"Era el peor guion que he leído en mi vida": Cuando Neil Gaiman tuvo que parar la película de 'Sandman'

El infame Jon Peters estaba empeñado en adaptar el cómic, y en meter una araña gigante en la película.
Neil Gaiman saboteó él mismo la película de 'Sandman'
Neil Gaiman saboteó él mismo la película de 'Sandman'
Neil Gaiman saboteó él mismo la película de 'Sandman'

Jon Peters ha dejado tal huella en Hollywood que es normal que a cada tanto su figura acapare los focos. Hace pocos meses Bradley Cooper interpretó al productor (en un retrato no demasiado exagerado, por lo que sabemos) para protagonizar los mejores momentos de Licorice Pizza de Paul Thomas Anderson, y ahora el apellido de este tipejo legendario, antiguo peluquero de las estrellas de Hollywood, salta de nuevo a la palestra al hilo de Sandman. Los cómics desarrollados por Neil Gaiman han sido adaptados en una producción de Netflix con gran audiencia y buenas críticas, si bien los estándares de la plataforma de streaming ponen en entredicho que, pese al éxito, alumbre una segunda temporada.

Sandman es una serie muy cara, como recordaba Gaiman en Twitter, y más allá del buen recibimiento del episodio sorpresa que estrenó Netflix hace poco necesita un gran respaldo en materia de binge watching. El creador de los cómics está, por ello, desarrollando una campaña en redes para animar a la gente no solo a verla, sino a verla rápido, pero también ha tenido tiempo de ser entrevistado por Rolling Stone y de recordar viejos tiempos, cuando parecía imposible que Sandman viera la luz en el audiovisual. Así es como Gaiman ha relatado su trato con Jon Peters, que a mediados de los 90 estaba decidido a convertir Sandman en una película.

¿El problema? Que el guion que manejaba era infumable. Hasta el punto de que Gaiman, según lo recibió y quedó espantado, tuvo que tomar cartas en el asunto para impedir que la película llegara a buen puerto. No deja de tener su gracia por cómo Gaiman ha luchado siempre por que Sandman tenga nueva vida más allá de las viñetas, pero sabiendo cómo se las gastaba Peters no resulta tan raro. Al artista se le ocurrió, pues, filtrar el libreto a la prensa y que esta lo machacara de tal modo que la película fuera suspendida. “Envié el guion a Ain’t It Cool News, que por entonces lo leía bastante gente”, explica Gaiman. “Pensé ‘me pregunto qué opinarán del guion que va a recibir de forma anónima’...”

“Y escribieron un artículo fabuloso sobre cómo era el peor guion que les habían enviado. La perspectiva de que esa película se hiciera realidad desapareció”, dice visiblemente satisfecho. “Era el peor guion que he leído nunca. Un tipo de la oficina de Jon Peters me llamó y me dijo ‘entonces, Neil, ¿has podido leer el guion que te enviamos?’. Y yo dije ‘bueno, sí, lo leí. No todo, pero sí lo suficiente’. Y me dijo ‘es bastante bueno, ¿eh?’. Y yo ‘no, realmente no lo es’. Él contestó ‘oh, vamos, habrá algo que te guste’. Y dije ‘no hay nada que me guste, nada que me guste. Es el peor guion que he leído nunca. No es solo el peor guion de Sandman. Es el peor guion que me han enviado’”.

El asunto es más divertido aún, si nos paramos a observar el argumento que Peters y sus esbirros habían diseñado: “Tenía arañas mecánicas gigantes… y Lucifer, Morfeo y el Corintio eran trillizos idénticos. Todo era una carrera para ver quién conseguía el rubí, el timón y el saco de arena antes de la medianoche de 1999, antes de que empezara el nuevo milenio. Ese era el argumento”, recuerda Gaiman. ¿De qué puede sonarnos esas “arañas mecánicas gigantes”? Pues, en efecto, de Wild Wild West, la película masacrada por la crítica que protagonizaron Will Smith, Kevin Kline y Salma Hayek en 1999.

También puede sonarnos de las reuniones que Kevin Smith tuvo en su momento con Peters, de cara a la preparación de una nueva película de Superman. Peters, que entonces había producido films como Batman, Flashdance, Rain Man o la enésima versión de Ha nacido una estrella (con quien fuera su mujer, Barbra Streisand), había reclutado al director de Clerks para escribir un reboot de Superman. Las reuniones no llegaron a buen puerto, entre otras cosas, por la obsesión que ya entonces tenía Peters por introducir una araña gigante en el argumento. Se salió con la suya en Wild Wild West; no así en Superman ni, gracias a las mañas de Gaiman, en la película de Sandman que nunca vio la luz. 

Aquí tienes, por último y porque nunca viene mal recordarlo, el fantástico vídeo donde Smith relató la experiencia: 

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