'La edad dorada': No es oro todo lo que reluce en la nueva serie de época de HBO

Lo nuevo del creador de 'Downton Abbey' se apoya en un fuerte reparto para recrear la sociedad neoyorquina del siglo XIX, donde la lucha por el prestigio social estaba marcada por la segregación racial.
La edad dorada
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Cinemanía
La edad dorada

Estados Unidos, 1882. La Guerra de Secesión ha terminado y el país experimenta un crecimiento económico, demográfico e industrial incomparable, sobre todo en las regiones del norte y del oeste. Un par de décadas conocidas como la Edad Dorada, donde los salarios y puestos de trabajo se multiplicaron, así como la inmigración.

Es en este enclave histórico y social donde Julian Fellowes, creador de la exitosa Downton Abbey, decide situar su nueva superproducción de época, esta vez al otro lado del Atlántico. El inglés se sumerge en un Nueva York rico y ambicioso sin olvidar temas controvertidos en aquellos años como la desigualdad de clases, la segregación racial o la homosexualidad.

La primera temporada de La edad dorada cuenta con nueve episodios, estrenados semanalmente en HBO Max a partir del 24 de enero y con un reparto de excepción encabezado por Carrie Coon y Christine Baranski. Si quieres adentrarte en este periodo de lujos, mansiones y cotilleos, te dejamos aquí el análisis del primer capítulo.

Dos mudanzas que lo cambiarán todo

La Quinta Avenida de la Gran Manzana será testigo de dos llegadas que revolucionarán a sus vecinos. La joven Marian Brook (Louisa Jacobson, hija pequeña de Meryl Streep) se muda desde Pensilvania a Nueva York tras el fallecimiento de su padre. Allí será recibida por sus tías Ada Brook (Cynthia Nixon) y Agnes van Rhijn (Christine Baranski), quienes tuvieron sus diferencias con el difunto y planean introducir a su sobrina en la ciudad bajo sus reglas, unas reglas que Marian no parece muy dispuesta a acatar.

Justo en la acera de enfrente, la adinerada y poderosa familia Russell adquiere un enorme palacio como nueva residencia. George Russell (Morgan Spector), magnate del ferrocarril y su esposa Bertha (Carrie Coon) son inteligentes y ambiciosos y tienen intención de hacerse con la ciudad a todos sus niveles, algo que sus vecinos no parecen muy dispuestos a aceptar.

Marian se verá en medio de un conflicto social entre su conservadora tía Agnes y su autoritaria vecina Bertha al sentir simpatía por esta última y por sus hijos Larry (Harry Richardson) y Gladys (Taissa Farmiga, caracterizada como una tierna adolescente a sus 27 años de edad).

Un elenco y producción impecables

Carrie Coon y Morgan Spector
Carrie Coon y Morgan Spector
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Para contar esta historia de luchas de poder y misterios de la alta sociedad estadounidense del siglo XIX Julian Fellowes ha sabido elegir un reparto que ya desde su primer capítulo no deja a nadie indiferente: destaca Carrie Coon (The Sinner, The Leftovers) interpretando a Bertha Russel, una ansiosa e inestable mujer de origen humilde cuyo único objetivo es alcanzar todo el prestigio y reconocimiento social posibles.

Cynthia Nixon y Christine Baranski
Cynthia Nixon y Christine Baranski
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La veterana Christine Baranski (Chicago, Mamma Mía, The Good Wife) representará a la otra fuerza, la conservadora, hija de la vieja riqueza. Firme, implacable, poderosa, no admite que una “nueva rica” llegue y se haga con toda la influencia de la ciudad.

Denee Benton
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Destaca también Denée Benton (UnREAL, El amigo) como Peggy Scott, una aspirante a escritora que acompaña a Marian en su viaje y que busca un nuevo comienzo lejos de su padre, quien la dañó años atrás. La joven actriz representa la segregación racial y el racismo al que estaban sometidas las personas negras en aquella época al verse envuelta y bajo el mismo techo que las adineradas tías de su nueva amiga.

Completan el reparto nombres como Cynthia Nixon (Sexo en Nueva York), Morgan Spector (Homeland), Jeanne Tripplehorn (Mentes criminales), Simon Jones (Oz), Donna Murphy (Gossip Girl), Blake Ritson (Krypton) y un largo etc.

La ficción cuenta con un alto valor de producción: un cuidado diseño de vestuario, ostentosas mansiones y magníficas localizaciones diseñadas con precisión para sumergirnos de lleno en esta época dorada y en la riqueza que afloró durante aquellos años. Una acertada y bella BSO de Harry y Rupert Gregson-Williams, además, la subraya.

Una trama para fans de las series de época

Si bien la fama de Fellowes como creador y narrador de ficciones dramáticas de época como Belgravia, Un juego de caballeros o Downton Abbey precede al inglés, La edad dorada puede hacerse pesada o monótona para los que no aprecien del todo el género. El primer capítulo, de una hora y veinte minutos de duración, no presenta una gran acción ni intensidad dramáticas y contiene diálogos planos en algunos momentos.

No obstante, el reparto y la producción ya mencionados y la importancia de los temas que se tratan hacen que la producción pueda acabar convirtiéndose en imprescindible. Si desde un principio ya te gustan las emociones de palacio, los pasados oscuros, amores prohibidos y la lucha encarnizada por el prestigio en un mundo donde todo vale con tal de trepar en la escala social, esta es tu serie.

La segregación racial y división de clases

La edad dorada nos muestra a un adinerado Nueva York sumido en la apariencia de las cosas, la imagen correcta, el status. Sin embargo, la serie también nos muestra desde el primer momento los conflictos sociales en aquella época y en concreto la segregación racial: vagones de tren o restaurantes en los que los negros debían situarse completamente separados de los blancos y constantes muestras de desprecio a las que eran sometidos son solo algunas de las muestras de racismo que podemos observar en el primer capítulo, encarnadas en la figura de Peggy.

La edad dorada
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La aspirante a escritora hace buenas migas con Marian Brook en un dúo que promete regalarlos muy buenos momentos de amistad, rebeldía y, sobre todo, superación personal. Dos mujeres adelantadas a su tiempo que aspiran a trabajar, crecer y probarse a sí mismas, le pese a quien le pese.

Además, la cámara nos introduce en las dependencias del servicio de las mansiones y nos muestra a sus mayordomos, sirvientas y doncellas, dándonos su punto de vista sobre cada acontecimiento y mostrándonos esa desigualdad social que nunca dejó de existir. Ya se sabe: los ricos, cada vez más ricos y los pobres, cada vez más pobres.

Por último, este primer capítulo aborda también la homosexualidad, un estigma social en aquella época, cuyos protagonistas deben vivir en secreto y bajo falsas identidades, presuntamente mujeriegas.

Ha pasado casi una década desde que Fellowes anunciase que quería hacer una nueva serie, esta vez ambientada en Estados Unidos. Sin embargo, un aumento de presupuesto y la cancelación del proyecto por la NBC hicieron que el inglés se centrase de lleno en Downton Abbey durante unos años más, hasta dedicarle una película en 2019, que este mismo año estrenará su secuela: Downton Abbey: La nueva era.

Ahora, gracias a HBO, los nuevos capítulos de La edad dorada ven la luz. Habrá que esperar a ver si su acogida es tan dorada como la época a la que representan.

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