Estirar después del entrenamiento, la clave para triunfar en cualquier deporte (y tres trucos para hacerlo bien)

Cumplir con la Operación Bikini, poder participar en alguna competición o, simplemente, mantenernos en forma y desconectar del día a día. Esos son algunos de los buenos motivos que nos empujan, por mucho que nos cueste, a tener una rutina de entrenamientos. Y aunque creamos que todo nuestro esfuerzo se reduce a esas sesiones, la realidad es que el trabajo no termina cuando aún sudamos la gota gorda y el resuello nos acompaña. Aunque lleguemos agotados después de haber mejorado nuestra marca (bien sea corriendo, nadando o levantando pesas), si queremos seguir rindiendo y mejorando nuestras habilidades deportivas es fundamental apostar por un estiramiento completo en el que tiempo de calidad, concentración y, también, conocimiento deben aunarse para evitar que sea contraproducente.

Sin embargo, y a pesar de que muchos creen que tienen bajo control los ejercicios necesarios para elongar músculos, evitar lesiones y promover la necesaria elasticidad, no siempre sabemos cómo llevar a cabo una rutina de estiramiento postejercicio que cumpla con las necesidades de nuestro cuerpo. Para conseguirlo, además de contar con el asesoramiento de un profesional, podemos (¡y debemos!) contar con implementos que nos ayuden a garantizar un buen trabajo, manteniendo en todo momento posturas saludables y logrando, sin dolor, los objetivos antes mencionados.

¿Aún perdido en la materia? Tranquilo, en Amazon hemos encontrado aquellos que, sin hacer una gran inversión, nos ayudan a conseguir estiramientos completos sin poner en riesgo nuestra integridad. Eso sí, hay que saber cómo utilizarlos y en qué orden para lograr que los músculos, ligamentos y tendones reciban su recompensa por el esfuerzo realizado y nos acompañen, a pleno rendimiento, en próximas sesiones deportivas.

Cómo estirar bien en tres pasos sencillos

- De cabeza a pies, con una esterilla. Aunque hayamos parado el ejercicio de forma progresiva para evitar el enfriamiento seco del músculo, al llegar a casa es recomendable abrir la esterilla y trabajar, con detenimiento, un estiramiento completo. Rodar con cuidado sobre la espalda, movimientos de rotación de la cadera o presión lumbar, con las respiraciones adecuadas, son algunos de los ejercicios que conviene hacer a diario. Eso sí, siempre sobre una superficie rígida pero acolchada que evite daños innecesarios en la piel o el hueso.

- La espalda, de vital importancia. Se realice o no alguna sesión de ejercicio, deberíamos estirar la espalda todos los días, ya que es en ella donde más tensiones se acumulan y, por tanto, la zona del cuerpo que puede causarnos muchas molestias. Con este dispositivo, podemos tratar el dolor lumbar, el de cuello, el de cabeza y hasta el de hombro, gracias a su masaje de acupresión. Además, puede adaptarse a sillas o a asientos para que estires y mantengas una buena higiene postural casi sin darte cuenta.

- El tronco inferior, con un rodillo de masaje. Aunque también sirve para estirar el tronco superior, los rodillos de masaje son la mejor opción para relajar las piernas y la zona baja de la espalda. Su uso es muy sencillo, ya que solo debemos colocar sobre él la parte del cuerpo a estirar y aplicar presión echando el peso sobre él mientras lo hacemos rodar. Además de ofrecer un masaje que alivia la tensión muscular, el rodillo reduce las agujetas sin afectar a la fuerza que hayamos ganado en esa parte del cuerpo. Este ki incluye un palo de masaje, para zonas donde se necesita ejercer más presión, y dos bolas para masajear zonas más pequeñas.

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