Qué esconden esos horribles cortos de Maggie: 'Los Simpson' como socio capitalista de Disney

Coincidiendo con el Día de Star Wars el bebé amarillo se ha dado un garbeo por la galaxia.
BB-8 con Maggie Simpson
BB-8 con Maggie Simpson
Disney
BB-8 con Maggie Simpson

“Centenario Autocomplaciente de Disney”. Podemos leer esta letra pequeña bajo el rótulo que adscribe Maggie Simpson en 'Casi Rogue One' al 100 aniversario de The Walt Disney Company: la efeméride que marca el presente año de la Casa del Ratón. La major líder de Hollywood ha organizado varios festejos para estos meses, cuya culminación supimos recientemente que iba a concretarse en torno a Wish: una nueva producción animada que quiere nutrirse del legado de varios clásicos (todos en función a cierta estrella de los deseos) de la obra del estudio.

Wish se estrena este 22 de noviembre; tuvimos su tráiler hace poco. Casi Rogue One, por su parte, celebra igualmente la preeminencia cultural de Disney, solo que a través de una faceta distinta a la de productora de grandes entretenimientos animados. En este caso, la de gigante corporativo que posee las IPs más cotizadas de Hollywood, combinando en cuatro raudos minutos sus buques insignia: Los Simpson y Star Wars. Disney posee Lucasfilm desde 2012. La popular serie animada forma parte de su feudo más recientemente, desde que en 2019 la empresa culminara la adquisición de 21st Century Fox.

Casi Rogue One no es, por otra parte, el primer corto de Los Simpson de estas características. El 4 de mayo de 2021, otro Día de Star Wars como aquel en el que acaba de ver la luz Casi Rogue One (por lo de May the Fourth Be With You), Disney+ estrenó otra aventura protagonizada por Maggie: El despertar de la Siesta. Su planteamiento era similar, y lo dirigía igualmente David Silverman. Nombre clave a la hora de rastrear cómo Los Simpson, desde su desembarco en Disney+, ha contribuido a lucir el vasto escaparate que integran las marcas de la compañía.

Los Simpson viajan a Disney+

El último corto de Maggie Simpson tiene un planteamiento sencillo. Homer descuida sus deberes de padre en un escenario reminiscente a Tatooine, ausentándose en una cantina de forma que su hija pequeña puede ocupar el carrito volador donde Mando (Pedro Pascal) suele llevar a Grogu en The Mandalorian. Maggie toma el papel de Baby Yoda, y vuela a través del espacio perseguida por cazas TIE y otros  guiños variopintos a Star Wars antes de volver a reunirse con su padre.

Casi Rogue One es mudo, como muda es Maggie. Esto impele a que el corto tenga un humor puramente visual, que espolee la esperable tormenta de referencias a la saga de George Lucas sin más guía que la acumulación de imágenes silentes. Ocurría más o menos lo mismo en El despertar de la Siesta, sin ceñirse a The Mandalorian como referencia estrella, y garantizaba un talante infantil e inofensivo: si los personajes no hablan, difícilmente van a mostrar algún tipo de incomodidad por su carácter de criaturas publicitarias.

Con Casi Rogue One es inevitable recordar, por tanto, lo que ocurrió el pasado noviembre en Disney+. Fue entonces cuando se anunció a bombo y platillo una colaboración entre Studio Ghibli y Lucasfilm, y el resultado fue un anecdótico corto, no exento de cierto encanto, llamado Grogu y los hollines. La maquinaria referencial funcionaba del mismo modo: nada de diálogos, una gramática visual accesible, y una recopilación de guiños que masajearan la memoria sentimental del espectador.

En este caso Grogu confraternizaba con los llamados yokais, creados por Hayao Miyazaki y aparecidos tanto en Mi vecino Totoro como en El viaje de Chihiro. Es inevitable pues ubicar Casi Rogue One en las coordenadas de una campaña que va mucho más allá de la serie insignia de Matt Groening (esa que ahora mismo atraviesa su temporada número 34), pero Los Simpson ha reaccionado a su dominio de Disney de una forma particular, que hay que analizar en su propio contexto.

Así que volvamos a David Silverman. El director de Los Simpson: La película tiene en su currículum unos cuantos cortos como este, protagonizados por Maggie o no. Sin alejarnos de la hija pequeña de Homer y Marge podemos remontarnos a El día más largo de Maggie: un cortometraje que fue producido mucho antes de la absorción de Fox por parte de Disney, allá por 2012. Acompañó el estreno de Ice Age 4 y tuvo críticas mucho mejores que este film, hasta el punto de ser nominado al Oscar a Mejor corto de animación.

Fotograma de 'El día más largo de Maggie'
Fotograma de 'El día más largo de Maggie'
Disney

El día más largo de Maggie introducía las líneas maestras donde transcurre tanto El despertar de la Siesta como Casi Rogue One. Humor mudo slapstick, ajustado a Maggie y ubicado en un alejamiento momentáneo de sus padres, que le lleva a la guardería Ayn Rand introducida en el episodio Un tranvía llamado Marge allá por 1992 (sí, Maggie lleva yendo a la misma guardería más de 30 años). También van a ser recurrentes sus enfrentamientos con Gerald, el bebé de una sola ceja que en Casi Rogue One aparece caracterizado como Darth Maul.

La diferencia básica entre El día más largo de Maggie y el binomio El despertar de la Siesta/Casi Rogue One es que, bueno, no era terrible. Tenía su gracia, estaba bien animado y era muy agradable de ver: se podía decir más o menos lo mismo de Maggie Simpson: Jugando con el destino. Este corto, dirigido nuevamente por Silverman, se proyectó junto a Onward en 2020 cuando Los Simpson ya eran propiedad de Disney, y de hecho se estaba gestando su esperada incorporación al catálogo de Disney+.

'Maggie Simpson: Jugando con el destino'
'Maggie Simpson: Jugando con el destino'
Disney

Esto sucedió a finales de 2020, en plena crisis del coronavirus. Fue un momento decisivo para la serie de Groening, entonces inmersa en su temporada 32. A partir de entonces no solo quedaría disponible en toda su amplitud para los suscriptores de Disney+: también quedaba a disposición de cualquier campaña promocional que se le pudiera ocurrir a la Casa del Ratón. No tardamos en ver los resultados.

A lo largo de 2021 vieron la luz varios cortos: todos dirigidos por Silverman, y todos pertenecientes a algún fructífero acuerdo entre marcas y personalidades. Los Simpson: Balenciaga. Los Simpson y Bad Bunny, oficiando de videoclip para su tema Te deseo lo mejor. Habría que destacar especialmente Los Simpson: La buena, el malo y el Loki y Los Simpson en Plusniversario, por ser los que mejor reflejan su instrumentalización a manos de Disney+.

El primero situaba a Loki en Springfield coincidiendo con la emisión de su serie, y nos entregaba una pesadillesca estampa de sus ciudadanos tomando el rol de Vengadores cualesquiera (sin una mínima lógica: Herman era el Capitán América, Agnes Skinner era Viuda Negra y Helen Lovejoy era Capitana Marvel). El segundo, si bien menos vomitivo, también se las traía: Plusniversario estaba llamado a celebrar, pues eso, el primer año de Los Simpson en el catálogo de Disney+.

Así que Homer contraía amistad con Goofy, y la taberna de Moe se llenaba de multitud de personajes de Disney. Lisa incluso se lanzaba a cantar al estilo de los musicales del Ratón, intuyéndose en su tonadilla una ironía fatalista. Porque es lo que sucede en los cortos de Los Simpson que no protagoniza Maggie: los personajes hablan, y manifiestan su aparente angustia por ser manipulados de este modo.

En esta línea hay que remitirse a cuando un año después, en 2022 (año donde se lanzaron cortos estilo Cuando Billie Eilish conoció a Lisa y Los Simpson conocen a Los Bocelli en Feliz Navidad, que son exactamente lo que suenan), reapareció Loki. Y el hermano de Thor decía abiertamente “el merchandising: qué forma de rebajarme”. Ocurría en el corto Los Simpson: Bienvenida al club, donde Lisa conocía a varias villanas del canon Disney como reverso tenebroso de aquella escena de Ralph rompe Internet que daba cita a varias princesas.

Este corto no estaba mal.

Fotograma de 'Bienvenida al club'
Fotograma de 'Bienvenida al club'
Disney

Pero tampoco hay que ponerse dramáticos

Estudiado someramente el percal es demasiado tentador que la conclusión sea: esta vil manipulación de los dibujos amarillos encaja con el estado de la serie. O, aún más jugoso: lo ocurrido con Los Simpson refleja la deshumanización de la que es presa el Hollywood actual, con una identidad creativa absolutamente suprimida por las juntas de accionistas y la regurgitación de IPs. Pero, mira tú por dónde, resulta que no. Que esto ni sirve para hacerse una idea de lo que ocurre actualmente con Los Simpson, ni es exactamente nuevo.

Las últimas temporadas de Los Simpson están siendo bastante aplaudidas. Rematando lo absurdo que es insistir en un declive de la serie a estas alturas (si el declive lleva presente la mayor parte del tiempo de existencia de algo ya no tiene sentido hablar de declive), las temporadas 33 y 34 han tenido buenas críticas, e incluso se las han apañado para asaltar la conversación pública ocasionalmente. La emisión de Lisa la boy scout a finales del año pasado, por ejemplo, sorprendió lo suyo.

Fotograma de 'Lisa la boy scout'
Fotograma de 'Lisa la boy scout'
Disney

“Estos cortos tan inanes tienen poco o nada que ver con el estado actual de la serie, cada vez más aplaudida por un acercamiento más fresco a sus personajes”. Habla Juan Damián Pardo, colaborador de CINEMANÍA que  este año publicará con Applehead Team el ensayo Los Simpson nunca acabarán, estudiando su historia. Pardo no cree que debamos recurrir a los cortos de Silverman para hacernos una idea de lo que está ocurriendo en la serie. Ni tampoco considerar que estos son indicativos de un cambio en la política creativa de Los Simpson.

Los Simpson están encantados de participar en esta rueda turbocapitalista. En primer lugar porque les da una plataforma sencilla para volver a ser relevantes, y en segundo porque lo llevan haciendo desde sus inicios”. En efecto. Antes siquiera de que la serie estrenara su primera temporada, cuando solo nombraban a unos cortos muy populares alojados en El show de Tracey Ullman a mediados de los 80, estos personajes no vieron inconveniente en anunciar otros productos. Y que el anuncio de estos productos fueran parte troncal de su identidad.

El mismo Silverman estuvo involucrado, en 1988, en una campaña publicitaria de las chocolatinas Butterfinger de Nestlé que alumbró un anuncio muy especial: un anuncio sin el que Springfield nunca habría sido lo que es. “Milhouse existe solamente porque Bart no tenía ningún amigo en los cortos con el que hablar de las bondades de esta barrita de chocolate”, apunta Pardo, recordando a continuación cuando en 1992 se produjo un corto en que la familia era visitada por Oprah Winfrey, y más tarde en 1995 Homer y Bart visitaban los estudios de Fox para dar inicio a la temporada de la liga de fútbol americano.

Los Simpson siempre han tenido pocos escrúpulos a la hora de usar su marca”.  Y han ironizado sobre ello, sobre la autoconsciencia de ser las mascotas de multinacionales: algo que durante la etapa de Fox mostraron una y otra vez haciendo chistes a costa de la cadena. Los cortos de Disney+ vendrían a heredar esta actitud, aunque Pardo sí llegue a percibirlos “más suaves y domesticados que lo que hacían en Fox”.

Quizá también más grotescos, aunque puede que esto solo se deba al efecto de mirar demasiadas veces el póster de La buena, el malo y el Loki. En serio, volved a echarle un ojo. ¿Qué sentido tiene que Ned Flanders sea Ant-Man? ¿O que Lisa sea Thor? ¿Y qué demonios significa “Casi Rogue One”, ya que estamos? 

Póster de 'La buena, el malo y Loki'
Póster de 'La buena, el malo y Loki'
Disney

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