Que este fabricante sea en estos momentos el líder del mercado mundial de los eléctricos no es gratuito. Tres millones de unidades vendidas el año pasado confirman su poderío a base de construir coches que cada vez se aproximan más a los habituales que se ven por las carreteras europeas.
En el caso del Tang probado, su todocamino estrella, la verdad es que apenas hemos encontrado errores de bulto para no ser considerado un vehículo premium, con todo lo que conlleva esta clase tan complicada como elitista, que se tiene que ver las caras con los Audi Q8 e-tron, BMW iX o Mercedes EQE SUV fabricados en el Viejo Continente.
Después de haber recorrido unos 1.000 kilómetros, el SUV chino está en condiciones de borrar de un plumazo el concepto “low cost” que suele acompañar a los modelos que proceden de este país asiático.
Imagen tan contundente como sencilla
Estéticamente, el Tang no arriesga en sus líneas. Estamos más bien ante un coche bastante conservador en este sentido que no por ello deja de tener una contundente presencia a lo que colaboran sus casi 4,9 metros de longitud, su gran voladizo trasero y la incorporación de unas generosas llantas de 22 pulgadas, revestidas en negro, que resultan muy atractivas.
La zona trasera se identifica por la firma lumínica de extremo a extremo o la pincelada tan curiosa de incluir en el portón el lema de la marca con la inscripción “Build Your Dreams” (construye tus sueños en nuestro idioma).
De puertas hacia dentro, el Tang sigue con las pautas de estilo exteriores con líneas sencillas y elegantes, sin ningún tipo de estridencias. Lo que más nos ha llamado la atención en este apartado es su gran calidad de terminación y el empleo de unos materiales, como el trabajado cuero en el que están terminados los asientos, que no reparan en gastos de cara a conseguir un ambiente de lo más elitista.
Igualmente su gran habitabilidad, con capacidad para alojar hasta siete pasajeros, no pasa desapercibida. El equipamiento, por su parte, es de una categoría superior y todo lo que encontramos es de serie pues nada más que existe una sola configuración (denominada Flagship) a la venta.
Generoso y elitista equipamiento de serie
Destacamos los reglajes eléctricos para el asiento y el volante, el equipo de sonido con doce altavoces, el techo solar panorámico y, como no podía ser de otra forma, las pantallas digitales de generoso tamaño para la instrumentación y el entretenimiento, esta última de 12,3 pulgadas, que, además, es giratoria.
Si pasamos ahora a desmenuzar sus cualidades dinámicas, el Tang da la cara sin ningún tipo de complejos. Este eléctrico cien por cien con dos motores desarrolla 517 caballos de potencia y la marca declara que solo necesita 4,6 segundos en pasar de 0 a 100 km/h, una cifra esta última que impresiona para un coche de sus características.
Por lo que concierne a la autonomía, el Tang es bastante generoso con unos 300 kilómetros reales en carretera abierta y casi 400 en ciudad. Decir que los consumos son los que son y bajar de los 25 kWh/100 km, aún llevando una conducción de terciopelo, es una empresa complicada. Eso sí, como solución apuntar que admite cargas de hasta 120 kW de potencia en corriente continua.
Muy confortable en todos sus movimientos, para nada pretende ser un deportivo, las reacciones en curva están muy condicionadas por su peso. Las inercias se aprecian enseguida, pero nada que no sea lo habitual para sus casi 2,5 toneladas.
Precio competitivo
Sorprenden los potentes frenos que monta, firmados por el especialista Brembo, y algo menos la frenada regenerativa que es una de las pegas que hemos encontrado sobre todo por su ajuste tan complicado (obliga a usar la pantalla central) y la ausencia de un pulsador o unas levas tras el volante para agilizar esta operación.
Sin duda, el Tang nos ha parecido una opción de lo más razonable para que busque un SUV eléctrico de siete plazas bien armado en todos los capítulos todo ello a un competitivo precio de 69.990 euros muy por debajo de los 85.100 euros de un Kia EV9 o los 87.110 euros de un Audi Q8 e-tron.
Comentarios