Test de drogas de la DGT: ¿qué pasa si doy positivo?

Además del alcohol, la Dirección General de Tráfico también a vigilar y controlar el uso de sustancias estupefacientes al volante. Al igual que las bebidas alcohólicas, las drogas afectan seriamente a la conducción e incluso llegan a multiplicar las consecuencias del alcohol al volante. Por ejemplo, multiplican por 10 las probabilidades de sufrir un accidente y, en el caso de combinar la ingesta de cócteles alcohólicos con diferentes drogas, este índice se multiplica por 200. 

Los test de drogas de la DGT se realizan de manera indistinta a los de alcoholemia y también pueden ser requeridos por los agentes de policía si detectan que el conductor muestra indicios de estar bajo la influencia de sustancias estupefacientes. Al igual que sucede con los controles de alcohol, negarse a someterse a este test puede ser considerado un delito contra la seguridad vial y puede llegar a estar castigado con penas de prisión de hasta 6 meses y la retirada del carné de conducir durante hasta 4 años. 

Si nos exigen hacer un drogotest y el resultado es positivo, ¿existe algún límite a partir del cual seamos sancionados? No, al contrario que sucede en los test de alcoholemia, cualquier resultado positivo en el test de drogas es sancionable. Las multas son de 1.000 euros y pérdida de 6 puntos, aunque dependiendo del estado en el que se encuentre el conductor los agentes pueden decidir pasarlo a disposición judicial. 

Cómo se hacen los test de drogas

Cuando los agentes nos dan el alto para realizarnos un test de drogas, la primera prueba se hará recogiendo una muestra de saliva e introduciéndola en una cápsula especial con un funcionamiento similar a los test de antígenos o a los de embarazo. Si el resultado es positivo, los agentes recogerán una segunda muestra y la trasladarán a un laboratorio donde se confirme el resultado. El conductor puede solicitar un análisis de sangre.

La muestra es de saliva porque los efectos de las drogas se detectan de manera inmediata en saliva o en sangre y recoger esta primera muestra es un sistema mucho menos invasivo (y más fácil de practicar en carretera) que hacer un análisis de sangre.