Un avión se estrella en un bosque en medio de la nada. Dentro, viaja un equipo de fútbol femenino (las Yellowjackets del título). Los días pasan (y los meses; concretamente, 19) sin que nadie las encuentre y el hambre acucia. Es fácil imaginar a los ejecutivos de Showtime escuchando embelesados este pitch de futbolistas caníbales, un Viven con chicas monas, cuya primera temporada completa puedes ver en Movistar Plus + y cuya segunda entrega se ha confirmado recientemente.
Sin embargo, el nombre de Karyn Kusama en los créditos como productora ejecutiva –y directora del primer capítulo, sin duda el mejor de la temporada– es un aval de que la serie trasciende su premisa morbosa para convertirse en algo más: un retrato de las complejidades, recelos, amores profundos y envidias que conforman la amistad femenina. Aunque canibalismo hay, eso no lo vamos a negar.
Yellowjackets comienza con unas imágenes de lo más malrolleras. Una chica corre por un bosque acechada por presencias malignas, de momento, fuera de campo. Cae a un pozo sembrado de estacas que la atraviesan. No sabemos quién es, cuál de las jugadoras del equipo de fútbol. Solo vemos un collar con un amuleto en forma de corazón. Algunas secuencias más tarde, esa chica parece haber quedado reducida a un suculento manjar para un grupo de enigmáticos seres cubiertos con diversos pelajes y cornamentas pero con unas sugerentes Converse rosas asomando por debajo.
Con esa información –no revelo nada que no esté en el trailer– es fácil intuir que, tras el accidente, a las futbolistas se les ha ido la cabeza. Y eso, ni más ni menos, es lo que la serie va a ir desgranando capítulo a capítulo y por lo que vamos a permanecer enganchados.
Y no solo. Ya que Yellowjackets va saltando del pasado al presente en dos líneas temporales distintas. En 2021, vemos cómo son las futbolistas hoy, después de aquella experiencia traumática. Shauna ha rehecho su vida pero su matrimonio está en horas bajas, Natalie va por su tercer centro de desintoxicación, Taissa ha llegado lejos en su carrera política pero las paranoias que tiene son cada vez más recurrentes, Misty sigue siendo… insoportable.
Unas postales aparecen en los buzones de las amigas. Unas postales que contienen un símbolo que solo quienes sobrevivieron al accidente reconocen. Un símbolo que también aparece en la granja en la que encuentran muerto a Travis, uno de los pocos chicos que viajaba con ellas en el avión. Aunque llevaban años sin reunirse, esta serie de amenazas veladas suponen el reencuentro de las Yellowjackets.
Mientras tanto, en el pasado, las cosas se van poniendo más y más interesantes. Tras el accidente, la comida empieza a escasear, las fuerzas se agotan y las reglas de las chicas se sincronizan (o las de casi todas). Hay bautismos improvisados, secuencias que querrían ser El acontecimiento y sesiones de espiritismo, fogatas alrededor de las que se cuenta el argumento de Mientras dormías y un sorprendente uso de la banda sonora de El fantasma de la ópera.
No deja de ser interesante en la era estrella del animalismo, con las mascotas recientemente convertidas en miembros de la familia en España, que esta serie apueste por la lucha de unas chicas jóvenes contra el feroz reino animal de forma tan descarnada. Pero lo más interesante de Yellowjackets, sin duda, es su montaje, esa habilidad especial que demuestra para engarzar las vidas de sus protagonistas en el presente con el pasado.
Otros de los méritos de Yellowjackets tiene que ver con las decisiones de casting. En el elenco juvenil, la serie apuesta por actrices a las que seguramente has visto recientemente: Ella Purnell (Churchill), Sophie Nélisse (The Kid Detective) o Jasmin Savoy Brown (Scream).
En la liga de las veteranas encontramos sin embargo varias glorias de los 90. Sin ir más lejos, a Natalie y a Misty las interpretan respectivamente Juliette Lewis y Christina Ricci, que, no por casualidad, eran adolescentes en esa época. Es un gusto también volver a encontrarnos con Melanie Lynksey (la mujer de Mark Duplass en Togetherness). Sus interpretaciones en conjunto son lo mejor de la serie.
Por supuesto, no todo son bondades en Yellowjackets. Hay tramas que son de relleno, conflictos tramposos que están planteados para entretener al espectador sin un fin narrativo y, en general, una tiene la sensación de que no eran necesarios diez capítulos para contarnos lo que nos ha contado. Pero, ¿de cuántas series podríamos decir exactamente eso mismo?
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