipo 136 o el 144. Pero si hay un modelo que se lleva el protagonismo por encima del resto es el Peugeot 401 Eclipse, modelo que se lanzó al mercado en 1934 y que es considerado unánimemente como el primer Coupé-cabrio, es decir, el primer descapotable con techo rígido, de la historia. Con este sorprendente automóvil, disfrutar de un ‘convertible’, como se les denominaba en aquella época, dejaba de ser sinónimo de techo de lona.
El 401 Eclipse ofrecía uno rígido, del color de la carrocería, que se plegaba y se recogía automáticamente en el portaequipajes con la ayuda de un mando eléctrico. Toda una revolución en aquel momento. Su base era una berlina de gama media-alta con 4,45 metros de longitud, un motor de 44 CV con cuatro cilindros en línea y un diseño firmado por Pininfarina. Tan sólo se fabricaron 79 unidades de este modelo, y durante la segunda mitad de los años 30, Peugeot lanzó versiones Eclipse de otros como el 202, conocida como ‘El Bizco’ por sus faros escondidos tras la calandra, el 301, el 402 o el 601.
Tampoco descuidó durante aquellos años la firma sus descapotables clásicos, con techo de lona, ideales para unas vacaciones pagadas que acaban de instaurarse en Francia en el verano de 1936, haciendo que por vez primera se empezasen a ver fenómenos como el turismo de masas.
El Peugeot 301 CR Roadster descapotable fue un automóvil deportivo y elegante que protagonizó una de las primeras ‘road movies’ de la historia: ‘Prends la Route’, estrenada en España como ‘La Traviesa Juventud’. Sin embargo, el estallido de la Segunda Guerra Mundial supuso un parón relativo en el desarrollo de vehículos descapotables, aunque Peugeot creó un automóvil de estas características en plena contienda: el VLV, un mini cabriolet eléctrico de dos plazas que tenía 80 kilómetros de autonomía y que había sido pensado para asegurar servicios esenciales, como Correos o asistencia médica, en un contexto de escasez de combustible por la Segunda Guerra Mundial. Ya en el Posguerra, el Peugeot 203 se convierte en el primer modelo de la marca tras el fin del conflicto, incorporando también una versión descapotable a su gama, aunque no con mucho éxito.
Bonanza y crecimiento tras la Segunda Guerra Mundial
Durante la década de 1950, la gama Peugeot fue creciendo con modelos de gamas más altas, aprovechando el ‘boom’ económico que se vivió durante aquellos años. En 1955, se lanzó el 403, una berlina de gama media con una versión que dio el salto a Hollywood de la mano de Colombo, el detective que resolvía crímenes siempre al volante de un 403 Cabrio en un estado de conservación y de funcionamiento lamentables, al puro estilo del teniente de ficción de la Policía de Los Ángeles.
Más adelante, ya en 1960, el 404 fue desvelado a la prensa en el Salón de París, llamando de inmediato la atención por la elegancia de su diseño, con flancos lisos, un parabrisas amplio de forma abombada, unos faros traseros verticales enmarcados por sendas aletas de tiburón puestas de moda por los automóviles americanos de los 50 y los 60, etc. El 404 se comercializó durante 15 años y se adaptó a una amplia variedad de carrocerías, desde la berlina tradicional hasta una versión coupé, un cabrio, un break y desde 1968, un pick-up.
En la década de los 70, Peugeot renovaba la parte alta de la gama con el lanzamiento de los Peugeot 504 Coupé y Cabrio; mientras que en los años 80 llegaría uno de los vehículos más revolucionarios (sino el que más) de la historia de Peugeot: el 205. Este cambió por completo la imagen de la marca, hasta entonces reconocida en el mercado por la fiabilidad y la elegancia de sus berlinas ‘serias’, con un compacto urbano con espíritu alegre y dinámico que incorporaba las prestaciones y excelente comportamiento en carretera que habían caracterizado a los automóviles del León desde sus inicios.
Su versión cabrio, el Peugeot 205 CTi, apareció en 1986. Llevaba la firma de Pininfarina y se basaba en el mítico 205 GTi, con el que compartía motor y elementos estéticos. Además de este, se lanzó en un acabado más convencional y asequible, el 205 CJ. En 1994, la gama Cabrio dio un salgo de segmento con el 306 Cabriolet, también con el sello de Pininfarina.
Ya con la llegada del siglo XXI, la casa francesa buceó en su larga historia para regresar su gran innovación: el Coupé Cabrio con techo rígido. Así, retomando la estela del 401 Eclipse, el Peugeot 206 CC llegó al mercado con un sistema de paneles móviles, brazos articulados y gatos electrohidráulicos que permitían guardar o desplegar el techo metálico en tan sólo 28 segundos con sólo pulsar un botón. Éste tuvo su continuidad en el 207 CC, lanzado en 2007.
El concepto Coupé Cabrio continúo durante los próximos años con la llegada de 307 CC, versión descapotable con techo rígido del Coche del Año en Europa en 2002, y en la primera generación del 308, también se ofrecía una alternativa con techo plegable rígido.
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