'Apagón': Isaki Lacuesta nos enseña cómo sería un futuro sin electricidad en España

Visitamos en exclusiva el rodaje del capítulo dirigido por Isaki Lacuesta ('Entre dos aguas') de la serie colectiva de Movistar+ que imagina cómo afrontar la oscuridad energética
Isaki Lacuesta, libreta en mano, dirige un capítulo de la serie 'Apagón'.
Isaki Lacuesta, libreta en mano, dirige un capítulo de la serie 'Apagón'.
Emilio Pereda
Isaki Lacuesta, libreta en mano, dirige un capítulo de la serie 'Apagón'.

Una vez cada 100 años, al Sol le da por calentar más de la cuenta. Se produce una tormenta solar y el planeta se confunde al más puro estilo Dinio: la noche se mezcla con el día y la energía solar arrasa con las redes eléctricas y de comunicaciones. Como quiera que la última gran tormenta solar, la conocida como Evento Carrington, se produjo en 1859, las agencias de seguros dicen –perdón por las malas noticias– que la próxima tiene que estar al caer. ¿Cómo sobrevivirá el ser humano a semejante reto? 

Este hecho, y la inspiración del podcast El gran apagón, es el punto de partida de Apagón, la nueva serie de Movistar+. Fran Araújo, productor ejecutivo y coordinador creativo, decidió reunir a un All Star del cine español para encontrar respuestas. Cinco episodios interrelacionados pero independientes. El plantel quita el hipo, pues entre todos tienen más Goyas que El Prado: Rodrigo Sorogoyen/Isabel Peña, Raúl Arévalo/Alberto Marini, Isa Campo, Alberto Rodríguez/Rafa Cobos e Isaki Lacuesta/Isa Campo y el propio Fran Araújo.

Nos colamos en el rodaje del de Isaki Lacuesta (Girona, 1975), dos veces Concha de Oro en San Sebastián y que acaba de presentar en la Berlinale su filme Un año, una noche sobre el atentado en la sala Bataclan de París, con gran aplauso de la crítica. Su capítulo es el último. En él, una joven (María Vázquez) vuelve a casa de sus padres en busca de protección ante el caos. Allí conocerá a los jornaleros que cultivan los terrenos de la familia. Juntos deberán inventar una nueva sociedad y un nuevo modo de vida. 

Deberán aprender a cuidar la tierra y los sentimientos. Unos se ocuparán del huerto y otras, como Vázquez, de los animales: “Yo es que soy de un pueblo de Galicia. Cuando me leí el guion le dije a mi primo que me enseñara cómo se ordeñaba una vaca”. La estrella bovina ya ha rodado su parte, pero las hortalizas y las gallinas lucen lustrosas, sobre un terreno que Lacuesta ha decidido ensuciar con plásticos y residuos varios, mezclando vegetales con toda una cacharrería que, sin corriente eléctrica, sirve de poco más que adorno. 

La finca, en el límite entre Madrid y Toledo, está rodeada de montañas, olivares y viñedos que rodean unas edificaciones que, claramente, han conocido tiempos mejores. La participación de Lacuesta en el proyecto no deja de ser sorprendente. ¿Un icono del cine autoral metido a hacer un proyecto de televisión colaborativa? “Yo siempre he querido hacer de todo. Lo que me parece más bonito del cine es que es infinito”, nos dice, antes de confesarnos que su amor es tan grande por la vanguardia de Maya Deren o Joaquim Jordà como por el cine popular de Alfred Hitchcock o Steven Spielberg.

Una serie para replantearse cosas

Con el punto de partida del apagón, los cinco capítulos abordan cinco temáticas diferentes. Los directores cuentan con tres semanas de producción para cada entrega de 50 minutos. En un mundo sin electricidad, la luz debe ser natural, obviamente. Además, fotografía y montaje deben coordinarse para que, a un mismo tiempo, cada uno de los episodios mantenga una unidad estilística y la personalidad propia de sus directores. 

En el caso de Lacuesta, María Vázquez comparte pantalla con actores con escasa o nula experiencia interpretativa, en ese deseo que la guionista Isa Campo define como “dar visibilidad a los invisibles”. La actriz de Mataharis está encantada: “Me ha gustado mucho. Es difícil, porque a veces tienes que estar muy alerta para reencauzar escenas, pero ha sido toda una cura de humildad”. De alguna manera, el borrado de poder y jerarquías que plantea el guion se traslada al rodaje, donde es evidente el compadreo.

Sostiene Fran Araújo que Apagón es una serie pertinente justo en el momento en el que todos hemos tenido que replantearnos la vida por la pandemia. “Nuestra premisa fundamental era plantearnos la distopía de manera realista. No es ciencia ficción. Todo debe ser posible. Queríamos imaginar cómo respondería el ser humano a un desafío tan grande”. Eso, según él, lo diferencia de otros éxitos distópicos como la belga El colapso (2019) y sus virgueros planos secuencia. Su estreno está previsto, si el Sol nos lo permite, en Movistar+ durante este 2022.

La habitación de los guionistas

Para fomentar la unión temática, los diferentes guionistas trabajaron juntos en el proyecto desde el principio. Los conflictos y argumentos se discutieron en la misma mesa de guion. La relación ha seguido durante la filmación y el envío de material filmado es constante entre los móviles de los diferentes directores. Isa Campo es la única que repite como guionista, firmando el tercer episodio –que ella misma dirige– y el capítulo final rodado por Isaki Lacuesta.

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