Hay quien se queja de que, a día de hoy, en muchos restaurantes cuidan más el ambiente, la decoración y la presentación que el propio producto o la receta. Si encontramos el equilibrio entre el tratamiento de la materia prima con una presentación de esas que nos deja con la boca abierta, entonces estamos ante el plato perfecto.
De entre todas las posibles presentaciones que se nos vienen a la cabeza, seguramente ninguna contemple la posibilidad de que el postre nos llegue flotando. Pero existir, existe. Y el artífice de ello es el pastelero Miguel Sierra.
Productos asturianos a la deriva
Si la decoración y el ambiente juegan un papel importante, cuánto más un entorno natural. No se puede comparar un río asturiano con un stand en Madrid Fusión, aunque el resultado es igual de impresionante y delicioso.
“Tenemos la suerte de tener muchos ríos y hay que aprovecharlo. Al final tenemos que aprovechar todos los recursos que tenemos, que al final son los que nos diferencian del resto, más que hacer algo estandarizado”, asegura el pastelero sobre la presentación de este postre.
Además de una presentación impecable, este postre tiene unos productos asturianos de primera calidad: “El postre es un mantecado de maíz y encima lleva una crema de dulce de manzana con aguardiente de sidra, y lleva un maíz tostado con chocolate encima y una espuma de vainilla. Está decorado con fresas, que es un concepto del río, porque en el río hay muchas fresas silvestres”, asegura Sierra.
"Va hecho sobre una hoja de maíz, que va flotando, que no cala"
Los ingredientes nos convencen y la presentación nos deja con la boca abierta. Lejos de servirse en un plato o en una copa, este postre se sirve sobre una hoja y flotando: "Va hecho sobre una hoja de maíz, que va flotando, que no cala. La hoja cuando envuelve al maíz da igual que llueva porque es como un chubasquero”.
Aunque para esta demostración la hoja de maíz con el postre se pone a flotar sobre un recipiente lleno de agua, en su versión original se deja flotando en la naturaleza: “Esto se sirve en el río, que va flotando, y con el concepto del paisaje asturiano queda muy bonito”, confiesa Miguel Sierra.
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