La serie que ha enganchado a Scorsese es una de las mejores comedias que puedes ver en Netflix

¿Qué tienen las chicas de 'Derry Girls' para que el director de 'Uno de los nuestros' les haya declarado su amor en público?
Las protagonistas de 'Derry Girls' (izq.) y Martin Scorsese.
Las protagonistas de 'Derry Girls' (izq.) y Martin Scorsese.
Cinemanía
Las protagonistas de 'Derry Girls' (izq.) y Martin Scorsese.

Creérselo resultaba difícil, pero era verdad de la buena: tras una cena de gala en el Economic Club de Chicago, y después de un coloquio con el peso pesado de la industria Jeffrey Katzenberg, a Martin Scorsese le preguntaron qué era lo último que había visto en TV. El director de Uno de los nuestros y Taxi Driver respondió escuetamente: "Anoche estuve viendo Derry Girls". Y hubo gran regocijo. 

A aquellos que no hayan visto la serie de Lisa McGee, distribuida internacionalmente por Netflix, puede sorprenderles la ovación que siguió a esas palabras. Y también puede chocarles que, al escucharla, 'Marty' levantara el puño y exclamase "¡Esas monjas!". Pero quienes ya están al tanto de las cosas que se cuecen entre esta pandilla de amigos del Ulster noventero, no les habrá chocado lo más mínimo 

En cuanto a las responsables de la serie, parecen haber recibido la mención mejor que sus dos nominaciones a los BAFTA. "Perdonadme si me caigo muerta y me muero un poco", tuiteó la showrunner y guionista McGee. Siobhàn McSweeney (quien, como intérprete de la hermana Michael, es la responsable del punto monjil que tanto ha gustado a Scorsese) iba por el mismo camino: "Buenos días. Estoy muerta". 

Pero, ¿qué es exactamente Derry Girls? ¿Por qué esta serie irlandesa se ha convertido en un éxito de culto? Y, también, ¿por qué no nos extraña un pelo que a Scorsese (sospechamos que aconsejado por su hija Francesca, que siempre está a la última) le guste tanto? 

Patatas, bombas y Take That

Vayamos por partes: Derry Girls es una sitcom adolescente (aunque sus intérpretes principales son, con plena intención, veinteañeras largas) ambientada en Irlanda del Norte a principios de los 90, durante los comienzos del proceso de paz. Además, esta serie cuya tercera y última temporada se ha emitido este mismo año es una de las mejores comedias televisivas que se pueden ver hoy en día. 

Más allá de su acento indescifrable (muchos espectadores angloparlantes necesitan subtítulos para entender los diálogos), su catolicismo obsesivo, sus patatas y otros tópicos de la verde Erín, el show rebosa con pullazos de humor político sobre una época (los casi 30 años de disturbios que sucedieron al 'domingo sangriento' de 1972) en la que tanto el Ejército Republicano Irlandés (IRA) como el gobierno británico batieron récords de crueldad y obcecación. 

Con este trasfondo, sorprende que Derry Girls sea garantía de carcajada constante, pero lo es. Básicamente, porque sus protagonistas Erin (Saoirse-Monica Jackson, álter ego confeso de la showrunner), Michelle (Jamie-Lee O'Donnell, la choni), Clare (Nicola Coughlan, la empollona) y Orla (Louisa Harland, el ente indescriptible e incognoscible) están acostumbradas a vivir en medio de ese horror, y bastante tienen con que este no les arruine la juventud. 

Eso mismo puede decirse de sus familiares, como el feroz abuelo Ian McElhinney (Barristan Selmy en Juego de tronos) o el tío Colum (Kevin McAleer), capaz de romperle los nervios al mismísimo san Patricio con su verborrea monocorde. A James (Dylan Llewellyn), el único miembro masculino de la pandilla, todo esto le pilla algo más de nuevas, pero es que el pobre es inglés (aunque no tiene la culpa). 

De esta manera, en Derry Girls resulta tan posible que se te cuele un terrorista en el maletero del coche como escaparte de casa para ir a ver el concierto de los Take That en Belfast. La presencia de la religión es igual de irreverente, y no solo porque, como católicos, los personajes pertenezcan a un colectivo discriminado: también por capítulos como ese (T1E3) en el que la combinación de una meada de perro y una estatua de la Virgen crea un imprevisto milagro.

Violencia, familias disfuncionales y una religiosidad interpretada de aquella manera son temas que Martin Scorsese controla de sobra, así que no nos extraña un pelo que Derry Girls le haya gustado. Pero al cineasta también le habrán podido enganchar sus números musicales (de Madonna a las Spice Girls, aquí hay para todo el mundo) o el impecable uso del tempo cómico en los gags. Los cameos de Liam Neeson en la última temporada también habrán tenido algo que ver, suponemos. 

Hazle caso a un experto

Por mucho que sus opiniones sobre Marvel y el cine de franquicias le hayan convertido en la bestia negra de según quiénes, nadie puede discutir que Scorsese sabe de cine más que casi nadie en este mundo. Asimismo, aunque no haya cultivado la comedia como director, sus mil y una listas de filmes y series favoritos delatan que sabe lo suyo sobre el género, y que su criterio es exquisito. 

Dado ese criterio, nosotros aconsejamos corras a ver Derry Girls: la serie resulta descacharrante de principio a fin, se ve en un pispás (19 episodios en total, la mayoría de ellos de media hora) y, además, resulta autoconclusiva, puesto que Lisa McGee no tiene intención de prolongarla. Seguro que, cuando termines, estás preparado para entonar un "sláinte, motherfuckers!" bien alto a coro con Michelle... y, posiblemente, también con 'Marty'. 

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