Los supermercados siempre ganan (o por qué la subida de precios la pagaremos los de siempre)

Imagen de un supermercado
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Imagen de un supermercado

Pese al aumento de los costes, los productores siguen cobrando prácticamente lo mismo en origen. En el otro extremo, el consumidor ve cómo los precios no dejan de subir. Y en medio de esa cadena, alguien está sabiendo jugar sus bazas para que sean los demás los que nos apretemos el cinturón.

Ese viejo dicho de que la banca siempre gana es perfectamente aplicable a la cesta de la compra. Y es que si algo ha demostrado la gran distribución es que en este juego ellos nunca son los perdedores. Aunque para conseguirlo haya que cambiar las normas cada semana.

Primero descubrimos que los pesos son una ficha que también se puede mover. No hace falta subir precios para seguir ganando lo mismo sin que el cliente se dé cuenta del truco: basta con que el paquete de macarrones que pesaba 500 gramos ahora ofrezca 450, por ejemplo, y el precio se mantenga. Una estrategia tan legal como engañosa que introdujo en nuestro diccionario el concepto de reduflación.

Que la reacción de grandes marcas y supermercados ante la subida de precios sea tratar a su clientela como borregos a los que marear con unos gramos de aquí y de allá es una buena pista de los planes que tienen para nosotros.

La cesta del ahorro

Y cuando desde el Gobierno se empezó a hablar de topar precios -otro término que hemos adoptado en las últimas semanas- Carrefour se sacó de la manga su ya famosa cesta de ahorro con 30 productos a 30 euros. 

No dudamos de que la idea fuera buena, reconocemos que el equipo de marketing estuvo muy ágil para anotarse el tanto y, por lo visto, la compra conjunta si suponía cierto ahorro respecto a adquirir por separado los productos en cuestión.

El problema es que a estas alturas de la partida cuesta cada vez más creer en las buenas intenciones. La elección de productos era un tanto singular, faltaban alimentos frescos, reunir los 30 productos suponía una especie de yincana por el hipermercado… 

Control de precios

Además, como se encargó de demostrar un compañero hace poco, no hace falta ninguna promoción especial para completar una cesta básica por esos 30 euros.

Es el mercado amigos, que decía aquel. Y parece un buen resumen de la situación y lo que nos espera si no se hace nada. ¿Hacen falta más pistas sobre lo que ocurre si se deja todo en manos del mercado o de la buena voluntad de la distribución?

Vistos los gestos y los precios está claro que tienen la mínima intención de apretarse el cinturón de beneficios pagando mejor a sus proveedores y contenido los precios de ventas. Salvo que alguien les obligue a ello, claro. Y vigile que ese control de precios no lo acaben pagando los productores, por cierto.

No se trata de nacionalizar el menú de DiverXO. Hablamos de productos de primera necesidad como en su momento se reguló el precio de mascarillas o de test de antígenos sin que pasara nada. Bueno sí, que pagamos menos por ello.

Mientras no ocurra, la gran distribución seguirá jugando con nosotros. Tienen los dados trucados y la partida ganada.

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