Lali Espósito hace estallar 'Sky Rojo': "Que el equipo de 'La casa de papel' se embarre con la prostitución me parece supervaliente"

Prostitución, adrenalina y luces de neón: la actriz y cantante argentina dinamita en lo nuevo de Álex Pina (‘La casa de papel’).
Lali Espósito
Lali Espósito
TAMARA ARRANZ
Lali Espósito

Mariana Espósito (Buenos Aires, 1991) se convirtió en Lali Espósito, la artista, con tan solo 12 años, cuando entró a formar parte de la factoría de niños prodigio de Cris Morena. La creadora más famosa de Argentina, responsable de éxitos como Rebelde Way, fichó a aquella pequeñaja hiperactiva y con un don natural para la comedia en la telenovela Rincón de luz, a la que después seguirían otras series juveniles como Floricienta, Chiquititas sin fin y Casi ángeles. 

Este último título, en el que daba vida a Mar, así como Teen Angels, la formación musical nacida de la serie, encumbrarían a Espósito no solo en su país, sino también en toda Latinoamérica, España o Israel. Desde los 12 años, la actriz y cantante no ha parado de trabajar, encadenando novelas como Esperanza mía, y películas como Permitidos y Acusada con sus discos en solitario.

Sky Rojo, firmada por Álex Pina (La casa de papel), es su primer proyecto en España y su regreso al mundo de la interpretación, faceta que había dejado aparcada en los últimos años para concentrarse en su carrera musical. Comedia negra, prostitución y altas dosis de acción son los ingredientes de la ficción más arriesgada de la estrella hasta el momento. En ella, da vida a Wendy, una prostituta impulsiva y decidida que, junto a sus compañeras Coral (Verónica Sánchez) y Gina (Yany Prado),  emprende una huida en busca de su libertad.

Cuando la entrevistamos a mediados de febrero, Lali acaba de terminar el rodaje de la segunda temporada de Sky Rojo, "el rodaje más largo de la historia", bromea durante la videollamada. Lleva todo un año pandémico sin quitarse la falda de Wendy y habla con total entrega y cariño sobre el personaje, este proyecto y el equipo que la ha acompañado en esta aventura. 

Lali Espósito es Wendy, Verónica Sánchez es Coral y Yany Prado es Gina
Lali Espósito es Wendy, Verónica Sánchez es Coral y Yany Prado es Gina

Para ti, Sky Rojo comenzó durante tu actuación musical en los Premios Platino.

¡Sí! El equipo de la serie ya había visto a varias actrices en Latinoamérica para mi personaje. De hecho, al principio Wendy era colombiana, aunque también habían tanteado a actrices argentinas, muchas colegas mías. Era todo supercerrado. Yo no había escuchado nada y no actuaba hacía años, estaba centrada en la música. 

Eva Leira y Yolanda Serrano, directoras de casting, me vieron en los Platino y dicen que les pasó algo energético. Mi música es pop, con mucho baile, mucha potencia visual, y pensaron que pegaba con Wendy. Estuve un montón de meses haciendo pruebas por vídeo y actuar con un ordenador enfrente es lo peor que te puede suceder [ríe]. Una puede tener un poquito de oficio y más o menos te armas mentalmente tus movidas para no sentirte tan ridícula haciendo una prueba por vídeo. Digamos que he sorteado las barreras.

¿Qué te atrajo de Wendy?

Obviamente, hay algo que va más allá de mi personaje, algo que tiene que ver con la serie. Me pareció muy valiente a nivel narrativo contar la historia de estas tres mujeres. En cuanto a Wendy, ella es una chica que sale de un barrio humilde tipo favela del centro de Buenos Aires, se llama Villa 31. Yo soy porteña y sé lo que pasa allá. Crecí en un barrio humilde también. Siento empatía con lo que les pasa a muchas jóvenes en ese contexto, con la no salida laboral, el no estudio, la posibilidad de nada... 

Wendy es alguien que, por amor, por encontrar un futuro para ella y su novia, viaja a España a prostituirse. A diferencia de Gina, mi personaje sabe que va a trabajar de eso, lo que no espera es que vaya a convertirse en una esclava sexual. No espera que le quiten el pasaporte y la tengan encerrada sin ningún tipo de capacidad de acción ni elección. Es una tipa muy energética, con ganas de sortear barreras. Hay algo en su personalidad, ese humor y esa honestidad brutal, que tomé de gente que conozco. 

La serie aborda algo tan delicado como la prostitución desde la comedia negrísima.

Nadie habla de este universo, nunca, menos en el mainstream. Que gente tan talentosa y exitosa como Álex Pina y su equipo, que vienen de hacer La casa de papel, tengan ganas de embarrarse con un tema así me parece supervaliente. Esto no es un documental sobre la prostitución, es entretenimiento. Está clarísimo lo que está mal acá, claramente hay personas que sufren lo que les pasa a estas tres mujeres, y la serie también te cuenta al malo, igual que te cuentan el drama ético y moral que tiene la protagonista, Coral, y las cagadas que nos mandamos todas para llegar hasta aquí.

Todos cometemos errores, todos nos arruinamos la vida y después la queremos rehacer. Es la gran desidia y la gran maravilla de tomar decisiones, y eso hará que el público empatice con estas mujeres sin tener esa vida, sin tener ni idea de lo que es pasar por algo así, sin haber ido nunca a un puticlub. Qué difícil y qué lindo desafío poder meter a estos personajes de verdad en un contexto de fantasía visual y entretenimiento máximo. 

Ese contexto es como una mezcla de Kill Bill, Pulp Fiction y Los ángeles de Charlie.

El verdadero desafío era traer al espectador la verdad absoluta sobre lo que sufren en la realidad muchas mujeres, y también entretenerlo con esta locura visual. Nosotras le decimos “Pulp latino” porque tiene algo muy tarantinesco, de aventura al límite, con el ritmo que no para, y estas supervivientes y estos proxenetas casi de cómic. 

La comedia negra también aminora un poco la densidad de lo que contamos para que puedas entender las historias y acompañar a estas tres mujeres en ese camino. Lo que contamos en este universo tan visual, entretenido, es el diferencial de esta serie. Es una historia tan única que a nosotras mismas nos costó encontrar el tono que tiene, con el ritmo que no para y el raccord emocional desenfrenado. Ha sido una manera nueva de trabajar.

Lali Espósito y Asier Etxeandia
Lali Espósito y Asier Etxeandia
TAMARA ARRANZ

Ahora que mencionas la iconografía casi de cómic, ¿pudiste participar en la creación del look de Wendy?

Carlos Díez, gran creador y artista que hizo todo el vestuario de esta serie y toda la onda del club, fue superabierto. Terminamos de diseñar juntos las estrellas de Wendy, que también son sus aros, y decidimos toda la paleta de colores. 

Ellos tenían todas las opciones, pero Carlos ha sido increíble en probar mil opciones con nosotras, en que opinemos y decidamos de cierta manera juntos ese look, que, además, tenía que ser cómodo, aunque te juro que no lo era [ríe]. Yo llevo una falda que no paraba de levantarse, y luego están los zapatos... El conjunto tenía que dejarme actuar durante toda una temporada cargada de escenas de acción, y a la vez ser la ropa del club.

Conoces la fama desde niña gracias a las novelas de Cris Morena. ¿Preparada para el posible éxito mundial de Sky Rojo?

Esto es otra dimensión. Suerte que soy muy tranquila, no me adelanto a los acontecimientos. Es verdad que ‘De los creadores de La casa de papel’ es un poco: “¡Vamos chicos! Que salga bien” [ríe]. Pero yo vivo mi curro disfrutando del trabajo y de las mieles del buen resultado. Soy amiga de Úrsula Corberó y ella lleva el éxito de forma espectacular porque es una buena tipa. Si tenés la visión en lo importante, esta locura es más fácil. Estamos nerviosos, sí, pero más que nada por saber qué va a pensar la gente de un proyecto tan particular.

Gracias a las redes, podéis haceros una idea del entusiasmo del público.

El mundo de las redes tiene, como todo, su cara A y su cara B; puede ser maravilloso, pero también una bolsa de cosas espantosas. Pero, en este caso, con Sky, es una gran ventana. Con lo poco que se ha compartido ya hemos podido sentir lo alucinada que está la gente, las ganas que tiene de ver la serie. Y ya no solo el público. Me explotaba el teléfono con colegas, directores argentinos, amigos actores, que me decían de verdad: "¡Ese tráiler! Ya quiero ver la serie, no puedo creer". 

Es entonces cuando te das cuenta de que acá va a pasar algo porque evidentemente todo el mundo está esperándola. Honestamente, creo que es una serie que se merece mucho éxito, pero ese éxito del bueno, ese éxito de: "Están hablando de algo que a mí me moviliza como espectador, y a la vez me entretengo, y a la vez amo a este personaje. Me hacen pasar el rato y, además, me hacen pensar". Ojalá tengamos ese éxito.

Como actriz y cantante, ¿cómo vives la actual globalización?

Abrazo mucho la posibilidad de expansión a través de redes y plataformas, y la aprovecho. Como Wendy, crecí en un barrio humilde de Buenos Aires y nunca pensé que trabajaría de lo que me gustara. Cuando mis abuelos eran chiquitos, diez años después llegaban los vinilos de sus bandas favoritas a Argentina. Ahora una persona de Londres y otra de Buenos Aires pueden vibrar a la vez con Sky Rojo. Conectar con historias de todo el mundo y, como artista, llegar a más gente es una fortuna. Y, además, nos conecta a todos con historias de todo el mudno.

¿Te gustaría probar suerte en otras facetas como la dirección o la producción?

¡Claro! De hecho, antes de Sky compré con Erika Halvorsen los derechos de un bestseller en Argentina, El fin del amor, de una feminista increíble que se llama Tamara Tenenbaum. Estaba trabajando en transformar ese libro en una serie de 10 capítulos cuando me cogieron como Wendy. Pero hacia finales de año voy a producir esta comedia que habla de una historia muy puntual de un barrio de Buenos Aires, con una ex-judía ortodoxa. Me gusta mucho aprender del detrás de las cámaras y Sky Rojo ha sido una masterclass.

Sky Rojo se estrena el 19 de marzo en Netflix.

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