En la ficción han sido 15 días sin sol; en la vida real, llevamos poco más de un mes acompañando a Jodie Foster mientras resuelve asesinatos en la oscura noche polar de Alaska. Cuando se estrenó el primer episodio de esta nueva temporada de True Detective en HBO Max, las críticas coincidieron en que era una cuarta parte prometedora de aquello que empezaron Matthew McConaughey y Woody Harrelson. La realidad es que los enigmas, muertes y algún que otro hecho sobrenatural han sabido mantener esa promesa.
Hace seis semanas, la miniserie, creada por Issa López a partir de la saga de Nic Pizzolatto, presentó a Danvers y Navarro (Jodie Foster y Kali Reis), dos detectives de la ciudad ficticia de Ennis sobre la que se cierne una noche infinita durante el mes de diciembre y hasta pasado fin de año. El primero de esos días sin luz, se descubre la desaparición de los ocho científicos de la Estación de Investigación Ártica Tsalal, pero pronto se descubre que esta es solo la punta del iceberg.
En su entrevista para Deadline, la propia creadora ha sido la que ha explicado el final de la serie aunque, si lo que esperas es una confirmación tajante de lo que pasó, sentimos decir que López no ha querido dárnoslo todo masticado.
¿Quién mató a Annie K.?
Paralelamente a la desaparición de los científicos, existe otro caso sin resolver de seis años antes con el que Navarro sigue obsesionada. Se trata de la muerte a puñaladas de Annie K., una activista que denunciaba la situación de los lugareños quienes, cada vez más, comprobaban cómo una mina próxima contaminaba su agua, provocando enfermedades y muertes prematuras.
La miniserie comenzaba con el descubrimiento de la lengua de Annie K. en Tsalal, lo que provocaba que Navarro y, más tarde, Danvers, coincidiesen en que los casos estaban relacionados. Después de dar con el cartógrafo Otis Heiss, el único conocedor de la localización de las cuevas en las que mataron a Annie K., las detectives deciden ir a por pruebas, lo que las lleva a perderse bajo el hielo y descubrir un laboratorio que conecta con la Estación de Investigación mediante una trampilla.
Allí encuentran a Raymond Clark, el único de los investigadores que no había sido hallado muerto en el hielo y que anteriormente habían descubierto que era amante de Annie K. Tras torturarlo e interrogarle, este les cuenta lo que pasó: los científicos estaban buscando el ADN de un microorganismo en el interior del permafrost (terreno congelado), un descubrimiento que podía cambiar el mundo. Lo que nadie sabía era que lo habían conseguido.
Sin embargo, habían dejado de lado toda moralidad para lograr su objetivo. Después de descubrir que podían acceder a ese permafrost gracias a la polución de la mina, la cual ablandaba el hielo, habían empezado a presionarla para producir más polución. “Cuantos más residuos en el agua, más residuos en el suelo, mejor estaba el permafrost para trabajar”.
Annie K. lo descubrió y destrozó años de trabajo. Por ello, los científicos acabaron con ella, incluido Clark. El encargado de deshacerse del cuerpo fue el agente Henry D. Prior, a quien su hijo Pete dispara en el penúltimo episodio tras matar este a Heiss, y del que se deshace tirándolo al agua congelada. Sin embargo, Clark les confirma que ellos no fueron quienes le cortaron la lengua a Annie.
Finalmente, mientras Danvers duerme, Clark muere congelado fuera de la estación después de que nos enseñasen cómo le pedía a Navarro que le matase o que le dejase hacerlo a él mismo. ¿Fue realmente la detective quien le dejó morir o fue la misma fuerza que acabó con sus compañeros? La serie y su creadora no lo especifican.
¿Cómo murieron los investigadores de Tsalal?
Una vez más, como diría Danvers, nos estábamos haciendo las preguntas incorrectas. La cuestión no es quién mató a Annie K., sino quién sabía quién la había matado. Antes de morir, Clark les cuenta a las detectives que, cuando fueron atacados por lo que el cree que era el espíritu de Annie K., huyó a la alcantarilla y se estuvo una hora aguantándola para que no entrase nadie y le matara.
Al ir a por huellas allí, las detectives descubren que las responsables de las muertes de los científicos fueron las limpiadoras que, seis años después, durante uno de sus turnos, descubrieron el laboratorio bajo la alcantarilla y comprendieron lo que realmente había pasado.
Decidieron tomarse la justicia por su mano y acabar con los científicos. Les metieron en un camión y les obligaron a desnudarse y a caminar por la nieve para llevárselos a Annie. “Si los quería, los tendría. Y si no, ahí tenían sus ropas. Estarían medio congelados, pero sobrevivirían. Pero no fue así. Será que quiso matarlos. Será que devoró sus putos sueños y escupió sus huesos congelados”.
¿Fue realmente el espíritu de Annie quién los mató o fueron las altas temperaturas que hicieron que entraran en un estado de delirio? Una vez más, la creadora ha querido dejar la respuesta en manos del espectador, "es vuestra misión decidir con qué versión os quedáis".
Al oír la historia de mano de las propias limpiadoras, las detectives deciden no contar nada y mantener la versión oficial de que los científicos murieron congelados por culpa de una avalancha y las temperaturas extremas, que pueden ser causantes de las heridas que presentaban los cuerpos. Asimismo, la última conversación entre ellas y las trabajadoras da a entender que fueron ellas quienes dejaron la lengua de Annie allí a modo de venganza.
¿Qué fue de la detective Navarro?
Durante toda la temporada, la detective interpretada por Reiss ha sobrellevado su propia lucha contra lo sobrenatural, algo en lo que Danvers se niega a creer hasta que, a punto de morir congelada después de seguir a Navarro por el páramo helado tras la muerte de Clark, y después de ver a su propio hijo en una alucinación pidiéndole ayuda, hace las paces con ella y le pide que, si algún día se va de Ennis como ha estado planeando, vuelva.
La última escena de la serie nos muestra a Danvers meses después contestando preguntas para la policía en relación con la desaparición del agente Prior y todo lo sucedido durante esa larga noche polar. A la pregunta sobre si le parece rara la coincidencia de que Clark muriese como el resto de los científicos, la detective contesta que sí, pero que “ciertas preguntas no tienen respuesta”. Ello establece un final abierto: ¿existen realmente esas fuerzas sobrenaturales? La creadora deja a cada espectador decidir qué quiere creer.
Sobre lo que pasó con la detective Navarro, mientras Danvers afirma que algunos llegan a Alaska para huir de algo y otros para encontrar algo, vemos como, tras lo sucedido, volvió a la casa de su compañera, donde descubrió que esta había huido (¿o había seguido esa fuerza sobrenatural que la llamaba?) dejando atrás un vídeo que había grabado con Clark en el que este explica toda la verdad sobre la polución de la mina (vídeo que Danvers afirma que no sabe quién filtró).
Las últimas imágenes nos muestran a Pete junto a su hijo, a Danvers haciendo las paces con su hija y a ambas detectives juntas en una casa al lado de un lago mientras la voz de Jodie Foster nos recuerda que nadie se va del todo de Ennis. Una vez más, debemos preguntarnos: ¿es la imagen de Navarro real? Danvers diría que nos estamos haciendo la pregunta correcta, pero López nunca nos la responderá.
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