Con permiso de Friends, Seinfeld fue la sitcom más influyente de los años 90, generando una suerte de spin-off a manos de uno de sus creadores que se ha extendido hasta nuestros días. Larry David acaba de estrenar su última temporada, llevando hasta el final la corrosiva propuesta del creador homónimo, y aún así Jerry Seinfeld (que desarrollara con David la susodicha Seinfeld) cree que la comedia ya no es lo que era. Y culpa de ello a la izquierda y la corrección política.
Seinfeld estrena este 3 de mayo en Netflix su debut al largometraje: ha dirigido y protagonizado con Melissa McCarthy Sin edulcorar, y de cara a promocionarlo se ha pasado por New Yorker Radio para opinar sobre el estado de la comedia estadounidense, y de la sitcom en particular. "La gente necesita la comedia. Antes, al final del día, te ibas a casa con la gente diciendo ‘ponen Cheers’. ‘Ponen M*A*S*H’. ‘Oh, están dando Mary Tyler Moore, Todo en familia’. ¿Dónde están? ¿Dónde están? Este es el resultado de la extrema izquierda y de la mierda de la corrección política y de que la gente se preocupe tanto por ofender a los demás”.
El creador de Seinfeld responsabiliza a una serie de comités que supervisarían los guiones originales “Cuando escribes un guion y pasa por cuatro o cinco manos diferentes, comités, grupos… ‘esto es lo que pensamos sobre este chiste’. Pues ahí se acaba tu comedia”. Seinfeld no es completamente catastrofista, ya que cree que en el stand-up está el último reducto de libertad. “Con algunos cómicos, la gente se divierte cuando se pasan de la raya, todos nos reímos. Son los monologuistas los que realmente tienen la libertad de hacerlo porque nadie más tiene la culpa si no sale bien. Él o ella puede asumir toda la culpa”.
Las declaraciones lamentándose por el presente han sido constantes en la promoción de Sin edulcorar, ya que Seinfeld también abordó en otro medio cómo habían decaído los formatos tradicionales de exhibición. “Todo el mundo que conozco en el mundo del espectáculo se pregunta cada día ‘¿qué está pasando?, ¿cómo se hace esto?, ¿qué se supone que tenemos que hacer ahora?’. El cine no ocupa el pináculo en la jerarquía social y cultural que ocupó durante la mayor parte de nuestras vidas. Cuando se estrenaba una película, si era buena, todos íbamos a verla. Todos la comentábamos. Citábamos frases y escenas que nos gustaban”.
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