Cuando uno piensa en un coche sin puertas ni techo, rápido viene a la mente Jeep. Hubo una época en la que encontrar un Jeep con techo rígido era algo prácticamente imposible, y era debido a la manera en que nació esta marca.
El pliego de condiciones emitido en 1941 por el Departamento de Defensa de los Estados Unidos imponía limitaciones drásticas en su futuro vehículos multiusos: no debía pesar más de un cuarto de tonelada. Para cumplir con ese exigente cometido en términos de peso, pero respetando al mismo tiempo las prestaciones que se exigían, los ingenieros de Willys Overland eliminaron elementos que no consideraban imprescindibles para el correcto funcionamiento, entre ellos las puertas o el techo.
El Jeep, o Willys, no los echó de menos durante la Segunda Guerra Mundial, de hecho, casi que fue mejor para él, pudiendo transportar tropas, pero también convirtiéndose en un vehículo de mando, una ambulancia, quitanieves o en un remolcador de piezas de artillería.
La variante civil mantiene el concepto
Su fama de robusto y polivalente aceleró el lanzamiento del Jeep CJ, su versión civil. Sin las limitaciones impuestas por la guerra, este amplió su equipamiento con un espacio de carga trasero, remolque y un techo de tela, convirtiéndose en una especie de descapotable espartano del que se vendieron 1,5 millones de unidades entre 1945 y 1986.
En los años siguientes, Jeep comenzó a ampliar su gama con versiones comerciales y creando un nuevo tipo de automóvil: el SUV. La primera unión de dos conceptos entonces tan dispares como Jeep y techo rígido se dio en el Jeep Station Wagon, la primera ranchera de la historia con una carrocería totalmente de acero, incluido el techo. Le seguiría en la gama el Jeep Dispatch, una furgoneta pensada para pequeñas empresas y organismos como el US Mail que inició su comercialización en 1955. También optarían por un techo convencional el Wagoneer, considerado el primer SUV de lujo, en 1962 o el Cherokee a principios de los años 70.
En 1986, cuando el Jeep CJ entregó el testigo al Wrangler, muchos temían el fin de los techos de lona, al lanzarse versiones con techo rígido. Sin embargo, esta alternativa clásica se mantiene muy viva gracias a que enlaza el coche a sus orígenes.
Actualmente, en España, el Jeep Wrangler incluye capota de lona Premium Sunrider en el equipamiento de serie del acabado Rubicon. Lo mismo sucede con el pick-up Gladiator. En Estados Unidos, donde el Jeep más simple, sin techo y sin puertas, es ya parte de la cultura popular, estas versiones tienen muchos adeptos. De hecho, actualmente hay nada menos que 15 series especiales en los Wrangler y Gladiator que ofrecen la experiencia de conducir un 4x4 descapotable.
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