[ESTE ARTÍCULO CONTIENE SPOILERS DE PARED CON PARED]
Desde sus comienzos en la industria tras su éxito en OT 2017, Aitana ha dejado claro que, aunque su principal vocación es la música, no se ha mantenido al margen de todo lo demás. Y es que la cantante ha diversificado desde bien pronto sus planes de negocio, colaboraciones y las disciplinas artísticas que quiere explorar.
Así, en 2022 se estrenó como actriz a través de la serie La última, la cual coprotagonizó con su entonces pareja y actor Miguel Bernardeau para Disney+. Y ahora pasa al formato de largometraje con Pared con pared, película que llega al catálogo de Netflix este 12 de abril, casi dos años después de su rodaje.
Aunque no lo necesitara en lo que respecta a su carrera y posición en la industria musical, Aitana decidió seguir desarrollando su faceta como intérprete al protagonizar la adaptación española de la comedia romántica francesa Un peu, beaucoup, aveuglément, bajo las órdenes de Patricia Font.
Independientemente del resultado, con Aitana es difícil que algo sea un fracaso a nivel de impacto y espectadores. En el caso de Pared con pared, la película es lo que prometía en las promos: una comedia romántica sencilla y sin grandes pretensiones impulsada por rostros reconocidos como el de la artista, Miguel Ángel Muñoz, Paco Tous y Adam Jezierski, entre otros.
Y, no nos vamos a engañar, la gran similitud entre el filme y la vida de Ana Guerra también ha generado un interés alrededor de la producción que, haya sido pura coincidencia o no, ha mantenido activa la conversación sobre el estreno de Pared con pared en redes sociales.
De qué va 'Pared con pared'
La nueva película de Netflix cuenta la historia de Valentina (Aitana Ocaña), una joven pianista que se muda a un piso sola tras terminar su relación con Óscar (Miguel Ángel Muñoz). Allí, pretende practicar lo suficiente con el piano como para superar la prueba de una importante audición, pero sus planes se truncan cuando descubre que la pared que la separa de su vecino no aísla lo suficiente, y se escucha absolutamente todo entre una casa y otra.
Así, se desata una guerra entre ambos, pues Valentina necesita ensayar con el piano, pero David (Fernando Guallar) tiene que concentrarse para trabajar en la invención de juguetes y, además, lleva tres años alejado de la humanidad. Y, este conflicto y la posibilidad de comunicarse con tanta facilidad incluso con un tabique de por medio, los acaba uniendo más que separando.
Cómo termina 'Pared con pared'
Después de varios malentendidos al otro lado de la pared, primero con la visita del exnovio de Valentina a su casa y después con que Carmen, la prima de la joven, mantuviera relaciones sexuales con su ligue en dicho piso, David decide cortar la relación incipiente que estaba creando con la pianista.
Este enfado del inventor provoca que Valentina estalle y decida que nadie le diga cómo vivir su vida. Por ello, visita a su prima para consolarse y duerme en su casa antes del día de la audición. Por su parte, David decide al fin desenterrar recuerdos antiguos con su expareja, quien falleció hacía tres años.
Al día siguiente y contra todo pronóstico, David decide salir de casa para encontrarse con Nacho, y descubre que su amigo va a cerrar su negocio de juguetes. Sin embargo, una conversación de apoyo mutuo consigue armar de valor al inventor y acuden juntos a la actuación de Valentina.
La pianista, ante la mirada de su familia, su jefe y su exnovio, director de orquesta, además de la del jurado, interpreta lo mejor que puede una pieza de Beethoven, pero inesperadamente David aparece entre bambalinas y le incita a que se enfade, para que toque con más sentimiento. Sin embargo, esto no funciona, y cuando el jurado le indica a la joven que ya ha terminado su turno, Valentina decide desafiarles interpretando a voz y piano la canción que ha compuesto ella misma.
Una guarda de seguridad echa al vecino mientras la joven se luce con su canción, y tras la audición, una de las juezas se acerca a ella para decirle que tiene mucho talento pese a no haber aprobado, y le da el contacto de un productor musical para que logre su verdadero sueño: componer sus propias canciones.
Asimismo, Valentina hace frente a Óscar, quien quiere que siga adelante como pianista, pero ella le deja claro que va a seguir su propio sueño, no el de nadie más. Así, la joven se dirige a casa, muy feliz, para hablar con David al otro lado de la pared. Mientras que Nacho y Carmen se conocen al fin sin pared de por medio, y van juntos a tomar un helado.
Por su parte, el vecino se disculpa con la joven cuando esta llega a su piso, y le dice que le gustaría acompañarla en la vida, no meterse en ella para controlarla. Finalmente, rompen el tabique que los separaba hasta ahora, forjando su relación con un romántico beso que pone fin a la historia.
Un cierre al puro estilo Aitana
Aitana, pero sobre todo el equipo que la rodea, tienen muy claro el target al que va dirigido casi la totalidad de proyectos donde está detrás la imagen de la artista como marca: un público joven que tienen como referente e ídolo aquello que representa la catalana.
Y, teniendo en cuenta este concepto, se entiende mejor el final de Pared con Pared. Si bien la película es una adaptación de la versión francesa, lo cierto es que Aitana le da su toque personal ya solo con el hecho de ser ella la protagonista de la historia, haciendo así de la ficción, como en el caso de La última, una especie de símil con su propia vida.
Como sucede con muchos de los trabajos de la artista, en este proyecto se deja a un lado el debate alrededor de aspectos como la calidad, la credibilidad y la originalidad del producto en sí, y en este caso también las dotes de Aitana como actriz, porque lo que llega a su público es el mensaje que ya envía por sí solo lo que ella representa: una mujer joven que lucha por sus sueños.
Así, Pared con pared es una película desenfadada enfocada principalmente a una audiencia joven, que narra una historia de una chica de apariencia inocente que consigue imponerse a todos aquellos que quieren controlarla para perseguir el que es su sueño de verdad. Incluso poner por delante los deseos de una misma frente al amor.
Y es que el papel interpretado por Aitana va desarrollándose hasta que se desprende de lo que para ella había sido una obligación impuesta (ser una maravillosa pianista) por una supuesta deuda con su ex, quien le dio muchas oportunidades en la música.
Un mensaje muy del 'universo Disney' actual que reafirma la figura de Aitana como personaje público. Y que se completa con un amor mucho más sano, aquel de un hombre que no ha hecho falta que vea a la chica para enamorarse de ella, y que quiere acompañarla en todos sus objetivos vitales. Una enseñanza sencilla y repetida, pero que cala con Aitana como protagonista.
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