La escalada del oro líquido

La sequía avanza nuevas tensiones al alza del precio del aceite hasta finales de año

La sequía agudiza la crisis del olivo y amenaza con más alzas de precios del aceite
La sequía agudiza la crisis del olivo y amenaza con nuevas alzas de precios del aceite
UGR / Europa Press
La sequía agudiza la crisis del olivo y amenaza con más alzas de precios del aceite

La persistencia de la sequía y las altas temperaturas se han cebado con el olivo y abocan a un panorama de tensiones adicionales en el precio del aceite de oliva de aquí a finales de año. Este mercado está muy condicionado por la escasa producción de la campaña 2022-2023, la más corta del siglo XXI, con precios nunca vistos que demuestran dos cosas: la falta de disponibilidad siempre conlleva subida de precios y ese alza no está linealmente relacionada con la bajada de consumo. Es la reflexión que hace a este diario Carlos Jiménez, director de Operaciones de Aceites del Sur (Acesur). El grupo, principal productor y envasador de aceite de oliva en España, está presente en 110 países y es dueño de marcas como La Española, Coosur o Guillén, entre otras.

A su diagnóstico de la situación actual le ponen cifras las estadísticas oficiales: mientras que el INE certifica que en el último año el oro líquido se ha encarecido un 38,8%, el ministerio de Agricultura constata que el consumo de este producto básico en la dieta mediterránea se ha reducido muy por debajo, un 13,8% (los últimos datos disponibles son de abril). Con todo, ha sido el segundo artículo de la cesta de la compra que más ha visto afectada su demanda por detrás del azúcar, en un contexto en el que los hogares han tenido que hacer frente a subidas generalizadas e históricas del precio de los alimentos.

Los productores tampoco lo están teniendo fácil, dado que las elevadas temperaturas y la sequía se han sumado al alza de los fertilizantes, el de los combustibles y la energía, así como al aumento de los costes de financiación con la subida de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo. La situación es "extremadamente compleja", en opinión de Cristóbal Cano, secretario General de UPA Andalucía. En la patronal de los pequeños agricultores recuerdan a 'La Información' que no existe ningún precedente en el que el sector haya encadenado dos "muy malas" cosechas. El del olivar es un sector vecero, en el tradicionalmente se va intercalando una campaña de producción media-baja con una de rendimiento alto. 

Sus cálculos apuntan a que la actual campaña (2022-2023) rondará las 660.000 toneladas y la perspectiva es que las cifras de la siguiente sean muy semejantes. España, primer productor del mundo de aceite de oliva, saca al mercado alrededor de 1,3 o 1,5 millones de toneladas en una campaña media. Los agricultores temen quedarse incluso por debajo sumando la producción de esta y la próxima campaña. Esto puede generar más tensión a nivel internacional, puesto que la situación es muy similar en otros grandes productores como Italia, Grecia, Portugal o Turquía. Este último ha anunciado las medidas más drásticas y el Gobierno de Ankara ha prohibido las exportaciones hasta el próximo 31 de octubre para satisfacer sus necesidades internas.

El problema de la escasez de aceite de oliva es que el precio de su posible sustituto (el de girasol) está subiendo todavía más y que "dependemos de la producción ucraniana", recuerda el economista Javier Santacruz, mientras que en otros productos sí que se está pudiendo solventar la escasez interna con más importaciones. Esto consolida las tensiones de precios porque obliga a pagar una prima de disponibilidad elevada por este tipo de producto, con el que el país compite con un número elevado de demandantes ante una oferta más escasa. "Septiembre y octubre pueden ser meses dramáticos en términos de precios con el aceite de oliva. No habrá desabastecimiento, pero sí tensiones adicionales", advierte.

Los precios no bajarán de los 7 u 8 euros por litro esta campaña

Carlos Jiménez, de Acesur, prevé que los precios venideros se sitúen en niveles altos, nunca por debajo de los 7 u 8 euros por litro en los lineales, de modo que sólo es previsible una bajada si las lluvias de septiembre y octubre son abundantes y la cosecha 2023-24 mejora las cifras de la campaña 2022-2023. Coincide en que las perspectivas son malas en el corto y medio plazo Cristóbal Cano, puesto que, aunque el otoño sea generoso en lluvias y acompañen las temperaturas, la campaña 2023-2024 está a su juicio "herida de muerte".

El motivo es que la ola de calor se cebó con el árbol en mayo, en plena etapa de floración, y afectó sobre todo a la variedad de aceituna picual, que es la principal en España (se produce sobre todo en Jaén y en buena parte de Córdoba). Una meteorología más propicia los próximos meses serviría para sentar las bases de una campaña normal de cara al año que viene y el siguiente. El campo obra el milagro entre finales de agosto y finales de octubre o principios de noviembre. Es cuando se produce la lipogénesis, el proceso químico por el que se forma el aceite dentro de la pulpa de la aceituna, y para realizarlo el árbol necesita suficiente agua. De ahí la importancia de que llueva los próximos meses. 

En cuanto a los precios y aunque prefiere no hacer especulaciones al respecto, Cano reconoce que la previsión más razonable es que la tensión en los mercados se mantenga. Cuando llega la época de recolección, alrededor de 10 millones de jornales dependen del olivar en Andalucía. Esta próxima campaña el empleo se resentirá por la caída de la producción. Es un "desastre económico y social" para muchos pueblos, lamenta. Entre ellos están los agrupados bajo el paraguas de AEMO, la Asociación Española de Municipios del Olivo, a la que pertenecen más de 130 localidades y diputaciones cuya economía se sustenta básicamente en este cultivo. 

Más de 300.000 familias dependen del olivar en Andalucía

Su director, José María Penco, explica cómo cuando el precio del aceite está tan alto se tiene a pensar que los productores están cobrando mucho y haciendo negocio. Sin embargo, si apenas hay producción -como es el caso-, las consecuencias para el campo son "catastróficas" por muy alto que esté el precio. "Preferimos cosechas medias a precios dignos", asegura, y recuerda que los costes de producción son fijos y suponen más de 3 euros por litro de aceite y ha habido años (2019, sin ir más lejos) en los que se los agricultores han percibido dos euros por litro. Solo en Andalucía viven del olivar más de 300.000 familias.

España exporta aproximadamente dos de cada tres litros del aceite de oliva que produce. Vende en el exterior alrededor de 1 millón de toneladas y consume 500.000, por eso, explica José María Penco, sigue aumentando el precio. Si hay pocas existencias este tiene que elevarse para que no haya desabastecimiento. Desde su punto de vista, España tiene potencial ya para producir 2 millones de toneladas de aceite. "Lo que está sucediendo y la respuesta que ha dado el consumidor tiene que servir para que cuando el clima lo permita y se recupere la producción no volvamos a los precios del infierno, sino que los agricultores obtengan unos ingresos dignos y el consumidor, a la vez, pague un precio razonable por el aceite", zanja.

Ingrid Gutiérrez
Redactora de Macro

Periodista económica desde 2006, me incorporé a 'La Información' en 2017 como redactora de Macro, una labor que desarrollé antes en elEconomista (2013-2017). Durante más de una década disfruté de mi pasión por la radio como redactora de Informativos (Punto Radio y Cope). Fui colaboradora en Informativos Telecinco y actualmente participo en 'La Brújula de la Economía' de Onda Cero.

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