Tu caída me suena: la historia tras ese momento de Zendaya en ‘Spider-Man: No Way Home’

El tráiler del film de Marvel muestra un momento dramático que le sonará bastante a los fans.
Tom Holland en 'Spider-Man: No Way Home'
Tom Holland en 'Spider-Man: No Way Home'
Tom Holland en 'Spider-Man: No Way Home'
El nuevo tráiler de Spider-Man: No Way Home ha confirmado algo que suponíamos y dejado en el aire algo que deseábamos. Lo primero de todo, es oficial: el conjuro de Doctor Strange no salió como esperaba y ello ha provocado una grieta en el espacio tiempo que ha provocado que los villanos de otros universos entren en el de nuestro querido amigo y vecino, Tom Holland.
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Tom Holland lo definió como “final de la trilogía”, pero Spider-Man: No Way Home apunta a ser algo más ambicioso. Gracias al tráiler anterior conocíamos, en líneas generales, la trama: lo visto al final de Lejos de casa había arrojado a Peter Parker a una penosa tesitura, con todo el mundo conociendo su identidad secreta, y haciéndole pedir ayuda al Doctor Strange. Un error en el conjuro que haría que la gente olvidara este secreto provoca un estropicio multivérsico que, entre otras consecuencias por aclarar, precipita que al MCU lleguen villanos procedentes de otras dimensiones, o mejor dicho de anteriores iteraciones del trepamuros. En el primer avance vimos al Doctor Octopus de Alfred Molina, e intuimos el regreso de un Duende Verde que podría estar encarnado por Willem Dafoe o no.

No Way Home acaba de estrenar nuevo tráiler e Internet está revolucionado. A Octopus y el Duende Verde se les han unido el Lagarto, el Hombre de Arena y el Electro de Jamie Foxx cuya aparición habíamos confirmado hace meses; sin que no obstante se dejen caer los Spider-Man de Tobey Maguire y Tobey Maguire, ni Kirsten Dunst o Emma Stone, y mucho menos el Daredevil de Charlie Cox. En el reciente avance hay un punto donde Strange dice “están llegando” que hace pensar en una reunión arácnida (por mucho que Garfield haya negado una y otra vez su fichaje, lo cierto es que son muchos villanos para un solo Spider-Man), pero ha habido un detalle que logra eclipsar todo lo demás.

Hablamos, claro, de esa escena entre Holland y la MJ interpretada por Zendaya que precede la aparición del logo de No Way Home. MJ cae al vacío, Spider-Man se propulsa hacia ella, pero justo cuando está a punto de agarrar sus manos la imagen se corta, y nos deja con la inquietud de si ha conseguido salvar a su amada. Si la escena está dando tanto que hablar se debe a lo que apuntábamos arriba de No Way Home como algo más que el final de una trilogía; más bien deberíamos hablar de una fiesta del Spider-Man cinematográfico, y desde luego del homenaje al legado de unos cómics que ya pusieron, históricamente, al interés amoroso del mítico personaje en apuros similares.

Zendaya y Tom Holland en 'No Way Home'
Zendaya y Tom Holland en 'No Way Home'
Sony

Spider-chicas en caída libre

A lo largo de su trayectoria en las viñetas, Spider-Man ha tenido dos novias principales, que se disputan constantemente su condición de gran amor de Peter Parker. Uno es Mary Jane Watson, interpretada por Kirsten Dunst y (más o menos) Zendaya en el cine, y otro es Gwen Stacy, a quien hemos visto con los rasgos de Bryce Dallas Howard y Emma Stone. La rivalidad, sin embargo, no es tan consustancial al personaje como parece, pues lo cierto es que desde un principio Stacy (originalmente compañera de Peter en el laboratorio del Dr. Curt Connors) parecía poseer sin competencia alguna el corazón del superhéroe, al menos en la colección iniciática de Amazing Spider-Man.

Hasta que el Duende Verde se metió por medio. A la altura del número 121 publicado en 1973 y desarrollado por Gerry Conway y Gil Kane, Norman Osborn descubre que Peter Parker es Spider-Man, y decide secuestrar a Gwen Stacy para atormentarle. Spider-Man acude al puente George Washington, donde el Duende Verde tiene de rehén a su amada, y llegado el momento la deja caer. Spidey se lanza a por ella, pero el título del cómic (La noche que murió Gwen Stacy, porque los spoilers son para melindrosos) es lapidario: consigue lanzar una telaraña que se enrosque en torno al cuerpo de Gwen, pero al interrumpir la velocidad de caída de un modo tan brusco provoca una fractura en su cuello.

Detalle de las viñetas
Detalle de las viñetas

Cuando Spider-Man la sostiene descubre lo peor: ha matado accidentalmente a Gwen. Más allá del sentimiento de culpa que el hombre araña arrastraría desde entonces, las particularidades de este óbito serían objeto de numerosas discusiones en el fandom, en torno a por qué Gwen había llegado ya muerta a los brazos de su protector. La discusión llegó al punto de fundamentar todo un libro sobre el tema, The Physics of Superheroes, donde James Kakalios analizaba pormenorizadamente el asunto en 2005, pero nada de esto pudo cambiar los designios de los guionistas: Gwen Stacy estaba muerta, y ahora Peter podía iniciar un acercamiento romántico hacia Mary Jane.

La noche que murió Gwen Stacy es una de las aventuras más icónicas de la historia de Spider-Man, considerada por los especialistas como el número clave que condujo al final de la Edad de Plata de los superhéroes. Esta etapa (que podemos fijar desde 1956 a principios de los 70) se caracterizó por la fuerte irrupción de la ciencia ficción y un tratamiento más costumbrista de las vivencias de los personajes, y según se acercaba al ocaso impactó a los lectores con superhéroes que de pronto podían fallar espectacularmente en sus cometidos. Nada tan espectacular, y tan explícito, como la traumática muerte de Gwen, que se convirtió en algo clave para la genealogía del trepamuros.

Hasta el punto de dar lugar tanto a visiones alternativas de lo ocurrido (la finada, ya sabéis, acabó convirtiéndose en Spider-Gwen) como a revisiones mitómanas dentro de los propios cómics. Hay que destacar que años después, dentro del número 12 de Marvel Knights: Spider-Man, nuestro amigo y vecino se encontró en una tesitura similar, pero en esta ocasión el Duende Verde amenazaba la vida de Mary Jane. En esta ocasión, para alivio de los fans, Spider-Man lograba salvarla, y solidificaba una trama (o, mejor dicho, un escenario iconográfico) de la que Sam Raimi tomaría nota ya en su primera película de Spider-Man.

Este tipo tiene una preocupante manía de lanzar mujeres desde sitios elevados
Este tipo tiene una preocupante afición a lanzar mujeres desde sitios elevados

Con el cine hemos topado

En este film, naturalmente, aún no existía Gwen Stacy, pero sí un Duende Verde que imitaba las tropelías de su modelo de las viñetas una vez descubría la identidad secreta de Peter Parker. Por ello no se conformaba con atacar a la tía May de Rosemary Ann Harris, sino que se llevaba a Mary Jane a otro puente y sometía a Spidey a un dilema endiablado: o salvaba a su amada, o a un grupo de neoyorquinos random. Se supone que no podía hacer ambas cosas (y de esto puede haber una referencia en No Way Home, con Peter diciendo “no puedo salvar a todos”), pero Spider-Man se las apañaba para lograrlo y Mary Jane se mantenía con vida durante el resto de las películas de Raimi.

En la vilipendiada Spider-Man 3, aunque Mary Jane había hecho las veces de Gwen Stacy hasta entonces, vimos a una auténtica versión del personaje. No tenía, sin embargo, mucho que hacer: en efecto se disputaba el amor de Peter con Mary Jane, pero la trama la empleaba para reforzar la rivalidad del protagonista con Eddie Brock (Topher Grace) y reflejar los excesos que el simbionte provocaba en ambos, flequillo chiflado incluido. La saga de Raimi acabó suscribiendo, por tanto, que el gran amor de Parker era MJ, pero según Marc Webb se hizo con las riendas optó por un cambio radical.

Emma Stone como Gwen Stacy
Emma Stone como Gwen Stacy

Las dos películas de The Amazing Spider-Man tienen un acentuado componente de comedia romántica a cuenta de Garfield y Stone: un componente echado a perder bruscamente al final de la secuela, cuando Spider-Man vuelve a enfrentarse al Duende Verde (ahora Dane DeHaan). El clímax tiene lugar en una central eléctrica y el Duende Verde vuelve a dejar caer al interés romántico del trepamuros: Spider-Man se lanza a por ella y en este caso nos topamos con una imitación terriblemente respetuosa de lo visto en los cómics. La telaraña de Peter destroza la espalda de Gwen en primer plano y con un sonoro crack, sumiendo al protagonista en una depresión de la que solo saldrá una vez tenga que enfrentarse al Rhino de maravilloso acento rusófobo de Paul Giamatti.

Y así es como llegamos a la actual trilogía de Tom Holland en el MCU, comandada por Jon Watts. Hasta ahora Spider-Man ha podido salvar a su amada de la caída una vez, frente a otra en la que no lo consiguió. Hay un empate técnico, vaya, y está por ver para qué lado se decanta No Way Home. Teniendo en cuenta que la MJ de Zendaya es uno de los grandes hallazgos de la maquinaria de Kevin Feige, esperemos un saldo positivo.

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