'El asesino de la baraja', el macabro documental de Netflix: ¿cuántas víctimas dejó Alfredo Galán?

La nueva docuserie de la plataforma relata a través de tres capítulos el horror y la incertidumbre que se vivió en los primeros meses de 2003 por los crímenes que cometió el exmilitar.

Tras encontrar un naipe al lado de su segunda víctima, varios medios le atribuyeron ese nombre, detalle que convenció a Galán para firmar y atribuirse sus crímenes. Tras seis asesinatos y tres intentos de homicidio, se entregó en una comisaría de Puertollano en 2003. Fue condenado 140 años y tres meses de prisión
Alfredo Galán, arrestado en 2003
EFE / Manuel Ruiz Toribio
Tras encontrar un naipe al lado de su segunda víctima, varios medios le atribuyeron ese nombre, detalle que convenció a Galán para firmar y atribuirse sus crímenes. Tras seis asesinatos y tres intentos de homicidio, se entregó en una comisaría de Puertollano en 2003. Fue condenado 140 años y tres meses de prisión

El pasado 9 de junio llegó a Netflix una de sus apuestas de true crime para este año. Baraja: la firma de un asesino se centra en los macabros asesinatos que llevó a cabo Alfredo Galán entre enero y julio de 2003 en Madrid. Conocido como 'el asesino de la baraja', ya que dejaba una carta de naipes en cada una de sus víctimas, es uno de los asesinos más oscuros de la historia reciente de España.

Nacido en Puertollano en 1977, con 21 años ingresó en el ejército de infantería mecánica, y llegó a ser primer cabo. Estuvo destinado en Bosnia y en el desastre medioambiental del Prestige, pero tuvo problemas con sus superiores y en marzo de 2003 se dio de baja, cuando ya había cometido cuatro asesinatos.

‘El asesino de la baraja’ de Netflix
‘El asesino de la baraja’ de Netflix
Cinemanía

Coincidiendo con el vigésimo aniversario de los crímenes cometidos, la plataforma ha estrenado el documental de tres episodios que relata los hechos desde varios puntos de vista, como las autoridades o los medios de comunicación. El documental trae de vuelta uno de los principales casos de la crónica negra en España, en el que el asesino en serie atemorizó a todo Madrid.

¿Las víctimas fueron aleatorias?

El primer asesinato de los seis que perpetraría en esos siete meses, se produjo el 24 de enero de 2003. Galán entró en un portal aleatorio, que resultó ser el número 89 de la calle Alonso Cano, en Chamberí, y obligó al portero del edificio, Juan Francisco Ledesma, ponerse de rodillas. El bedel, que estaba dando de comer a su hijo de dos años, obedeció y el de Puertollano le disparó en la cabeza. Después de cometer el crimen, como confesó luego a la policía, se volvió a casa para comer y echarse la siesta.

El día más negro

El miércoles 5 de febrero de 2003, Galán asesinó a otras tres personas y recibió el funesto apodo. Por la mañana se fue cerca del aeropuerto de Barajas (a pesar de que trabajaba ahí, no es la razón del sobrenombre) y, tras aparcar el coche y dejar los intermitentes puestos, se acercó a una parada de autobús. Ahí estaba Juan Carlos Estacio, limpiador del aeropuerto de 28 años, al que, de nuevo, obligó a ponerse de rodillas y al que disparó en la nuca a quemarropa.

Cuando las autoridades encontraron el cuerpo, descubrieron un 'as de copas' junto a Estacio, y los medios de comunicación comenzaron a difundir que formaba parte del modus operandi de Galán, aunque nada más lejos de la realidad: la carta estaba ahí por casualidad. Pero al asesino le gustó tanto esa teatralidad que, a partir de entonces, dejaría un naipe al lado de cada una de sus víctimas.

Imagen de Alfredo Galán que ofrece una pantalla instalada en la sala de prensa de la Audiencia Provincial de Madrid
Alfredo Galán en la sala de prensa de la Audiencia Provincial de Madrid
EFE

Tras seguir la misma rutina que el 24 de enero (irse a casa, comer y dormir la siesta), por la tarde se acercó a Alcalá de Henares. Entró en el Bar Rojas, en el número 2 de la calle Río Alberche, y, sin decir una sola palabra, disparó contra Juana Dolores Uclés, una vecina que estaba hablando por teléfono, y a Mikel Jiménez, hijo de la dueña, a la que también disparó en tres ocasiones, pero que sobrevivió. Fue el primer intento fallido de Galán.

Un mes después

Alfredo Galán no volvería a intentar cometer un asesinato hasta el 7 de marzo. En la Avenida de Viñuelas en Tres Cantos (municipio donde había residido por un tiempo), se acercó a Eduardo Salas, un joven de 28 años al que disparó en la cara (la bala le entró por la mejilla y le salió por el cuello), aunque no acabó con su vida. Tampoco consiguió matar a Anahid, su novia, que estaba con él y que se cubrió la cabeza con los brazos para protegerse. A Galán se le encasquilló la pistola Tokarev y no disparó a la joven, que salió ilesa. Ya eran tres los supervivientes del 'asesino de la baraja'.

Último asesinato de Alfredo Galán

Once días después, el 18 de marzo, Galán fue con el coche hasta Arganda del Rey, donde vio caminar a una persona, pero tras bajarse para encontrarla, algo en lo que no tuvo éxito, volvió a dirigirse al vehículo. En el camino se encontró con George y Diona Magda, un matrimonio que se convertiría en las dos últimas víctimas del asesino en serie. Disparó a ambos en la cabeza, pero mientras él falleció en el acto, su esposa estuvo dos días en el hospital, hasta que finalmente murió.

Alfredo Galán no volvería a cometer jamás un crimen. El 3 de julio se entregó a la Policía de Puertollano, su pueblo natal, aunque una vez detenido cambió su versión y dijo que unos neonazis lo habían obligado autoinculparse, aunque nadie creyó este relato. 'El asesino de la baraja' fue condenado a 142 años de cárcel, aunque debido a la ley, saldrá de prisión en 2028, ya que no podrá estar más de 25 años entre rejas. 

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