En el rodaje de 'The Last of Us' tenían prohibido decir esta palabra

Su mundo postapocalíptico está habitado por infectados, nada que ver con George A. Romero.
'The Last of Us', capítulo 6
'The Last of Us', capítulo 6
HBO Max
'The Last of Us', capítulo 6

Cuando estrenó 28 días después, Danny Boyle insistió mucho en que la plaga de humanos enfermos a la que se enfrentaban Cillian Murphy y compañía no estaba formada por zombies. Al contrario, lo que les ocurría es que habían contraído un virus parecido a la rabia, y a lo largo de la andadura de los videojuegos de The Last of Us la gente de Naughty Dog se enfrentó a una discusión similar. Es demasiado tentador identificar como “zombie” a un tipo que ha perdido toda su humanidad y se arrastra, enajenado, queriendo devorarte.

De cara a convertir en serie los videojuegos liderados por Neil Druckmann (que en el proyecto de HBO ejerce de showrunner con Craig Mazin), los responsables insistieron mucho en que el equipo no confundiera términos. The Last of Us se desarrolla en un mundo postapocalíptico similar a lo que podría haber presagiado George A. Romero, pero no son zombies los que se interponen en el camino de los personajes. El hongo cordyceps se ha extendido entre la población y ha convertido a buena parte de ella en “infectados”. Tal es el nombre oficial, aunque hay variantes como “chasqueadores” o “hinchados”.

Los Hinchados son personas infectadas por una cantidad tal de hongo que se han convertido en gigantes, de los cuales vimos un exponente en el último episodio emitido de The Last of Us. Tienen un muy ligero parecido con un zombie, y el director de fotografía de la serie ha indagado en la cuestión vía The Credits. Eben Bolter, así, reconoce que la dialéctica zombies/hinchados estuvo presente en el rodaje, hasta el punto de que “zombie” se convirtiera en un término tabú.

“No se nos permitía decir la ‘palabra Z’ en el set. Era una palabra prohibida. Eran los infectados. No somos una serie de zombis”, asegura. “Hay muchas cosas que The Last of Us no es. No es una historia cliché de zombis, no es un Hollywood deslumbrante donde todos tienen unos primeros planos perfectos”. Bolter alude así a la sequedad del tono de la serie, marcado por una tragedia que ya exhibían los juegos de Naughty Dog y que tiene el ingrediente aterrador muy diluido.

Bolter, de esta forma, defiende la idea de que The Last of Us no es tanto una serie de horror, o una ficción de zombis estilo The Walking Dead, como un drama de personajes. “Por supuesto hay tensión y sustos, pero la serie gira en torno a nuestros personajes. Los infectados son solo un obstáculo con el que han de lidiar”, concluye sobre The Last of Us, que ya ha sido renovada por una segunda temporada y le quedan cuatro episodios para concluir su andadura actual. 

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