Espardeñas, pepinos de mar, cohombros... Puedes encontrar este animal marino no demasiado común en nuestra dieta con diferentes nombres.
Mientras que en la gastronomia asiática estos equinodermos de la familia de los erizos y las estrellas de mar son un ingrediente habitual, en occidente no es tan conocido, aunque su sabor merece la pena -y mucho-.
Con una textura parecida al calamar o la sepia pero más fina y rugosa, podemos encontrar estos seres marinos en cualquier océano, aunque especialmente en el Pacífico asiático.
Los pepinos de mar están compuestos de agua en su mayor parte, y vienen dentro de un caparazón blanco de tacto gelatinoso con aspecto de alpargata, de ahí la denominación de "esperdeñas".
Para no estropear este apreciado alimento marino es fundamental saber cómo limpiarlo y prepararlo para ser cosumido.
Cómo limpiar la espardeña
Aunque normalmente vas a encontrar ya las epardeñas desprovistas de la vaina en caso de que te encuentres la espardeña entera solo tendrías que deslizar el filo de un cuchillo por un lateral de la vaina hasta conseguir abrirla y llegar a la parte comestible para extraerla y limpiarla bien.
Como la espardeña coge agua por uno de sus extremos y por otro lo expulsa, es posible que nos encontremos arena en su interior, por lo que para limpiarlas solo tienes que rajar el gusano por la mitad, quitamos la dos esquinas, pasamos el filo del cuchillo por ambos lados para quitar bien la arena que pudiese haber, y posteriormente enjuagarla.
De esta manera, quitándole la vaina y raspando bien la arena que pueda tener este equinodermos en su interior tenemos listas nuestras espardeñas para prepararlas a la placha, al ajillo o en cualquier guiso que se nos ocurra. Siempre a gusto del consumidor.
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