El motivo por el que están colocando microchips al Parmesano Reggiano

Si la próxima vez que comas un trozo de queso parmesano percibes un elemento extraño sobre la corteza es muy probable que se trate de un microchip, pero no te preocupes porque es la prueba de que estás comiendo el verdadero Parmigiano Reggiano procedente de Italia y no se trata de una imitación. 

Los fabricantes del famoso queso italiano han instalado estos pequeños dispositivos en las cortezas de los quesos para poder realizar un seguimiento del producto y luchar contra las imitaciones. 

"Seguimos combatiendo con nuevos métodos", ha declarado recientemente Alberto Pecorari, del Consorcio del Parmesano, al Wall Street Journal, avisando de que "no nos rendiremos". 

Los chips no son dañosos y no deberían ingerirse porque se han instalado en la parte externa de los quesos. 

De esta forma, cuando se escanea el queso, los dispositivos detectan un número de serie que certifica que el Parmigiano Reggiano es auténtico. Además, estos microchips utilizan blockchain para rastrear la rueda de queso hasta el lugar de procedencia de la leche que se ha utilizado. 

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Los pequeños dispositivos no se pueden leer a distancia ni se pueden usar para rastrear a las personas que se lo traguen y han sido producidos por la empresa americana p-Chip con quienes, durante el segundo trimestre del 2022, la empresa italiana que se ocupa de la elaboración del queso llevaron a cabo un proyecto piloto en más de 100 mil quesos con buenos resultados. 

Denominación de origen a salvo

El parmesano original está protegido oficialmente por la Unión Europea, por lo que significa que el nombre solo se puede utilizar para el producto auténtico. 

Este queso sólo se debe elaborar en la región italiana de Emilia Romagna, lugar al que debe su nombre, tiene que pesar 40 kilos y su tiempo de curación es de al menos un año.