Vecna, Demogorgon, Azotamentes: los nombres que 'Stranger Things' ha tomado de 'Dungeons & Dragons'

La serie de Netflix ha acudido muchas veces al decano de los juegos de rol y su repertorio de monstruos.
Vecna en 'Dungeons & Dragons' y 'Stranger Things'.
Vecna en 'Dungeons & Dragons' y 'Stranger Things'.
Cinemanía
Vecna en 'Dungeons & Dragons' y 'Stranger Things'.

Desde que, allá por 2016, vimos por primera vez a Will, Mike y compañía agitando dados de muchas caras, sabemos que Stranger Things es una serie muy rolera. O, al menos, una serie que aprovecha el recuerdo que dejó Dungeons & Dragons (D&D) en los EE UU de los 80 para propinar andanadas de nostalgia. 

Ojo, eso sí, porque las invocaciones al decano de los juegos de rol de mesa van más allá de la forma en la que los miembros más jóvenes del reparto le sacan partido a su tiempo libre. Al tiempo libre que les dejan los engendros del Otro Lado y sus cosas, queremos decir. 

A lo largo de sus cuatro temporadas, el show de los hermanos Duffer para Netflix ha tirado de viejos manuales dungeonitas para bautizar a sus monstruos. De hecho, aunque no hayas rellenado una hoja de personaje en tu vida y desconozcas la diferencia entre un guerrero y un paladín, te garantizamos que los nombres de muchos villanos emblemáticos de D&D te resultan, como mínimo, familiares.

Así pues, y para evitar esas confusiones que tan mal quedan al viajar por los planos y semiplanos, permítenos mostrarte a los bichos cuyas versiones modernas has visto moverse por Hawkins y alrededores. 

Demogorgon

Demogorgon en una ilustración de 'Dungeons & Dragons'.
Demogorgon en una ilustración de 'Dungeons & Dragons'.
Wizards of the Coast

El bicho por excelencia de Stranger Things tiene un nombre con mucha historia, más allá de las mesas de juego. Y no exageramos, porque la primera mención de este demonio (bautizado, seguramente, a partir de una mala transcripción del griego) data del siglo IV de nuestra era. 

En lo que a D&D se refiere, Demogorgon también tiene historia: su debut en el juego tuvo lugar en 1976, cuando este llevaba solo dos años de andadura, y su estatus como villano de culto se ha mantenido hasta nuestros días. 

Por tratarse de un ser demoníaco, las peripecias del personaje han estado supeditadas a la imagen pública del juego. Especialmente a partir de mediados de los 80, cuando la derecha religiosa estadounidense se empeñó en que Dungeons & Dragons era un instrumento de Satanás. Sin embargo, podemos resumirla en unos pocos hechos básicos. 

Empecemos diciendo que Demogorgon es un ente de gran poder al que le gusta autoproclamarse 'Príncipe de los Demonios'. Además de recrearse con el sacrificio de inocentes y ejercer de supervillano cuando el dungeon master de turno se siente especialmente cruel, su mayor afición es hacerle la puñeta a otros monstruos con olor a azufre, como Orcus. 

Por otra parte, la apariencia del Demogorgon dungeonita es de lo más grimosa. Hablamos de un humanoide reptiliano de tres metros de altura con dos largos cuellos pedunculados sosteniendo otras tantas cabezas de mandril. Dichas cabezas tienen sus propios nombres (Aameul y Hethraidah) y sus propias personalidades, que se llevan a matar. 

De modo que, si sus homónimos en Stranger Things andan justos de entendederas, Demogorgon tiene otro problema en Dungeons & Dragons: es incapaz de ponerse de acuerdo con nadie, ni siquiera consigo mismo. Eso de "caótico malvado" es, en su caso, algo más que un alineamiento. 

Azotamentes

Un azotamentes en una ilustración de 'Dungeons & Dragons'.
Un azotamentes en una ilustración de 'Dungeons & Dragons'.
Wizards of the Coast

Tal y como la hemos visto en Stranger Things, esta gigantesca monstruosidad del Otro Lado puede recordar a los Dioses Primigenios de H. P. Lovecraft. Un parentesco que comparte con sus primos de Dungeons & Dragons, aunque por razones diferentes. 

Esto se debe a que los Azotamentes del juego de rol se parecen bastante a versiones en miniatura de Cthulhu. Al menos, comparten con el Gran Antiguo esa apariencia que puede resumirse en "señor con un pulpo en lugar de una cabeza". 

Aún más veteranas que Demogorgon (debutaron en 1976), estas entrañables criaturas se llaman a sí mismas 'Illithid'. Pero, terminología aparte, si figuran en la lista de criaturas más desagradables de D&D es, aparte de por su desagradable aspecto, por su costumbre de sorber los cerebros de otros seres inteligentes para alimentarse. 

Por si fuera poco con esta afición al sushi de sesos, la reproducción de los azotamentes requiere que una criatura bípeda sea inoculada con una de sus larvas, la cual procederá a devorar la cabeza del receptor desde dentro para reemplazarla con su forma madura, y con tentáculos. 

¿Cómo puede ser la vida social de un bicho así? Pues como te estás imaginando: basada en la conspiración, el odio a todos los seres vivientes y, sobre todo, la competición por quedar mejor que el vecino ante el Cerebro Anciano de tu comunidad. Es probable que solo los Drow (los elfos oscuros) sean más aficionados que ellos al salseo, el vivoreo y las puñaladas por la espalda. 

Con múltiples variaciones, algunas más repugnantes aún que la forma original, y enemigos a muerte de los gythianki (otra de las razas malignas por excelencia de D&D), estos bichos son dignos de lástima al menos en un aspecto: en algunas traducciones antiguas del juego de rol al castellano, se les bautizó como "Desuellamentes". Y ni siquiera ellos se merecen un nombre tan feo. 

Vecna

Vecna en una ilustración de 'Dungeons & Dragons'.
Vecna en una ilustración de 'Dungeons & Dragons'.
Wizards of the Coast

Palabras mayores, oiga: para su cuarta temporada, Stranger Things no se ha conformado con abrir al azar el Manual de monstruos de D&D y tomar el primer nombre raro que le ha salido al paso, sino que ha decidido homenajear a un peso pesado de la villanía. Y eso que, durante mucho tiempo, este hechicero malvado solo se dejó ver por partes. Por partes del cuerpo, para ser exactos. 

Decimos esto porque, en 1976, Dungeons and Dragons presentó ante sus jugadores dos artefactos mágicos llamados la Mano de Vecna y el Ojo de Vecna. Que eran, efectivamente, un ojo y una mano amputadas: para sacarle partido a sus poderes, el usuario solo tenía que cortarse el apéndice de turno y reemplazarlo por el momificado y maligno sustituto. 

Durante mucho tiempo, los restos de Vecna sirvieron como recordatorio de la influencia que el escritor Jack Vance (juega con las letras de su apellido, a ver qué te sale) había tenido en la creación de D&D. Y también como homenaje a las obras de Michael Moorcock, el inventor de la palabra "multiverso", quien había presentado reliquias similares en su saga Las crónicas de Corum. 

Pero, a la altura de 1990, la cosa cambió, con Vecna convirtiéndose en un villano de pleno derecho dispuesto a freír aventureros a la parrilla. Gracias al módulo Vecna Lives!, los jugones descubrieron que el personaje era un liche (un mago no-muerto, simplificando muchísimo) y que su mayor ambición era convertirse en semidiós, nada menos. 

La popularidad tanto del personaje como de la aventura justificaron la aparición de una secuela (Vecna Reborn) en 1998, que trasladaba a los protagonistas al siempre acogedor Ravenloft, el Semiplano del Terror, para vérselas con el brujo y su archienemigo, el vampiro Kas. 

Finalmente, Vecna sirvió en 2000 para despedir la longeva segunda edición de Dungeons & Dragons con Die, Vecna, Die!. Hablamos de una de las publicaciones más ambiciosas de la historia del juego, en la cual los aventureros viajaban por varios planos de existencia para cargarse al hechicero de una vez por todas. 

La importancia de Vecna en el multiverso dungeonita quedó de manifiesto en esa aventura. Porque, además de para hacer picadillo a los héroes de turno, Die, Vecna, Die! sirvió como un reseteo cósmico del juego tras su adquisición por el sello Wizards of the Coast (convertido en amo y señor del cotarro gracias a Magic, el celebérrimo juego de cartas). 

Hoy en día, Vecna es un personaje querido y respetado por el fandom: puede que Strahd Von Zarovich, ese chupasangres engominado, siga superándole en popularidad, pero solo él puede alardear de haberse convertido en un dios. Actualmente, de hecho, varios mundos de D&D le incluyen en sus listas de deidades (malignas, claro). 

Menos mal que entre sus escasas virtudes se cuenta el sentido del humor, porque si este homenaje en Stranger Things llega a disgustarle, vete a saber la que habría armado… 

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